A pesar de que la dermatitis atópica es un trastorno de la piel relativamente frecuente (lo padecen un 20% de los niños españoles y un 3% de los adultos), siguen circulando ideas falsas sobre ella:
- Es contagiosa. La atopia no es una enfermedad infecciosa, por lo tanto no nos la puede contagiar nadie ni nosotros podemos “pegársela” a los demás, ni siquiera teniendo contacto físico estrecho.
- Es un simple eccema. A veces ambos términos se emplean indistintamente, pero lo cierto es que la dermatitis atópica es un tipo de eccema más severo y crónico que el resto.
- Solo afecta a las personas alérgicas. Es verdad que la piel atópica suele aparecer en personas con alergias estacionales o con asma, pero no es necesario ser alérgico para desarrollarla. Simplemente, quienes tienen alguna alergia son más propensos a sufrirla.
Sin embargo, esto no quiere decir que los síntomas sean permanentes, ya que puede haber periodos en los que esté libre de lesiones.
- Con las precauciones y cuidados que te explicamos a continuación, se pueden reducir bastante la frecuencia y la intensidad de los brotes, consiguiendo un buen control de la enfermedad.
- Por otro lado, aunque no existe ningún fármaco que cure la piel atópica, las cremas y lociones específicas para esta afección consiguen aliviar los síntomas al reducir la hinchazón de la piel, disminuir el picor y mejorar su aspecto de sequedad y descamación.