Tener el ácido úrico alto puede provocar cálculos renales y gota.
Estudios recientes han demostrado que, además de los dolorosos ataques de gota, tener un exceso de ácido úrico en sangre (lo que se denomina hiperuricemia) incrementa las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.
Esto es así porque cuando el ácido úrico aumenta, disminuye el óxido nítrico, que es el que permite que los vasos sanguíneos se contraigan y relajen. Si esos movimientos no se producen de forma correcta, los vasos sanguíneos se vuelven rígidos y se favorece la hipertensión y la formación y acumulación de colesterol.
Además, el óxido nítrico es también necesario para que la insulina absorba la glucosa. Por eso, cuando falta, puede aparecer síndrome metabólico.
Muchos creen que solo las personas que abusan de la carne roja, el alcohol y el marisco sufren hiperuricemia pero, en realidad, hay múltiples factores que pueden causarla.
Qué síntomas provoca el ácido úrico alto
Tener el ácido úrico por encima de los niveles recomendados puede provocar:
- Cólicos renales: El ácido úrico tiende a acumularse en forma de cristales afilados en el cuerpo. Si estos se eliminan por la orina en forma de piedras provocan cólicos renales, es decir, un dolor intenso al orinar. También es posible que se acumulen en el riñón y lo dañen.
- Ataques de gota: Los cristales pueden sedimentarse en las articulaciones (sobre todo en las del dedo gordo del pie) y causar una inflamación dolorosa, generalmente en la punta del dedo. Además, la piel de la zona se enrojece, se calienta y sensibiliza.
Los cristales pueden afectar al riñón o a las articulaciones y causar mucho dolor
- Artritis crónica gotosa: Si los cristales continúan acumulándose en las articulaciones durante mucho tiempo puede acabar apareciendo dolor crónico en codos, rodillas, manos, muñecas...
cosas que hacen subir el ácido úrico
A veces se acumula porque el organismo genera demasiada cantidad, pero también puede ocurrir que, por algún motivo, el cuerpo no la elimine correctamente o lo haga mucho más despacio de lo habitual.
- Problema genético. Si tus familiares más directos tienen dificultades para regular el nivel de ácido úrico, es probable que tengas cierta tendencia a producir más cantidad de esta sustancia de la que en realidad necesitas. Cuando el origen de la hiperuricemia es esencialmente genético, no se puede bajar nunca la guardia: aunque los típicos “ataques de gota” que suelen provocar un dolor intenso en el dedo gordo del pie o los cólicos renales pueden alertar de su presencia, en muchas ocasiones no provoca síntomas. Por eso es esencial realizarse análisis de sangre periódicamente (al menos una vez al año) para comprobar sus niveles.
- Fallos en el riñón. Un exceso de ácido úrico puede perjudicar al riñón pero también se da la relación inversa. Este órgano es el encargado de filtrar el ácido úrico a través de la orina y si, por algún motivo, no funciona correctamente esta sustancia puede acumularse en el cuerpo en exceso. Por eso tienen más tendencia a padecer hiperuricemia las personas que sufren una inflamación de riñón crónica (nefritis). Consulta con tu médico si sueles sufrir dolor lumbar que se extiende hasta la parte delantera y se acompaña de fiebre, tu orina es escasa y de un color oscuro o contiene sangre, o si tus pies o tobillos están hinchados. Esto puede indicar que tus riñones están inflamados.
- Medicamentos. Algunos diuréticos impiden que el organismo elimine correctamente el ácido úrico a través de la orina. Y lo mismo ocurre con el ácido acetilsalicílico. Si los estás tomando y tienes tendencia a generar ácido úrico habla con tu médico para que adapte la medicación a tu caso.
- Seguir una dieta baja en carbohidratos. El organismo recurre a las grasas en lugar de a los azúcares para generar energía y, durante el proceso, se crean cetonas. Estos compuestos químicos dificultan la eliminación de ácido úrico por la orina.
- Exceso de peso. Se ha demostrado que ser obeso (o tener unos kilos de más) dificulta la eliminación del ácido úrico de forma natural y, además, está relacionado con un aumento de su producción. Ten en cuenta que un estudio del Colegio Americano de Reumatología demostró que por cada kilo que pierde una persona con sobrepeso reduce un 5% el riesgo de hiperuricemia. Intenta eliminar el peso que te sobra pero hazlo paulatinamente o podrías sufrir ataques de gota durante el proceso.
Alimentos que suben el ácido úrico
- Alimentos ricos en purinas. Facilitan la formación de cristales de ácido úrico. Si tus niveles están algo alterados descarta el marisco, el pescado azul, los embutidos y la carne roja (sobre todo la ternera) y decántate por la de conejo cuyo consumo regular, según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, contribuye a reducir los niveles de ácido úrico.
- Verduras ricas en purinas. Hay verduras cuyo consumo es mejor moderar: espárragos, espinacas, acelgas, coliflor, brócoli.
- Legumbres. Deben formar parte de una dieta equilibrada pero no tomes muchas veces por semana guisantes, alubias o lentejas.
- Bebidas azucaradas. Según el Colegio Americano de Reumatología, las personas que toman una bebida azucarada por día tienen un 74% más riesgo de desarrollar gota que las que no consumen estos productos. Ocurre porque la sacarosa consumida en grandes cantidades (y también la fructosa utilizada como edulcorante industrial) hace que el organismo reserve sustancias que forman ácido úrico.
- Alcohol. Si tienes tendencia a tener el ácido úrico elevado, sé cauto con las bebidas alcohólicas: tomar algunas de ellas dos veces al día (o más) aumenta 2,5 veces el riesgo de gota. La levadura de cerveza, por su contenido en purinas, genera ácido úrico, así que no es recomendable en estos casos.
- Beber poca agua. La deshidratación igualmente se relaciona con niveles de ácido úrico altos. Por eso, además de evitar estas bebidas, debes tomar unos 2,5 litros de agua al díapara facilitar su eliminación a través de la orina.