El micoplasma genital es una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Lo provoca una bacteria, la mycoplasma genitalium, con unas características muy especiales que la hacen difícil de detectar.
Por eso al micoplasma genital se le califica de enfermedad sigilosa, ya que puede transmitirse sin haber dado síntomas o incluso tras dar síntomas no estar bien diagnosticado.
Cómo se contagia el micoplasma
Cómo todas las ETS, se trata de una infección que se produce en las relaciones sexuales, ya sea por vía genital, anal u oral.
Es una infección que afecta por igual a hombres y mujeres sexualmente activos. Según la Organización Mundial de la Salud, está muy extendida. Las cifras no son concluyentes
- Se calcula que puede haber hasta un 3% de población contagiada.
El micoplasma genital puede ser asintomático sobre todo en las mujeres
Compartir juguetes sexuales o el paso del virus por el tocamiento con las manos son otras vías de contagio.
Hasta la década de los años ochenta del siglo pasado no se había identificado el patógeno. Pasa muy desapercibido y se extiende con facilidad. En el año 2015 la OMS ya la declaró enfermedad emergente.
Qué síntomas provoca
En un número mayoritario de casos el micoplasma resulta asintomático. Especialmente en el caso de las mujeres. El problema es que si no se trata, puede evolucionar hacia una inflamación pélvica con riesgo de infertilidad.
En los casos en los que aparecen síntomas, suele ser entre una y tres semanas después del contagio. Son diferentes según el sexo.
Síntomas en hombres:
- Dolor al orinar, por una inflamación de la uretra.
- Secreción de pus por el pene.
- Prostatitis, inflamación de la próstata.
A veces puede extenderse con dolor en las articulaciones. Suele ser en hombres con el sistema inmunológico débil, como los enfermos de VIH.
Síntomas en mujeres:
- Dolor en la zona genital, especialmente al mantener relaciones.
- Molestias al orinar.
- Secreciones vaginales más abundantes y con un color u olor distinto al habitual.
En el caso de las embarazadas, puede causar complicaciones en la gestación. Puede afectar al líquido amniótico con riesgo de parto prematuro.
Cómo se diagnostica
Dado que muchas veces no muestra síntomas y permanece latente, es muy difícil parar las cadenas de transmisión o localizar los casos.
Además, los síntomas son genéricos y se pueden confundir con otras enfermedades, como la gonorrea o la clamidia.
El mycoplasma genitalium entra dentro de una clase de bacterias, las mollicutes, especialmente pequeñas, que por sus características no se detecta con test de antígenos.
La manera de diagnosticarlo es a través de una prueba de cultivo de nuestras de orina o secreciones del cuello del útero. Se denomina amplificación de ácidos nucleicos y es muy lenta. Puede tardar hasta seis meses.
tratamiento para el micoplasma
Al hecho de que el micoplasma pase desapercibido, se suma que tampoco su tratamiento es sencillo. Por ello, se calcula que en una tercera parte de los pacientes no se consigue erradicar.
El tratamiento con azitromicina es el que ha dado mejores resultados
El problema es que por su estructura celular escapa a algunos de los antibióticos más comunes.
- El antibiótico que sí ha mostrado más eficacia es la azitromicina. Se administra vía oral en dosis de uno o cinco días.
Pasado un tiempo es normal que el médico pida repetir las pruebas de laboratorio para comprobar que efectivamente el paciente se ha curado. En caso contrario, se puede tener que volver al tratamiento.
¿Se puede prevenir?
Como todas las enfermedades de transmisión sexual, la norma es siempre ser especialmente cuidadosos en la higiene.
- Utilizar el preservativo especialmente cuando no hay una pareja sexual estable.
- No compartir juguetes sexuales.
Las personas infectadas con VIH o que tengan el sistema inmune debilitado por otros motivos han de tener especial cuidado.
No está de más recordar que si tenemos la certeza o incluso la sospecha de que podemos estar infectados, de esta o de cualquier enfermedad sexual, es un deber moral suspender las relaciones, que pueden poner en riesgo a otras personas.
Las autoridades sanitarias sopesan que se considere una enfermedad de declaración obligatoria, para intentar reducir las líneas de transmisión.
En todo caso, si se tienen síntomas o se ha diagnosticado, convendría avisar a las parejas sexuales que hayamos tenido para que se hagan las pruebas oportunas.