A todos nos ha pasado alguna vez que, al darnos un pequeño golpe en el codo, notamos un dolor muy intenso en proporción al golpe.
Además, según el punto del codo en el que nos golpeemos, podemos tener esa extraña sensación de descarga eléctrica en la que el dolor se refleja por todo el antebrazo hasta llegar al dedo meñique.
Por qué duelen tanto los golpes en el codo
Esto sucede porque algunos de los nervios que recogen la sensibilidad de toda la extremidad discurren muy poco protegidos a nivel del codo (sin amortiguación muscular entre la piel y el hueso), con lo que un golpe o una presión sobre ellos se transmitirá en forma de dolor, que en ocasiones puede ser muy intenso.
La doctora Ana Carreño Delgado, especialista en Cirugía de la Mano y Miembro Superior del Hospital Clínic de Barcelona, nos explica que precisamente lo que nosotros llamamos el “hueso de la risa” no es realmente un hueso.
"Se trata de una zona en la que uno de estos nervios que recogen la sensibilidad de la extremidad, en concreto el nervio cubital, se coloca en un espacio denominado túnel cubital donde se apoya sobre el hueso y está recubierto por muy pocos tejidos blandos".
"Este nervio recoge la sensibilidad del dedo meñique, de la mitad del 4º dedo y de la zona interna de la mano. Imaginemos que es un como un cable de corriente; cuando se golpea o comprime en ese punto notaremos la descarga hasta el final del cable", explica la doctora Carreño.
Esta especie de descarga es lo que provoca la extraña mezcla de dolor, cosquilleo y adormecimiento que sentimos cuando nos golpeamos en este punto del codo. Generalmente, esta sensación desaparece al cabo de unos minutos.
Qué hacer si el dolor dura mucho
Aparte de este tipo de contusión fortuita en el codo, en algunas ocasiones el dolor en esta zona es más prolongado y se debe a una patología denominada neuropatía por compresión del nervio cubital, una lesión muy frecuente en la extremidad superior.
Como explica la doctora Carreño, "una neuropatía significa que un nervio no está funcionando correctamente, y por tanto no conducirá de forma adecuada la información. Esto puede afectar a la sensibilidad, y en este caso el paciente puede notar calambres o que se le duermen los dedos anular y meñique, sobre todo por la noche y cuando tiene el codo flexionado un rato".
Si el dolor es prolongado puede haber algún nervio afectado, que se vea presionado contra el hueso
Lo más frecuente es que este nervio quede presionado contra el hueso por algún ligamento o tabique algo más grueso o tenso de la cuenta, o que algún traumatismo haya producido inflamación o cicatrices que no le dejen moverse con facilidad.
El nervio cubital puede dañarse o irritarse al apoyar el codo repetidamente o al doblarlo durante largos periodos de tiempo.
Si no se trata esta patología los síntomas pueden ir a más: "Puede afectar a la fuerza de algunos de los músculos de la mano en casos más graves y el paciente se de cuanta de que se le caen la cosas o sienta debilidad. También que el paciente note como un 'resalte' del nervio contra el hueso al flexionar y extender el codo", describe la doctora.
Algunas enfermedades pueden predisponer a tener este problema, como es el caso de la diabetes.
Otras lesiones frecuentes en el codo
Cuando no hay un traumatismo previo en el codo, el dolor puede deberse a:
- Sobrecarga o a lesiones tendinosas de algunos grupos musculares (a veces en relación con actividades deportivas o laborales).
- Compresiones crónicas de alguno de los nervios (neuropatías periféricas).
- Enfermedades degenerativas (artrosis) o inflamatorias (artritis) que afectan directamente a las articulaciones que forman el codo.
La Especialista en Cirugía de la Mano y Miembro Superior del Hospital Clínic de Barcelona explica que los motivos de consulta más habituales son las lesiones tendinosas como las epicondilitis (codo de tenista), que producen dolor en la parte más externa o lateral del codo.
También las epitrocleitis (codo de golfista), que producen dolor en la parte interna del codo, la que está más pegada al cuerpo. En algunos pacientes, el dolor en la cara anterior del codo puede deberse a una tendinitis en el tendón distal del bíceps.
