Trombosis venosa cerebral: qué es y cómo se trata

La mayoría de ictus ocurren cuando un coágulo tapona una arteria del cerebro. Pero también pueden originarse por otras causas, como que el trombo se encuentre en una vena. Afortunadamente, la gravedad de estos tipos de ictus suele ser menor.

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Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

Trombosis venosa cerebral: qué es y cómo se trata
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La trombosis venosa cerebral puede acabar provocando un ictus poco frecuente que, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), representa menos del 0,5% de los casos totales de enfermedades cerebrovasculares que se producen en España.

En la mayoría de casos, los ictus ocurren cuando un trombo dificulta la circulación en las arterias del cerebro, que son las encargadas de repartir la sangre con oxígeno y nutrientes por todo el organismo.

En cambio, en las trombosis de los senos venosos cerebrales el coágulo no se forma en las arterias, sino en las venas, que son las que retornan la sangre "sucia" al corazón. Y esta es una de las causas por las que en la gran mayoría de casos cuesta menos recuperarse que si el trombo tapona las arterias.

Más casos en mujeres jóvenes

Aunque puede afectar a cualquier grupo de edad, la trombosis venosa cerebral se da más en los jóvenes y en las mujeres. En concreto, la incidencia es de 3 mujeres por cada hombre, según un informe del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

La incidencia de este tipo de ictus es de entre 1 y 1,3 casos al año por cada 100.000 habitantes

Esto se explica, en parte, porque algunos de los factores de riesgo más frecuentes se dan exclusivamente en las mujeres, como la toma de anticonceptivos orales y el embarazo.

El uso de terapias hormonales, mucho más frecuente en ellas, también aumenta el riesgo de sufrir un ictus debido a un coágulo en los vasos sanguíneos del cerebro.

 

 

Dolor de cabeza, el síntoma habitual

"9 de cada 10 personas que padecen una trombosis de senos venosos cerebrales tienen cefalea", afirma el doctor José Miguel Láinez, presidente de la SEN.

  • Es un dolor de cabeza muy característico, que puede tener un inicio súbito y localizarse solo a un lado de la cabeza.
  • Otro de sus signos diferenciales es que empeora cuando la persona está tumbada o cuando hace ejercicio.
  • Su intensidad puede ser tal que es capaz, incluso, de despertar al afectado mientras está durmiendo.
  • La toma de analgésicos no lo calma y suele empeorar de forma progresiva.

Otros signos de alerta

"En la gran mayoría de los pacientes, el dolor de cabeza va acompañado de otros síntomas similares a los de un ictus, lo que ayuda a diferenciar esta cefalea de un dolor de cabeza convencional", añade el doctor Láinez.

Los síntomas a los que se refiere el presidente de la SEN son los siguientes:

  • Pueden aparecer alteraciones visuales, como problemas para enfocar o, incluso, pérdida momentánea de visión.
  • También es posible que se dé una pérdida de fuerza o de sensibilidad en brazos y piernas, provocando dificultades para caminar correctamente.
  • El afectado puede sentirse confundido y tener problemas para hablar, porque "no le salen" las palabras.

A estas señales, que comparte con los ictus provocado por un taponamiento en las arterias, se suman otras:

  • "Este tipo de trombosis puede ir acompañado, además, de otros síntomas como vómitos, crisis epilépticas o rigidez cervical", apunta el neurológo.

Pide ayuda cuanto antes

Ante este cuadro de síntomas, lógicamente, hay que llamar al 112 lo antes posible.

Al igual que ocurre con todas las enfermedades cerebrovasculares, se trata de una emergencia neurológica, por lo que cuanto antes se trate al paciente, menores serán sus consecuencias, remarca la SEN en un comunicado.

  • “Generalmente y, sobre todo si se trata a tiempo, los pacientes que padecen trombosis de senos venosos cerebrales tienen un pronóstico favorable", añade el doctor Láinez.
  • "Además, en los últimos años, gracias también en parte a que la mayoría de estas trombosis llegan a los hospitales a través del Código Ictus, la rapidez en la atención de estos pacientes es cada vez más rápida y el pronóstico de esta enfermedad, más favorable”, destaca el presidente de la SEN.

Diagnóstico y tratamiento de la trombosis venosa cerebral

Ante la sospecha de una trombosis venosa cerebral, se suele llevar a cabo un TAC o una resonancia magnética para acabar de confirmar el diagnóstico.

  • El objetivo del tratamiento es diluir el coágulo, lo que suele conseguirse administrando fármacos antitrombóticos por vía intravenosa.
  • Cuando esto no es suficiente porque el coagúlo es muy grande, se suele recurrir a la trombectomía endovascular (en la que se intenta extraer el trombo con la ayuda de un dispositivo) o a la trombólisis (que consiste en inyectar un fármaco antitrombótico directamente en el coágulo).
    "Son opciones que, en los casos más graves, pueden resultar de mucha utilidad para eliminar el trombo", sostiene el especialista.

Recuperación total en la mayoría de casos

La recuperación tras una trombosis venosa cerebral en nuestro país es completa en aproximadamente un 80% de los pacientes, según datos de la SEN.

  • Del resto de afectados, solo un 5% desarrolla algún tipo de secuela severa. Y esto ocurre, sobre todo, cuando la trombosis no se trata a tiempo.

8 de cada 10 afectados se recupera totalmente tras sufrir este tipo de trombosis

  • "Solo los casos graves en los que se demora el tratamiento pueden generar discapacidad o tener un desenlace fatal", remarca en este sentido el doctor Láinez.

Por tanto, no hay que perder de vista que el pronóstico de esta enfermedad es mucho más favorable que el de otro tipo de trastornos cerebrovasculares.