Los diabéticos tienen el doble de riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Esto es así porque la acumulación de glucosa en la sangre daña progresivamente los vasos sanguíneos (arterias y venas).
Y ese daño acelera el proceso de arteriosclerosis y aumenta el riesgo de angina de pecho, infarto, muerte cardíaca súbita o ictus.
Por eso, en una persona que sufre diabetes, el control del azúcar es tan importante para prevenir un accidente cerebrovascular.
¿Qué valores son los idóneos en estos casos? Un estudio publicado por la Academia Estadounidense de Neurología ha descubierto el rango ideal de azúcar en sangre que debe tener un diabético que ya ha tenido un infarto o un ictus para reducir el riesgo de sufrir un segundo evento de este tipo.
El rango ideal de glucosa en sangre
"Sabemos que tener diabetes puede estar asociado con un mayor riesgo de tener un primer accidente cerebrovascular", señalan los autores del estudio.
Pero si esto ocurre, "los resultados de nuestro estudio indican que existe un nivel óptimo de azúcar en sangre que puede minimizar el riesgo de sufrir otro derrame cerebral, un ataque cardíaco u otros problemas vasculares, y está justo en el rango del 6,8% al 7,0%".
Este rango se refiere a los niveles promedio de azúcar en la sangre de una persona durante un período de 3 meses. Se mide con una prueba llamada hemoglobina A1C y proporciona una perspectiva más amplia del control general de sus niveles de glucosa.
Detalles del estudio
El estudio al que nos referimos lo firman investigadores de la Universidad de Seúl en Corea. En él han participado 18. 567 personas con diabetes con un promedio de 70 años.
- Todos los participantes fueron ingresados en el hospital por un accidente cerebrovascular isquémico (el tipo de ictus más común), causado por un coágulo de sangre.
- Al ingresar, se les realizó una prueba de hemoglobina A1C para determinar el nivel promedio de azúcar en sangre en los últimos dos o tres meses.
Esta prueba mide un porcentaje de proteínas de hemoglobina en la sangre recubierta de azúcar.
- Un nivel por debajo del 5,7% se considera normal.
- 6,5% o más generalmente indica diabetes.
- Los participantes tenían un A1C promedio de 7,5%.
Evitar un segundo infarto o ictus
Los investigadores hicieron un seguimiento un año después para averiguar si existía una asociación entre los niveles de A1C y el riesgo de sufrir otro derrame cerebral, un ataque cardíaco o morir por estas u otras causas vasculares.
- De todos los participantes, el 8% (1.437) sufrió un infarto o murieron de enfermedad vascular al cabo de un año de iniciar el estudio.
- Y el 5% (954) sufrió otro accidente cerebrovascular o ictus.
El estudio encontró que las personas ingresadas en el hospital con niveles de A1C por encima del rango de 6,8% a 7,0% tenían un mayor riesgo de sufrir un evento vascular como un ataque cardíaco, además de tener otro derrame cerebral o ictus.
En concreto, y después de ajustar factores como la edad y el sexo, los investigadores descubrieron que:
- El riesgo de sufrir un infarto o enfermedades vasculares similares era un 27% mayor cuando ingresaban en el hospital con niveles de A1C superiores al 7,0%, en comparación con aquellos ingresados con niveles de A1C inferiores al 6,5%.
- Y el riesgo de que sufrieran otro ictus fue un 28% mayor cuando ingresaron también con niveles de A1C superiores al 7,0%, en comparación con los que estaban por debajo del 6,5%.
Diabetes y riesgo cardiovascular
Una persona con diabetes tiene entre 2 y 5 más riesgo de enfermedad cardiovascular que la población general, y es mayor en las mujeres.
Ese riesgo cardiovascular se debe, por un lado, al daño que provoca la glucosa en los vasos sanguíneos, lo que acelera el proceso de arteriosclerosis.
Y por otro a las enfermedades que se asocian a la diabetes como la obesidad (sobre todo abdominal), la hipertensión y la hipercolesterolemia. Todo ello favorece el desarrollo del síndrome metabólico, que a su vez también daña las arterias y agrava la arteriosclerosis.
Un pez que se muerda la cola y que puede desembocar en un infarto o un ictus.
Pero, afortunadamente, un buen control de la glucosa puede evitar estos efectos. Por eso es tan importante que un diabético tenga bien controlada su enfermedad.