Pide consejo siempre a tu médico o farmacéutico antes de tomar laxantes por tu cuenta.
Sufrir estreñimiento es un problema común que se cree que afecta a aproximadamente el 15% a 20% de la población. El estreñimiento ocasional es un trastorno digestivo leve, pero puede convertirse en crónico cuando pasas al menos 3 meses con dificultad para ir al baño.
Romper con las rutinas diarias, saltándonos los horarios, tener una dieta pobre en fibra o un estilo de vida sedentario son tres de los principales factores de riesgo que favorecen que nos cueste más ir al baño.
Si evacuas menos de 3 veces a la semana, tienes la sensación de que la defecación es incompleta, el esfuerzo que tienes que hacer es excesivo, haces varios intentos sin resultado y la alimentación no te ayuda lo suficiente, todo indica que es el momento de atajar el problema.
Cómo y cuándo tomar un laxante
Recurrir a los laxantes es habitual cuando el tránsito intestinal es lento, pero tomarlos "por norma" es un error. Una vez el laxante ha cumplido su cometido y has recuperado el ritmo intestinal, no tiene sentido seguir tomándolo. Sin embargo, son muchas las personas que deciden continuar desoyendo los graves riesgos que conlleva para su salud.
Tomado de forma puntual puede ser una ayuda. Si se ha solucionado el problema, no repitas
- El abuso de laxantes hace que, poco a poco, te cueste más evacuar sin ayuda.
- Las terminaciones nerviosas del colon se van adormeciendo, por lo que ya no se generarán las señales que indican al cerebro cuando es el momento de defecar.
- Otras consecuencias del uso abusivo de laxantes son: el dolor constante de vientre, diarrea, náuseas, vómitos o flatulencias incontrolables.
Sufrir una diarrea (una colitis) por el exceso de estos medicamentos lleva a la pérdida de electrolitos (minerales presentes en la sangre) y eso es potencialmente peligroso para la salud.
Una respiración adecuada favorece los movimientos intestinales y ayuda a prevenir el estreñimiento
El uso injustificado de laxantes puede causar, a largo plazo, desnutrición, precisamente por esos nutrientes que eliminamos y dejamos de absorber.
El problema es mayor si tienes algún trastorno previo que, ya de por sí, comporta mala absorción de nutrientes, como la enfermedad de Crohn, la intolerancia a la lactosa, la celiaquía, la fibrosis quística o la pancreatitis.
Los laxantes no adelgazan
Escoger la ingesta de laxantes como un método para perder peso es un error que puede traer gravísimas consecuencias para la salud.
Con el uso continuado de laxantes nos sentimos deshinchados y ligeros, pero al mismo tiempo estamos dañando el sistema digestivo.
Aunque la pérdida de peso sea real, también lo es su brevedad. Los expertos señalan que, en los casos en los que existe un consumo abusivo de este tipo de fármacos, una vez se abandona su ingesta se produce un efecto rebote debido a la formación de edemas (acumulación de líquidos).
Los laxantes son incompatibles con otros fármacos
Los laxantes pueden interferir en el proceso de absorción de otros medicamentos como los antibióticos, los anticoagulantes y los fármacos para el corazón y los huesos. Si tomas alguno, es importante que consultes antes con tu médico.
Hábitos y salud intestinal
Cuando dejamos de ir al baño, nuestro organismo no tarda en acumular sustancias que pueden provocar daños en el aparato digestivo. Para evitarlo, es fundamental tener unos hábitos que favorezcan el tránsito intestinal.
- Enriquece tu dieta con fibra. Nuestro organismo necesita cada día al menos 25 g de fibra. Las mejores fuentes son las frutas (kiwi, pera, higos), las verduras (alcachofa, brócoli), los cereales integrales (consume pan , pasta y arroz integral) y las legumbres (guisantes).
- Incluye infusiones. Además de beber como mínimo 2 litros de agua al día, tomar infusiones de ciertas plantas te ayudará. Son especialmente efectivas las de hojas de sen, lino o ruibarbo. Eso sí, te recomendamos siempre consultar antes a tu médico. el experto te orientará sobre cuál es la mejor para ti.
¿qué tipo de laxantes hay y cómo actúan?
Aunque muchos no necesitan receta, es mejor que antes de tomarlos hables con un médico.
- Formadores de masa: Lubrifican y aumentan el tamaño de las heces, activando el movimiento intestinal. Interfieren en la absorción de minerales, vitaminas y algunas clases de medicamentos.
- Lubrificantes: Al introducirlos en el recto ablandan las heces y promueven su evacuación. Pueden producir irritación rectal, diarrea y calambres.
- Estimulantes: Provocan el movimiento de los intestinos para desplazar las heces y facilitan su expulsión. Si se abusa de ellos, pueden volver "vago" al intestino (hipotonía intestinal).
- Osmóticos: Acumulan agua en el colon favoreciendo la defecación. En ocasiones, pueden causar deshidratación y diarrea.