Determinados medicamentos, un déficit de vitaminas o minerales o algunas enfermedades pueden estar detrás de las alteraciones del gusto.
Aunque quizá no seamos muy conscientes de ello, el gusto es un sentido fundamental, ya que nos sirve para valorar el contenido nutricional de los alimentos (el dulce, por ejemplo, nos permite identificar los hidratos de carbono; el salado, los minerales, etc.), así como para regular la sensación de saciedad y alertarnos ante sustancias en mal estado o tóxicas.
Eso sin contar que gracias al gusto podemos disfrutar la experiencia placentera y gratificante de comer y beber. Por eso, si apreciamos algún cambio en el gusto conviene consultar al médico.
Los expertos creen que hasta un 15% de los adultos podría padecer algún problema del gusto o del olfato. Y es que ambos sentidos están muy relacionados.
Como nos explica el doctor Héctor Vallés, miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC): "Se estima que el 95% de los trastornos del gusto son causados por el deterioro del olfato en lugar de por la pérdida gustativa".
Te explicamos cuáles son los trastornos que suelen afectar al gusto y cuáles pueden ser las causas.
¿Qué son las alteraciones del gusto?
Los trastornos del gusto afectan más a las mujeres que a los hombres, en una proporción de 5 mujeres por cada 3 hombres, y sobre todo a partir de los 40 años, "aunque se dan picos de frecuencia hacia los 50-60 años", explica el doctor Vallés.
El especialista nos aclara que debemos distinguir entre trastornos gustativos cuantitativos y trastornos cualitativos.
Todo me sabe igual o tengo un sabor extraño
Los trastornos cualitativos, que afectan a la calidad del gusto y se caracterizan por una distorsión de este, son los más frecuentes:
- Parageusia: las personas que la sufren suelen expresar lo que sienten de una manera muy clara : "Todo me sabe igual".
- Heterogeusia: se caracteriza, en cambio, por la sensación de tener un sabor extraño en la boca, en muchos casos amargo o metálico.
Noto mucho sabor, poco o nada
Los trastornos cuantitativos, que se suelen dar menos, son estos:
- Hipergeusia: consiste en una percepción exagerada de uno o varios sabores.
- Hipogeusia: se produce una disminución de la capacidad para percibir el gusto.
- Ageusia: cuando hay una pérdida absoluta de esta capacidad.
- Fantogeusia o alucinaciones gustativas: percepción de sabores sin que exista un estímulo real que los justifique.
"Estas alteraciones pueden aparecer para todos los sabores o, con menos frecuencia, para sabores o grupos de sabores concretos", cuenta el especialista.
Cómo pueden afectar a la salud las alteraciones del gusto
El doctor Vallés nos explica que estas alteraciones del gusto pueden ir acompañadas de otros síntomas, como la sensación de tener un cuerpo extraño en la cavidad oral o en la garganta, notar la boca áspera o tener problemas para tragar.
Y además pueden causar problemas de salud como "pérdida de apetito, malnutrición, pérdida de peso involuntaria y reducción de la calidad de vida", advierte el experto.
Cuáles son las causas de las alteraciones del gusto
Notar un sabor dulce en la boca se suele asociar a la diabetes o a alguna de las complicaciones derivadas de esta enfermedad, como la cetoacidosis diabética.
Padecer reflujo gastroesofágico puede causar un sabor persistente que inicialmente puede ser ácido, pero a la larga puede convertirse en amargo.
El sabor metálico, en cambio, puede deberse a la presencia de pequeñas cantidades de sangre en la boca, mezclada con la saliva.
Sin embargo, existen otras muchas causas que pueden provocar los trastornos del gusto que te hemos explicado antes. El doctor Vallés nos cuenta que, según un estudio realizado con 2.278 pacientes, las más frecuentes fueron estas:
- Efectos secundarios de medicamentos, en el 21,73% de los casos. Se ha comprobado que hasta 22 clases de medicamentos pueden disminuir la función del gusto o producir distorsiones o sabores fantasma. Entre ellos, figuran los antihipertensivos, antimicrobianos y antidepresivos. Asimismo, las personas que siguen un tratamiento de quimioterapia también expresan a menudo que notan un gusto extraño y desagradable, o que todo les sabe amargo o a metal.
- Carencia de zinc, en el 14,49% de los trastornos. También puede deberse a un déficit de vitaminas B6 y B12, hierro o cobre.
- Causas psicógenas, es decir, que se origina por causas psicológicas o emocionales, en el 10,67% de los pacientes.
- Trastornos del olfato, en el 7,51% de los casos.
- Enfermedades bucales, en el 6,41%.
- Trastornos postgripales, que afectan a olfato y gusto en el 2,63% de los casos.
- Alteraciones de los nervios periféricos, también en un 2,63%. Los pacientes con diabetes pueden desarrollar neuropatía diabética, una enfermedad que puede afectar a los nervios del sentido del gusto.
- Causas cerebrales, 1,67%, como sufrir una lesión en el cerebro, un accidente cerebrovascular o una enfermedad neurodegenerativa, como párkinson o alzhéimer.
No obstante, hasta casi un 15% de los trastornos tienen un origen desconocido, lo cual dificulta su tratamiento.
"Algunas enfermedades inflamatorias, infecciosas o autoinmunitarias del sistema nervioso también pueden causar una alteración gustativa. Por ejemplo, las inflamaciones de los nervios debidas al herpes zóster", explica el doctor Vallés.
El experto apunta también otras enfermedades muy comunes que pueden afectar al gusto, como migraña, depresión o una infección en las vías respiratorias superiores.
Profesiones con riesgo de problemas en el gusto
Las personas que están expuestas habitualmente a sustancias tóxicas, como el amoniaco, algunos tintes capilares, la gasolina, o que trabajan en aguas residuales o en el tratamiento de desechos pueden tener más riesgo de sufrir trastornos del gusto.
Diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del gusto
El doctor Vallés reconoce que precisamente la cantidad de causas que pueden originar los trastornos que afectan al gusto y el olfato hace que a veces puedan ser difíciles de diagnosticar.
Por eso, es importante que si sufres alguna de estas alteraciones acudas a un especialista en otorrinolaringología, que te realizará una exploración exhaustiva. "El diagnóstico preciso de la alteración permite el tratamiento específico de la causa, que muchas veces es reversible, y el más adecuado para cada paciente", afirma el experto.
Además del tratamiento de la causa, se puede incluir un aporte de vitaminas como la A, o de determinados oligoelementos o minerales, así como unas pautas para seguir una dieta equilibrada. "Asimismo, el tratamiento psicológico puede ayudar al paciente a adaptarse a sus nuevas condiciones gustativas", finaliza el doctor Vallés.