Hablar de genes y de cómo podemos influir en ellos, de genética y de epigenética, no resulta nada fácil. Y precisamente por eso Saber Vivir ha ido a buscar a una de las máximas autoridades mundiales en esta materia, pero también a uno de los expertos que mejor saben explicarlo: Manel Esteller, médico, investigador, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge(IDIBELL)y profesor de genética de la Universidad de Barcelona.
La genética es como una orquesta...
"Nuestro ADN podría compararse con una orquesta que lo tiene todo (músicos e instrumentos) para que la música suene", afirma Manel Esteller.
- Lo heredamos de nuestros padres casi a partes iguales (un 55% de la madre y un 45% del padre) y contiene la información para que órganos y tejidos se formen y funcionen.
- Ese ADN, esa “orquesta”, es nuestra genética. Y en ella también está escrita la predisposición a sufrir determinadas enfermedades o a tener un carácter concreto.
...Y la epigenética, es su director
Pero la genética no lo es todo: el ADN del ojo es el mismo que el del músculo, pero ambos hacen tareas muy distintas. ¿Quién se encarga entonces de que cada uno realice su función? El director de esa orquesta, que hace que un instrumento suene o no. Es decir...
- La epigenética se encarga de “encender” o “silenciar” genes para que fabriquen unas determinadas proteínas. Por ejemplo, en el ojo activa el gen de la redoxina (y gracias a esa proteína podemos identificar la luz y la oscuridad) y en el músculo "enciende" el de la miosina (responsable de que los músculos se contraigan). Y así con todas las funciones que realiza el organismo.
- Nuestro epigenoma es la suma de todos esos procesos químicos que activan o desactivan genes (son nuestras marcas epigenéticas).
- El problema aparece cuando nos salimos de los márgenes de normalidad del epigenoma, ya sea por exceso o por defecto. Y los factores ambientales pueden desencadenar, sin duda, ese desequilibrio, por ejemplo haciendo que un gen que determina la predisposición a sufrir una enfermedad llegue a manifestarse.
Los gemelos, tan iguales y tan distintos
El investigador Manel Esteller asegura que observar el caso de los hermanos gemelos es muy ilustrativo para darnos cuenta de cómo podemos mejorar nuestra genética.
Uno puede ser más obeso y el otro más delgado; uno muy tímido y el otro extrovertido. Y sin embargo, ambos tienen el mismo ADN, por lo tanto, esas diferencias no están en ese ADN, sino en cómo se controla. Y aquí, sin duda, influyen los hábitos de cada uno.
Los gemelos tienen el mismo ADN pero pueden tener distinta epigenética según sus hábitos
“Estudiamos el caso de dos hermanos gemelos y observamos que epigenéticamente eran distintos –asegura Esteller–. Y la razón era que uno de ellos fumaba. El tabaco introdujo un director de orquesta mucho más excéntrico que activó ciertos genes e hizo que el hermano fumador desarrollara cáncer de pulmón".
Cómo dejar buenos genes en herencia
Los buenos o malos hábitos no solo afectan a tu propia salud. Las marcas epigenéticas que se derivan de tu estilo de vida pueden “pasar” a tus hijos y a tus nietos. Y, lógicamente, tú también heredas las de tus padres.
Qué dicen los estudios
Son muchas las investigaciones que se están realizando en el campo de la herencia epigenética. Estos son algunos ejemplos:
- Se ha visto que los efectos de una dieta alta en grasas pueden transmitirse durante 3 generaciones, aumentando la predisposición a sufrir obesidad y diabetes.
- La exposición de un hombre a la nicotina provoca cambios epigenéticos en genes clave de cognitivas en sus hijos.
- Los hijos también "heredan" el sufrimiento de los padres. Se ha demostrado en estudios realizados en supervivientes de la Segunda Guerra Mundial que los hijos de soldados que padecieron un sufrimiento intenso tuvieron peor salud e incluso murieron antes que los hermanos que nacieron antes de que el padre fuera a la guerra.
Cuidarse antes de procrear
El Dr. Esteller afirma que muchos de estos estudios son preliminares, por lo que conviene investigar más. Pero lo que sí es cierto, asegura, es que para reducir el riesgo de “una mala epigenética” a los hijos:
- Es crucial el momento de la concepción (óvulo y esperma contienen la información genética del futuro embrión) y el embarazo (el feto se está formando y todo lo que pueda influirle afecta a su desarrollo). Por lo tanto, antes de buscar descendencia habría que adoptar hábitos de vida saludables para depurar el organismo, aconseja el experto.
Diccionario básico de genética
- ADN. En el centro o núcleo de cada célula hay 23 pares de cromosomas que están formados por largas cadenas de ADN (ácido desoxirribonucleico). Esta es la molécula que determina las características de una persona y pasa de padres a hijos.
- Gen. Es un trocito o segmento de ADN, y contiene la información para producir proteínas que harán que una célula haga una función concreta u otra.
- Marca epigenética. Cuando hablamos de que un gen se activa o no, nos referimos a los cambios químicos (el más común es uno llamado metilación) que alteran su estructura pero no la cadena de ADN. Esta modificación se llama marca epigenética y pasa de padres a hijos.