¿Por qué los niños se acuerdan tanto de los detalles, como por ejemplo los nombres de todos los personajes de sus dibujos favoritos o de diferentes animales y cuál es su hábitat? ¿Y por qué, a nosotros, a medida que cumplimos años, nos cuesta cada vez más recordar ese tipo de cosas?
Para Yoshihiro Ikeda, el primer japonés que ha ganado el World Memory Grand Master, el secreto está en si, a la hora de aprender, nos aburrimos o no.
Aprender como cuando éramos niños
“Hay muchas cosas que interesan a los niños, y se emocionan por aquello que les atrae. Estas emociones abren la puerta del hipocampo, la entrada de la memoria, y quedan grabadas”, explica el experto en memoria en su nuevo libro, “El método Ikeda” (Kitsune Books), que ya ha vendido más de 150.000 ejemplares en Japón.
“Si algo es impactante para nuestro cerebro, nos resultará más fácil de recordar y aprender”
“Sin embargo, a medida que envejecemos, aquello que queremos recordar ya no nos resulta tan emocionante”, añade.
El secreto de su método está precisamente en eso: en hacer que nuestro cerebro reaccione y aprenda como cuando éramos niños.
La clave: activar los 5 sensores de la inspiración
Para lograrlo, es muy importante recuperar lo que se siente cuando entendemos o descubrimos algo por primera vez, lo que el autor llama “inspiración”.
Pues bien, según Ikeda esto es posible si activamos 5 sensores diferentes: de detección, de clasificación, de cotejo, de imagen y de relación. En su manual encontrarás ejercicios desarrollados especialmente para potenciar cada uno de estos sensores.
Para llevarlos a cabo recomienda lo siguiente:
- Es importante que te diviertas. No hay límite de tiempo y puedes resolverlos sin prisas, pero eso sí, debes estar concentrado. Y, si no los resuelves a la primera, no te preocupes ni te desanimes.
- No tienes por qué seguir el orden de los capítulos. Si haces dos ejercicios al día, podrás resolverlos todos en un mes.
- Hazlos mejor cuando el cerebro está más activo. Desde que te levantas hasta las 10 de la mañana y entre las 4 y las 7 de la tarde.
El método, paso a paso
Yoshihiro Ikeda nos propone un total de 60 ejercicios, 12 para cada uno de los diferentes sensores:
- Sensor de detección. Gracias a él tu cerebro recordará el placer de descubrir algo nuevo. Los ejercicios se basan en encontrar aquello que, a simple vista, está oculto. Por ejemplo el número de triángulos que hay dentro de un rectángulo*.
- Sensor de clasificación. Te permite hallar los elementos en común de las cosas para agruparlas y, así, poder almacenarlas y recordarlas mejor.
Por ejemplo, si por un lado tengo a Einstein, Ned Flanders y a un gato y, por otro, a Edison, Homer Simpson y a una oveja. ¿Sabrías decirme qué tienen en común los componentes del primer grupo y no los del segundo? Piensa un poco y encontrarás la solución*. - Sensor de cotejo. Es el que se activa para aprovechar información que ya tenemos, lo que nos permite memorizar de forma más eficiente.
Por ejemplo, la palabra “chula” tiene por sí misma un sentido, pero si ordenas las letras de otra forma su significado no tiene nada que ver. ¿Eres capaz de hallar esta segunda palabra*? - Sensor de imagen. La potencias cuando piensas en imágenes, que es una de las maneras que contribuyen a que aprendamos y fijemos mejor los recuerdos.
En el libro encontrarás ejercicios como los siguientes, en los que después de observar las imágenes y analizar sus características, debes convertirlas en palabras. Una vez hecho esto, visualízalas en tu cabeza y, sin mirarlas de nuevo, dibújalas en un papel.
- Sensor de relación. Es el que rescata del "disco duro" los datos y nos los muestra "en pantalla". Gracias a ello, podemos recuperar información que está conectada entre sí.
Por ejemplo, puedes inventarte una surrealista historia con los ingredientes de tu lista de la compra, repetírtela mentalmente dos o tres veces y verás cómo te será más fácil recordar lo que tenías que comprar cuando llegues al supermercado.
Como ves, son ejercicios muy sencillos que trabajan la memoria de distintas formas. Gracias a ellos, y si eres constante, podrás fortalecerla y mejorarla.
*Soluciones de los ejercicios
- La respuesta del ejemplo del sensor de clasificación es: bigote.
- La respuesta del ejemplo del sensor de cotejo es: lucha.
- La respuesta del ejemplo del sensor de detección es: 14 triángulos.