El cáncer de mama es uno de los más frecuentes entre las mujeres (solo está por detrás de la suma de los cutáneos). Se calcula que aproximadamente lo sufrirá 1 de cada 8 mujeres a lo largo de su vida.
A pesar de esta alta incidencia, por fortuna es uno de los tipos de cánceres en los que, gracias a la investigación médica, más se está avanzando para prevenirlo y detectarlo cuanto antes.
En esta búsqueda por comprenderlo cada vez mejor, evaluar la influencia de ciertos hábitos es fundamental.
El alcohol daña más el pecho joven
Los datos recabados forman parte de EpiGEICAM, uno de los mayores estudios sobre la relación entre el estilo de vida y el riesgo de padecer cáncer de mama.
- En él han participado 2.034 mujeres, de las que más o menos la mitad no han desarrollado un cáncer de mama. La gran mayoría (el 77,6%) había consumido alcohol a lo largo de su vida en diferente grado.
El mayor riesgo se da con un consumo moderado en la adolescencia y alto de adultas
- Se dividieron en 4 grupos, según sus patrones de consumo de alcohol. Y los autores del estudio vieron que, en quienes habían bebido más a lo largo de su vida, el riesgo de desarrollar un cáncer de mama (especialmente tras la menopausia) podía llegar a doblarse.
Pero no solo influye la cantidad, también la etapa vital en la que se ha dado este consumo. Así, según muestra el informe, un consumo de alcohol (aunque sea moderado), en la adolescencia ya debe hacernos saltar las alarmas.
- Sus autores comprobaron que el riesgo era más alto si se había bebido alcohol de forma moderada en la adolescencia y luego se había pasado a beber menos en la edad adulta que si se bebía poco de adolescente y el consumo aumentaba moderadamente años después.
Una etapa más sensible a los tóxicos
Los resultados que muestra la investigación "tienen una explicación biológica, porque ese es el periodo de tiempo en el que se está desarrollando la glándula mamaria", remarca la doctora Pollán.
- El alcohol, además, favorece que fabriquemos más estrógenos. Y se sabe que un nivel alto aumenta el riesgo de que las células se descontrolen porque estas hormonas contribuyen, precisamente, al crecimiento celular.
Esta relación también se da con el tabaco
No solo las bebidas alcohólicas pueden facilitar que se produzcan mutaciones en las mamas. El tabaco es otro de los tóxicos que pueden provocar este efecto y, al igual que ocurre con el alcohol, el impacto es mayor si se empieza a fumar muy pronto.
- "Una mujer que fuma desde los 14 a los 20 años tendrá más riesgo que otra que ha empezado a los 25, aunque ambas fumen los mismos años", advierte la doctora Servitja.
- De hecho, el riesgo de cáncer de mama puede llegar a doblarse, según concluye otra investigación del GEICAM llevaba a cabo en colaboración con el Hospital del Mar. En ella compararon las cifras de la enfermedad entre las mujeres que fumaban antes de tener hijos y las que no, y vieron que entre las que consumían tabaco antes de su primer embarazo había el doble de casos.
Todo ello hace especialmente importante que se impulsen políticas de salud destinadas a las adolescentes para aumentar la conciencia del peligro que tiene consumir este tipo de tóxicos en esta etapa vital.
avances en cáncer de mama