Detrás de un corazón de un tamaño o grosor superior a la media puede haber muchas causas... y no todas resultan preocupantes.
Si el agrandamiento es leve, probablemente no se trate de un problema importante: puede tener que ver con la constitución física y la actividad que se realiza.
La hipertensión, sobre todo si no se controla bien con el tratamiento, es una de las causas frecuentes, igual que la obesidad o la ingesta excesiva de alcohol. Sin embargo, uno de los motivos más habituales es la enfermedad coronaria, que a veces puede no dar otros síntomas, como una angina de pecho. Algunas infecciones por virus también pueden afectar al corazón.
En otras ocasiones, la dilatación del corazón puede deberse a una alteración genética y afectar a varios miembros de una misma familia.
En todos los casos es importante averiguar la causa ya que, al corregirla, a veces el tamaño puede normalizarse. Es vital tomar medidas porque cuando el corazón se dilata puede debilitarse, dando lugar a una insuficiencia cardiaca. Los síntomas son:
- Fatiga
- Dificultad para respirar incluso con pequeños esfuerzos
- Retención de líquidos con hinchazón de los tobillos.
En caso de obesidad, la pérdida de peso podría ayudar a reducir el tamaño del corazón y mejorar los síntomas.