En qué consiste la inflamación del codo
Lo que conocemos como tendinitis en el codo consiste en la inflamación de los tejidos que unen los diferentes grupos de músculos del antebrazo y la mano a las zonas del hueso donde se originan.
Aunque el dolor puede empezar de forma aguda después de un esfuerzo o un traumatismo, lo habitual es que se vayan sucediendo episodios de inflamación que producen pequeñas lesiones en el tendón.
El intento de cicatrizar estas lesiones producirá cicatrices “desordenadas” dentro del tendón, que lo van a hacer más vulnerable a tensiones repetitivas (como las que se producen en algunos trabajos o actividades deportivas).
Este tendón enfermo va a tener menor capacidad de estiramiento y adaptación y se puede romper con mayor facilidad en estas zonas y producirse nuevas lesiones.
Síntomas de la tendinitis
El síntoma fundamental de las tendinitis será el dolor que empieza en la zona donde el tendón se une al hueso, se extiende por el trayecto del músculo y se hace más aguda al realizar el movimiento concreto que ponga en tensión este músculo.
Por tanto los movimientos repetidos de los tendones lesionados perpetuarán el dolor y pueden hacer empeorar el cuadro. En concreto:
- En las epicondilitis el dolor empeorará al extender la muñeca.
- En las epitricleitis al flexionarla, sobre todo durante un esfuerzo o con un peso en la mano.
Aunque suelen estar relacionadas con la práctica de algunos deportes o actividad laboral repetitiva, algunas enfermedades como la diabetes o las artritis y la pérdida de elasticidad por la edad pueden ayudar a que aparezcan.
Cómo se tratan estas lesiones en el codo
En general estas lesiones en el codo suelen responder a un tratamiento conservador, es decir, modificar algunos hábitos, seguir un tratamiento antiinflamatorio, hacer fisioterapia...
En muchos de los casos, pueden mejorar con el tiempo sin requerir de un tratamiento más agresivo. En los pocos casos en que los pacientes no responden al tratamiento, se indica la cirugía.
Como explica la doctora Carreño, "El tratamiento se suele iniciar por reposo, fisioterapia y modificación de actividades. Cuando no mejoran se pueden realizar diversas modalidades de infiltraciones (corticoides, derivados sanguíneos como el plasma rico en plaquetas, ozonoterapia…), aplicación de ondas de choque, entre otros".
"Cuando no hay mejoría se suele indicar el tratamiento quirúrgico, abierto o por artroscopia, en general orientado a disminuir tensión desinsertando el origen del tendón y resecando el tejido enfermo para permitir que regenere de forma correcta".
Medidas de prevención
Para evitar sufrir este tipo de lesiones en el codo, la Especialista en Cirugía de la Mano y Miembro Superior del Hospital Clínic recomienda:
- En el trabajo: conviene adecuar la posición en los lugares de trabajo adecuándolo a la estatura y longitud de los brazos. A veces se requiere ajustar la altura del asiento o la posición del teclado. Por ejemplo a, personas que trabajan frente al ordenador y que suelen utilizar el ratón convencional durante muchas, se les puede aconsejar que alternen un ratón óptico vertical para no tener la mano en la misma posición durante tanto tiempo, y de esta forma previene la aparición de dolor en la musculatura epicondílea. Parar de vez en cuando y realizar estiramientos también puede ayudar.
- En actividad física y deportes: evitar las actividades que provoquen un esfuerzo excesivo y por períodos prolongados y sobre todo si un ejercicio o actividad causa un dolor persistente y particular, no hay que insistir, es preferible cambiar actividad y en todo caso consultar.
- Una técnica inadecuada en una actividad o ejercicio puede predisponer a lesiones, y es conveniente solicitar instrucción a profesionales sobre todo si es un deporte nuevo (por ejemplo cuánto debe pesar al raqueta o cómo hay que cogerla).
- Después del ejercicio, es conveniente realizar estiramientos y también fortalecer los músculos que se utilizan en una actividad determinada para resistir mejor el esfuerzo y prevenir lesiones.
- Si el problema es la neuropatía cubital, se deberían evitar posiciones en las que se apoye directamente el nervio sobre una superficie dura (notaremos cómo se duerme la mano) y también posiciones con el codo flexionado al máximo (a veces es conveniente dormir con un cojín que evite que doblemos demasiado el codo).