La rigidez cognitiva se refiere a la dificultad de cambiar una opinión cuando estás en una conversación en las redes sociales.
Si te mueves por las redes sociales ya sabrás que lo mejor es no entrar a opinar en temas polémicos para rebatir las ideas contrarias. Pocas veces se sale contento del debate intelectual.
“No te esfuerces: no vas a convencer a nadie de tus ideas en las redes sociales. No importa tampoco el tema”, confirma la psicóloga Pilar Conde, directora de Clínicas Origen.
en política y deportes es donde más ocurre
Según esta experta, no hay matiz posible. Por eso el mejor consejo antes de cualquier otro es no obsesionarse y darse descansos temporales también de las redes.
Dará igual que el tema del debate sean asuntos de relevancia social y política, como pueden ser la crisis económica, la pandemia, el cambio climático o la guerra en Ucrania. O temas intrascendentes y de cotilleo, la crónica rosa.
La rigidez cognitiva es lo contrario a la flexibilidad de opinión y al intercambio de ideas. Nos cuesta rectificar
Por no hablar de las temáticas que levantan pasiones y tienen mucha repercusión social aun no siendo de mero entretenimiento, los deportivos, Eurovisión o las críticas de series y películas.
“Dará igual que tus argumentos sean razonables, fundamentados o curiosos, lo cierto es que la mayoría de los usuarios líderes de opinión y sus miles de seguidores no lo van a tener en cuenta”, asegura la psicóloga.
Por qué en las redes sociales no se cambia de opinión
El motivo es sencillo: parten de la creencia errónea básica de lo que ellos piensan es lo cierto y no están en Twitter, en Facebook, grupos de WhatsApp u otra red social para dialogar, sino para reafirmar su creencia.
- “Su punto de partida no es de apertura, sino de reafirmación de lo suyo”, aclara Pilar Conde.
Nos encontramos ante lo que se denomina rigidez cognitiva, lo contrario a la flexibilidad y al intercambio de ideas. Nos cuesta rectificar. Tras la rigidez aparecen los prejuicios, valoraciones que suelen tener un cariz negativo y que no tienen un fundamento real o intelectual, sino sesgado y tópico.
Estas personas suelen sumar la obstinación en la idea con el desprecio por la opinión de la otra persona
Es más normal buscar en las redes los argumentos que nos confirman nuestra línea de pensamiento que aquellos que nos puedan hacer dudar. A eso se suma la falta de respeto a la opinión ajena. Hasta el punto de que se desprecia y no se llega a tener en cuenta.
Así las cosas, intentar aportar otra visión y que sea aceptada es tarea casi imposible.
El anonimato de las redes potencia la agresividad
La posibilidad del anonimato virtual que permiten las redes incentiva que se salgan de los márgenes de educación y buenas formas.
Es al contrario. “Frente a lo que sería deseable, los usuarios más broncos radicales en sus planteamientos, incluso quienes insultan y faltan el respeto, son los que suelen conseguir más seguidores y un mayor número de likes, retuits y los que, en definitiva, logran un mayor apoyo”, expone la psicóloga.
Este malestar se ha visto incrementado en los últimos años por la tensión que hemos ido acumulando y que puede tener una vía de escape aquí. “Va en paralelo a la insatisfacción social, política y económica de cada momento”, añade la experta.
Lo que ha pasado es que la sociedad ha compensado a estas personas más radicales en lugar de apartarlos. Algunos tuiteros, por ejemplo, han dado el salto a otros escenarios de la vida pública cobrando por sus intervenciones.
Se puede comprobar en algunos programas de televisión y radio (de telerealidad y tertulias) donde el ruido y la polémica priman.
“Interesa porque entretiene, y de ahí que cada vez, y con el fin de conseguir mantener los seguidores y captar nuevos, se transgredan más los límites”, explica Conde.
Cómo educar a los hijos en las redes sociales
En el caso de los adultos, en entrar en este juego depende de la ética y de los valores de cada uno. Pero cuando se trata de menores, aún podemos orientarlos para que huyan de la intolerancia en la red.
- La clave es que enseñemos a nuestros hijos a diferenciar entre la popularidad y la realización personal, “que no son lo mismo en la mayoría de los casos”.
Según Conde, lo que debemos hacer, aconseja, es sentarnos con ellos y a través de las preguntas ayudarles a que cuestionen y rebatan sus propios razonamientos, “sacarles del piloto automático”.
Cómo conseguir más respeto en las redes
Para conseguir una interacción respetuosa en las redes sociales la base es educar a toda esa generación que entra ahora en ellas. La psicóloga recomienda:
- Poner límites al tiempo que se les dedica cada día.
- No limitarse al mismo grupo de interacción. Abrirse a distintas ideologías y opiniones, con el fin de tener una visión global.
- Expresarnos en las redes como si habláramos en persona con nuestro interlocutor. El contenido no tiene por qué ser diferente, pero si las formas de decirlo.
- No entrar en linchamientos y tratar de entender las posturas de cada uno de los usuarios.
- Hacernos una pregunta: ¿Sirve para algo lo que voy a decir?
“Si no aporta, ni suma, ni crea buen ambiente, quizá deberíamos pensárnoslo antes de publicar”, concluye Conde.