Son muchas las dudas y mitos que siguen existiendo acerca de por qué utilizamos una u otra mano y qué implicaciones tiene en cómo somos. Hablamos con Fabiola García, portavoz de la Sección de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología (SEN), sobre las causas y consecuencias de ser zurdos o diestros (o ambidiestros).
Un 10% son zurdos
Aunque no se sabe exactamente por qué unas personas son diestras y otras zurdas, “tiene un origen de predisposición genética”, explica la especialista. “No es una cuestión que tenga que ver con el ambiente”.
“Normalmente, el 90% de la población es diestra y un 10% es zurda”.
- En las familias donde hay personas zurdas, suele haber antecedentes de familiares zurdos (el padre, la madre, los abuelos).
También hay más hombres zurdos que mujeres: ellos serían el 11% y las mujeres un 9%. Esto, de acuerdo con la especialista, tiene que ver con las diferencias en el cerebro de hombres y mujeres: “es diferente por una cuestión genética, de desarrollo a lo largo de milenios, y también por el tipo de estimulación y educación”.
- “Tradicionalmente, las mujeres han tenido mayores habilidades verbales, relacionadas con el lenguaje, y los varones han tenido más habilidades relacionadas con cuestiones visuo-espaciales”. Se sabe que la educación y la experiencia cambian nuestro cerebro, con lo cual cambia nuestra genética y lo que transmitimos a las siguientes generaciones.
Especialización cerebral
Durante el proceso de desarrollo en la infancia, entre los 6 y 7 años, los niños están ya totalmente “lateralizados”, es decir, saben de una forma natural cuál es su mano dominante.
Este proceso de lateralización es muy importante porque va asociado a una especialización cerebral:
- “El hemisferio izquierdo es dominante verbal para el 100% de los diestros y el 90% de los zurdos”. El hemisferio derecho es predominantemente visual en esta misma proporción.
- Así, por ejemplo, el lenguaje verbal está más asociado al hemisferio izquierdo y el lenguaje musical al derecho.
“Nuestro cerebro se especializa para ser más eficaz”, indica García. Aunque eso no quiere decir que trabaje solo una parte del cerebro. Cuando estamos haciendo cualquier actividad, todo el cerebro está implicado, pero hay un mayor funcionamiento de los circuitos especializados.
¿Qué significa ser ambidiestro?
El hecho de ser ambidiestro tiene que ver con dos cuestiones fundamentales: “la primera es que no se haya producido una lateralización adecuada”, explica la neuropsicóloga.
Si en la infancia el proceso de lateralización no se produce correctamente, se puede dar un aparente ambidextrismo. “Puede venir acompañado de ciertas dificultades de aprendizaje”, señala la especialista, y en este caso “lo adecuado es trabajar la lateralización”.
Un caso diferente de ambidextrismo ocurre cuando una persona adulta (con el cerebro más formado), por decisión propia o con el objetivo de desarrollar habilidades deportivas (por ejemplo, el baloncesto) o tocar instrumentos musicales (como el piano), utiliza ambas manos por igual.
El zurdo contrariado
Hace solo unas décadas ser zurdo estaba mal visto y se tendía a “corregir”. Es por ello que aun hay muchas personas mayores que utilizan la mano izquierda para todo, excepto para escribir. Son los llamados "zurdos contrariados".
- Esto podía dar lugar también a dificultades de aprendizaje en la infancia porque lo que se hacía era “forzar al cerebro a actuar de una forma que no es natural”.
Por suerte, hoy en día esta práctica ha desaparecido casi por completo en el mundo occidental y las personas zurdas se pueden desarrollar sin problemas, aunque siguen encontrando dificultades en su día a día por el hecho de vivir en un mundo pensado para la mayoría: desde los abrelatas o las tijeras hasta los pupitres en muchas aulas o salas de conferencias.
Zurdo o Diestro también de ojo
No solo somos zurdos o diestros en lo que se refiere a la mano. También lo somos de pie y hasta de ojo.
De mano o de pie es muy fácil reconocerlo. Sin embargo, “en la lateralidad del ojo hay implicados otros factores, porque la agudeza visual tiene que ver también con la presencia o no de algún tipo de patología ocular (miopía, estigmatismo, etc.)”, explica García. Es por ello que es más difícil de determinar cuál es el ojo con el que la persona prefiere mirar.
- Pueden darse casos de lateralidad cruzada (cuando la persona tienen una dominancia para las extremidades y la contraria para el ojo), aunque el porcentaje es muy bajo.
Mitos sobre los zurdos
En torno a las personas zurdas han existido siempre muchos mitos. Quizás uno de los más extendidos es el que hace referencia a su supuesta genialidad, tal vez incrementado por el hecho de que algunas grandes figuras de la historia como Leonardo da Vinci o Vincent van Gogh usaron la mano izquierda para crear sus obras.
“No es que seamos más o menos inteligentes por ser zurdos o diestros”, explica García, “lo que sí ocurre es que en un 10% de las personas zurdas la especialización cerebral es distinta”.
- Lo que ocurre en estos casos es que hay un funcionamiento del cerebro diferente al de la mayoría, pero esto no implica una mayor inteligencia “ni necesariamente una mayor dificultad”, señala la neuropsicóloga.