Los cambios en la voz podrían ayudar a identificar el párkinson ya que pueden aparecer incluso décadas antes de los síntomas relacionados con el movimiento.
Los temblores y la rigidez son los síntomas que más se asocian al párkinson. Pero esta enfermedad también afecta a la producción vocal, provocando una voz suave y monótona.
Pues bien, esos cambios en la voz podrían ayudar a identificar el párkinson de forma muy temprana ya que, según sugiere un estudio de la Universidad de Arizona, pueden aparecer incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas relacionados con el movimiento.
La enfermedad de párkinson
El párkinson genera una pérdida progresiva del movimiento porque se pierden neuronas dopaminérgicas, células del cerebro que producen un neurotransmisor llamado dopamina.
Se estima que la enfermedad afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo. En cuanto al origen, se apunta a la edad, a factores ambientales y a la genética como las causas que pueden provocar la acumulación de sustancias tóxicas en las neuronas y su muerte.
Los síntomas más comunes son el temblor en una mano, lentitud de movimientos, rigidez muscular e inestabilidad al caminar. También provoca cambios de comportamiento, depresión, pérdida de memoria y fatiga.
Pero hay otros síntomas menos conocidos (y estudiados) como las alteraciones de la voz que podrían ser una pista clave para la detección temprana de la enfermedad.
Estudio en pájaros cantores
Un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Arizona ha descubierto que un gen específico que se asocia habitualmente al párkinson podría estar detrás de los problemas relacionados con la voz que sufren estos enfermos, un hallazgo que podría ayudar a diagnosticar y tratar antes a estos enfermos.
El gen del párkinson al que nos referimos es el alfa-sinucleína. Para estudiar su relación con los cambios en la voz, los investigadores recurrieron al pinzón cebra, un pájaro cantor originario de Australia. El pinzón cebra o diamante mandarín es una de las aves domésticas más comunes y queridas.
"Las aves son un modelo ideal para estudiar el habla humana y las vías de la voz por varias razones. Los pinzones jóvenes aprenden sus cantos de pájaros machos mayores, parecidos a padres, de la misma manera que los bebés aprenden a hablar escuchando a sus padres. La parte del cerebro de un pinzón que se ocupa del habla y el lenguaje también está organizada de manera muy similar al cerebro humano", explica César A. Medina, autor principal del estudio.
"Estas similitudes en el comportamiento, la anatomía y la genética nos permiten usar los pinzones cebra como modelo para el habla y la voz humana", señala.
el gen del párkinson y la voz
Para ver cómo el gen alfa-sinucleína, el del párkinson, podría afectar a la producción vocal en las aves, los investigadores primero realizaron grabaciones de sus cantos.
Luego introdujeron una copia del gen en algunas de las aves y en el resto no para poder comparar. Volvieron a realizar grabaciones de los cantos justo después de introducir el gen, y luego uno, dos y tres meses después.
Los investigadores utilizaron software informático para analizar y comparar las características acústicas de los cantos a lo largo del tiempo, estudiando el tono, la amplitud y la duración de las cantos para determinar si la producción vocal de las aves había cambiado.
Tres analizar los datos, vieron que el gen alfa-sinucleína sí afectaba a los cantos de los pájaros. Las aves con el gen cantaron menos dos meses después del experimento. Las vocalizaciones también eran más suaves y cortas, muy similar a lo que ocurre en los enfermos de párkinson.
También comprobaron que había niveles altos de proteína alfa-sinucleína en una zona del cerebro concreta relacionada con la voz. Por tanto, quedaba claro que el gen del párkinson era el responsable de esa voz más frágil en los pájaros.
Diagnóstico precoz y futuros tratamientos
Una vez demostrada la relación entre el gen del párkison y las alteraciones en la voz, los investigadores aseguran que se abre la puerta a desarrollar métodos que permitan, a través de la voz, diagnosticar de forma temprana la enfermedad mucho antes de que los síntomas motores empujen a la persona a acudir al neurólogo.
También abre la puerta a desarrollar fármacos que se dirijan al gen alfa-sinucleína y a otros genes del párkinson que podrían administrarse antes de que la enfermedad esté avanzada.