La falta de sueño te hace comer más y aumenta la grasa visceral

Si duermes poco no solo tienes tendencia a picar más de noche, también acumulas más grasa visceral aunque no ganes demasiado peso. Este tipo de grasa se acumula alrededor de los órganos y aumenta el riesgo cardiovascular.

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La falta de sueño aumenta la grasa visceral
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Dormir poco puede aumentar un 9% la grasa abdominal y hasta un 11% la grasa visceral.

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Dormir poco o mal aumenta especialmente la grasa visceral, la más dañina porque se relaciona con mayor riesgo cardiovascular.

Así lo sugiere una investigación de Mayo clinic, que ha demostrado que incluso en personas sanas y delgadas, esa falta de sueño se traduce en una mayor acumulación de grasa visceral.

Falta de sueño, un problema habitual

No dormir lo suficiente cada vez es más habitual. Y ocurre tanto entre las personas mayores porque el sueño se deteriora con la edad como entre los más jóvenes. El uso de móviles durante las horas normales de sueño es uno de los principales culpables.

Según datos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se estima que el 70% de los españoles no duerme las horas suficientes y más del 60% de los adolescentes va con el móvil a la cama.

 

Este comportamiento ya de por sí aumenta la ingesta calórica porque la gente tiene tendencia a comer más durante las horas de vigilia sin aumentar la actividad física. Pero trasnochar no solo puede engordar porque consumes más calorías, sino que favorece la acumulación de grasa visceral.

El estudio de Mayo Clinic ha demostrado que dormir poco puede aumentar un 9% la grasa abdominal y hasta un 11% la grasa visceral. Las conclusiones se han publicado en la revista del Colegio Americano de Cardiología.

"Los resultados muestran que hasta en personas jóvenes, sanas y relativamente delgadas, dormir poco se relaciona con mayor ingesta calórica, un ligero aumento de peso y un incremento considerable de la grasa acumulada dentro del vientre", explica el Dr. Virend Somers, investigador principal del estudio.

dormir mal y grasa visceral

La grasa visceral se acumula en la parte más profunda del abdomen, alrededor de los órganos internos, y se vincula estrechamente con enfermedades cardíacas y enfermedades metabólicas porque favorece la liberación de sustancias inflamatorias en el torrente sanguíneo.

En el polo opuesto de encuentra la grasa subcutánea, que se encuentra justo por debajo de la piel, proporciona aislamiento al cuerpo y en la cantidad justa es saludable. Está formada por células adiposas marrones (consumen glucosa y triglicéridos para mantener la temperatura corporal) y blancas, de lo que resulta la llamada grasa beige.

"Por lo general, la grasa prefiere acumularse subcutáneamente, o bajo la piel; pero cuando el sueño no es adecuado, parece que la grasa se asienta en un compartimento visceral más peligroso", asegura Dr. Somers.

"Es importante mencionar que en nuestro estudio, si bien durante el período de recuperación del sueño hubo una disminución en la ingesta calórica y en el peso, la grasa visceral continuó aumentando", prosigue.

"Esto sugiere que no dormir de forma adecuada desencadena algo que no sabíamos: se acumula grasa visceral y recuperar el sueño no revierte ese fenómeno, al menos a corto plazo. Estos resultados implican que el sueño inadecuado, a la larga, contribuye tanto a la epidemia de obesidad como a enfermedades cardíacas y metabólicas", concluye.

Por qué es más difícil eliminar la grasa visceral

Según la investigación de la Clínica Mayo, no dormir lo suficiente aumenta la grasa visceral y luego cuesta mucho perderla aunque recuperes el sueño.

Y es que la grasa visceral no solo es más dañina, también es mucho más difícil de eliminar. La razón, según ha demostrado otro estudio de la Universidad de Sidney publicado en Cells Reports, es la siguiente:

  • Cuando haces dieta, el cuerpo obtiene energía de tus reservas de lípidos mediante un proceso llamado lipólisis, y es eso lo que te permite perder grasa y peso. Sin embargo, cuando los investigadores sometieron a ayuno a ratones, observaron que la grasa visceral era muy resistente a liberar ácidos grasos, es decir, a la lipólisis.
  • Dicho de otra forma, la grasa visceral no se descomponía a pesar del ayuno. Lo que más perdían los ratones era grasa subcutánea.

La grasa visceral también es más difícil de detectar. Puede haber un ligero aumento de peso en la báscula pero un aumento considerable de grasa alrededor de los órganos. De hecho, este tipo de grasa solo se puede medir con una tomografía computarizada.

Una alimentación equilibrada rica en vegetales y grasas saludables como la del aguacate o el aceite de oliva en pequeñas cantidades contribuye a cambiar la distribución de la grasa abdominal.