En las enfermedades cardiovasculares, como en casi todas, prevenir es mejor que curar. Llevar un estilo de vida saludable y controlarse periódicamente los niveles de colesterol y glucosa, la presión arterial y hacerse un electrocardiograma es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar una cardiopatía o de que si ya se sufre, se agrave.
Hay una serie de señales que se aprecian a simple vista en nuestro cuerpo y que podrían alertarnos de que tenemos algún factor de riesgo cardiovascular.
Asocian las arrugas en la frente con un riesgo 10 veces mayor de mortalidad cardiovascular
Te explicamos en qué consisten no para que te alarmes si reconoces alguna de ellas, sino para que acudas al médico para vigilar tu salud y puedas corregir aquellos hábitos que te están perjudicando.
1. Arrugas profundas en la frente
En la mayoría de los casos, las arrugas en la frente se deben a la edad o a la repetición de gestos como levantar las cejas o fruncir el ceño.
Sin embargo, una investigación presentada en el último congreso de la Sociedad Europea de Cardiología sostiene que las personas que tienen arrugas horizontales más abundantes y profundas de lo que correspondería a su edad pueden tener un riesgo 10 veces mayor de morir por enfermedad cardiovascular.
El estudio realizó un seguimiento durante 20 años de 3.200 adultos, que al inicio estaban sanos y tenían 32, 42, 52 y 62 años.
- Observar este rasgo facial ayudaría a los médicos a detectar antes a las personas en riesgo para controlarles factores clásicos, como la presión arterial y los niveles de lípidos y glucosa en sangre, y aconsejarles cambios en su estilo de vida, como alimentación o ejercicio, según la doctora Yolande Esquirol, autora del estudio y profesora asociada en el Centro Hospitalario Universitario de Toulouse (Francia).
Posible relación con la aterosclerosis
Los investigadores no saben aún la causa de esta relación entre arrugas en la frente y riesgo cardiaco, pero creen que podría estar vinculada a la aterosclerosis, el endurecimiento de las arterias debido a la acumulación de placa.
Los vasos sanguíneos de la frente son pequeños y más sensibles a la acumulación de placa
Al parecer, los cambios en la proteína del colágeno y el estrés oxidativo juegan un papel importante tanto en la aterosclerosis como en las arrugas. Y los vasos sanguíneos en la frente son tan pequeños que pueden ser más sensibles a la acumulación de placa.
La autora de la investigación reconoce, sin embargo, que debe confirmarse en futuros estudios.
2. Bultitos en los párpados
La doctora Amelia Carro Hevia, vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), coincide en que todavía es prematuro asociar las arrugas en la frente con el riesgo cardiovascular: "Hacen falta más estudios para validarlo, por ejemplo realizando las pruebas en una población mediterránea más amplia y teniendo en cuenta factores como condiciones climatológicas, exposición al sol, tipo de piel...".
En Saber Vivir hemos hablado con ella para que nos explique otras señales que sí han sido validadas por diferentes estudios y que ya están reconocidas por los cardiólogos.
Una de ellas es la aparición de quistes o bolsitas de grasa en los párpados, llamados xantelasmas.
Estos depósitos de grasa pueden alertar de niveles de colesterol elevados
- "Para los especialistas es una señal muy evidente de que esa persona puede tener el colesterol alto", afirma la doctora Carro. Además, aclara que no solo aparecen en los párpados: "También puede haber depósitos de colesterol en otras partes del cuerpo, como los tendones".
3. Arco senil en el iris de los ojos
El arco senil o gerontoxon es una opacidad de color blanco, amarillo o grisáceo con forma de anillo en el borde externo del iris.
- "Aparece normalmente con la edad. Pero cuando se da en personas más jóvenes suele indicar que tienen niveles altos de colesterol y depósitos en las arterias (aterosclerosis)", explica la doctora Carro.
4. Pliegue en el lóbulo de la oreja
Es otra de las señales que los especialistas ya consideran marcador de enfermedad cardiovascular. "Una configuración anormal del lóbulo de la oreja, que consiste en tener una raya, muesca o pliegue diagonal que cruza el lóbulo, suele estar asociado a cardiopatía isquémica", nos cuenta.
Más del 40% de los pacientes de infarto o ictus presenta una raya diagonal en la perilla de la oreja
- Según una investigación del 2014, el 45,8% de los pacientes con antecedentes de infarto presentaba este pliegue en la oreja, así como el 48,9% con antecedentes de accidente cerebrovascular.
5. Enfermedad de las encías
La relación entre periodontitis y enfermedad cardiovascular también está ampliamente documentada. De hecho, no solo puede advertir de ella sino que puede agravarla.
- "Si te sangran mucho las encías o tienes sensibilidad aumentada en los dientes deberías consultarlo. Cuidar la salud bucodental es mucho más importante de lo que pensamos", advierte la doctora Carro.
6. Dedos como palillos de tambor
La acropaquia consiste en un agrandamiento de las falanges finales de los dedos, con un engrosamiento por debajo de las uñas que hace que estas se curven hacia abajo. Se conoce también como dedos con forma de palillos de tambor.
En niños este tipo de dedos puede alertar de una cardiopatía congénita
"Es otro signo interesante que puede alertar de cardiopatías congénitas sobre todo en los niños. Cuando se da en adultos, puede deberse tanto a enfermedad cardiovascular como enfermedad del pulmón o cáncer pulmonar", afirma.
7. La señal más importante: el perímetro abdominal
La hemos dejado para el último lugar porque es la señal de alerta cardiovascular más difundida. Pese a ello, la doctora Carro insiste en que no se le da la importancia que tiene.
"Todas estas señales que hemos explicado está muy bien tenerlas en cuenta para consultar con el médico y tomar medidas. Pero la acumulación de grasa en el abdomen es la señal más fiable y evidente a simple vista de que existe un riesgo cardiovascular alto. Se ve con mucha frecuencia por la calle y, en cambio, la gente o no sabe lo grave que es o bien pasa", remarca.
La grasa abdominal se asocia al aumento de colesterol, triglicéridos, glucosa...
- La cardióloga explica que comprobarlo es tan fácil como coger una cinta métrica y medir el perímetro abdominal a la altura del ombligo.
- Si la cifra es superior a 102 cm en los hombres y 88 cm en las mujeres, hay riesgo cardiovascular.
"La grasa abdominal se asocia al aumento de colesterol y triglicéridos, la resistencia a la insulina, un peor control de la glucosa y un mayor riesgo de diabetes, así como de hipertensión, trastornos hormonales, de tiroides... No se trata de una cuestión de estética, sino de prevenir el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular", advierte.
La doctora Carro finaliza recordando que las pruebas son importantes para prevenir, pero no curan: "Si la persona no pone de su parte con unos hábitos de vida saludables, cuidando la alimentación, haciendo ejercicio, controlando el estrés, dejando el tabaco y descansando lo suficiente... lo único que conseguirá repitiendo analíticas es que estas vayan empeorando con el tiempo".