Las personas con acné tienen en concreto entre un 8% y un 11% menos de los niveles nutricionales de Omega 3 que se consideran adecuados.
El acné vulgar no es un problema tan leve. Se considera una enfermedad. Muchos jóvenes y adolescentes lo viven con verdadera desesperación, baja su autoestima e incluso puede dejar marcas permanentes en la piel. Y no solo jóvenes, tener acné después de los 30 años no es tan excepcional.
Hay factores genéticos (el tener la piel más grasa) y hormonales que influyen en su aparición. Entre estos factores la alimentación hace años que se considera un elemento que puede repercutir de modo significativo. Un nuevo estudio ha puesto el foco en este aspecto.
La importancia del omega 3
Un equipo de la Universidad Ludwig-Maximiliam, de Múnich, ha descubierto que un 98% de los pacientes con problemas de acné también tenían un déficit de ácidos grasos omega 3. En concreto entre un 8% y un 11% menos de los niveles nutricionales que se consideran adecuados.
Los ácidos grasos omega 3 son antiinflamatorios que evitan que los poros se obstruyan y se forme el acné
Los investigadores analizaron a cien pacientes con acné para llegar a esta conclusión. También constataron que los pocos que sí tenían unos buenos niveles se debía sobre todo a que habían incluido legumbres (lentejas y garbanzos) de modo habitual en su dieta.
"Los niveles más altos de ácidos grasos omega 3 podrían conducir a una reducción de la producción de sebo y a la obstrucción de los folículos pilosos, lo que podría aliviar la gravedad clínica del acné", ha explicado la doctora Anne Gürtler, miembro del departamento de Dermatología de esta universidad y autora principal del estudio.
Más pescado y menos bollería o maíz
No es la primera vez que se apunta esta relación. Los alimentos ricos en omega 3 se consideran antiinflamatorios, como por ejemplo el pescado azul fresco, como el salmón y las sardinas, o los frutos secos, como las nueces. Los dermatólogos ya lo habían establecido como más recomendable que el omega 6, que se encuentra muy presente en alimentos como el maíz, galletas y, en general, en alimentos ultraprocesados.
Sin embargo, este es uno de los primeros estudios que hace análisis con tantos pacientes. Aun así, la doctora Gürtler admite que cien personas es un número relativamente bajo para los estándares científicos y que hay que seguir ampliando la investigación para confirmar los resultados.
El acné se ha asociado durante mucho tiempo con la dieta occidental. Esta investigación solo lo confirma. Aunque la población de estudio es pequeña, los resultados son muy claros: los ácidos grasos omega 3 pueden combatir el acné.
En el estudio se constató que las personas con mejores niveles de omega 3 no habían incluido el aceite de girasol en su dieta (más común en Alemania que en España). En este sentido, cabe recordar que el jamón serrano si es ibérico, aporta omega 3. Pero si es del país, es más rico en omega 6.
Cómo AFECTA la dieta en el acné
En el estudio, las personas con niveles de omega 3 bajos mostraron unos niveles altos de una hormona, la IGF-1 (por sus siglas en inglés, factor de crecimiento de insulina 1), que es responsable del acné. Estas moléculas son inflamatorias. Estimulan la proliferación de las células superficiales de la piel, los queratinocitos.
El tratamiento no se ha de basar solo en prohibir el chocolate, sino recomendar los alimentos beneficiosos como el pescado azul
En pieles grasas, la proliferación de estas células hace que se obstruya el poro y se forme el acné. Frente a eso, los ácidos grasos omega 3 estimulan la producción de sustancias antiinflamatorias, que compensan y equilibran los niveles de IGF-1.
“Durante años se ha constatado el impacto negativo de los niveles altos de IGF-1. Pero no se ha ahondado en las medidas nutricionales preventivas. En este sentido, los ácidos grasos omega 3 parecen ser los más prometedores”, ha añadido la doctora Gürtler.
posibles tratamientos PARA EL ACNÉ
Sería injusto no reconocer que los dermatólogos sí avisan a los pacientes que asisten a sus consultas de la relación de la dieta con una mejor o peor evolución del acné.
Lo que pasa es que a veces estas recomendaciones están más centradas en el tema de la prohibición, como la comida rápida, bollería y el chocolate, sobre todo teniendo los hábitos de alimentación de los más afectados, que son los jóvenes.
Las posibilidades de tratamiento son enormes. Hay un sinfín de cremas, jabones y productos de limpieza, además de tratamientos más serios, basados en antibióticos que hagan frente a la bacteria responsable de la reinfección del sebo, que complica el acné.
En todo caso son medidas que deben estar supervisadas por un dermatólogo. Al tratarse de un problema generalizado y que no se considera grave muchas veces los pacientes se automedican, lo que es un grave error, que puede acabar perjudicando.