El sudor es necesario. Nos ayuda a regular la temperatura corporal y elimina toxinas. Es un líquido transparente y la realidad es que de origen no posee ningún olor.
Son las bacterias de la piel (en particular las que se encuentran en la axila) y el sebo (la grasa) que se combinan para provocar sustancias de olor fuerte.
Factores que acentúan el olor
- Toda nuestra piel tiene un grado de acidez, lo que se mide con el famoso Ph. El de la axila es especialmente propicio para que empeore el olor.
- El estrés también acentúa la sudoración.
- La ropa ajustada y los tejidos sintéticos, que no deja transpirar bien.
- Determinados alimentos: como la cebolla, el ajo, el alcohol, el café o el curry.
- Genética: hay personas más propensas a la sudoración abundante.
- El vello: las personas con vello en las axilas acumulan más bacterias y olor que las que están depiladas.
La sociedad occidental nos ha acostumbrado a intentar evitar en lo posible estos olores, y para ello se han creado una amplia variedad de productos que no deja de aumentar.
¿Desodorantes o antitranspirantes?
Son dos opciones muy diferentes, dos maneras de enfocar el problema. La elección dependerá en primer lugar de si eres más o menos propenso a sudar.
Puedes encontrar productos que tengan una combinación de unos y otros, para conseguir un mejor efecto.
- Los antitranspirantes frenan la producción de sudor taponando las glándulas sudoríparas y evitan también el crecimiento de bacterias. No obstante, no hay que abusar de este tipo de productos pues la transpiración es un proceso cutáneo necesario. Es mejor dejar su uso para situaciones que así lo requieran. Un dermatólogo te puede orientar.
- Los desodorantes no son aconsejables para quienes desprenden un olor corporal muy fuerte ya que solo actúan enmascarando la transpiración, sin evitarla. las sustancias que incluyen evitan la proliferación de bacterias que contribuyen al mal olor.
Los hombres sudan más y el vello en las axilas aumenta el riesgo de mal olor
En el caso de las mujeres jóvenes tienen más glándulas sudoríparas que los hombres, pero sudan más ellos porque las glándulas de los varones son más activas.
- Sin embargo, en la menopausia puede darse un aumento significativo de la sudoración.
Los desodorantes ecológicos
“El consejo general es buscar un desodorante que sea lo más respetuoso con la piel, cuanto más naturales mejor”, explica la dermatólogaBlanca Díaz Ley, del Hospital del Sureste, en Madrid.
Tantos los desodorantes clásicos como los ecológicos son eficaces y mantienen el sudor a raya, solo tienes que tener en cuenta tus prioridades.
Los ecológicos suelen ser más caros y menos duraderos, pero más respetuosos con la piel
- Clásico: tiene ingredientes que absorben la humedad (talco, perlite) y neutralizan el olor (triclosán y farnesol). Productos no exentos de polémica. Suelen ser más baratos y más duraderos que los ecológicos.
- Ecológico: los desodorantes sustituyen activos químicos por aceites esenciales (del árbol del té, citronela, eucalipto, etc.). Es la alternativa más natural para las pieles sensibles. Si el problema es de sudoración excesiva se usa el alumbre (Potassium alum). No cierra los poros del todo y crea una película sobre la piel que impide el crecimiento bacteriano.
Los ingredientes más polémicos
- Triclosán: es un ingrediente muy habitual de los desodorantes. Se ha señalado como disruptor hormonal. Los disruptores hormonales son sustancias muy parecidas a las hormonas y que pueden interferir en el resto de hormonas de nuestro cuerpo y, según algunos estudios, provocar alteraciones. También se critica que no respeta la flora beneficiosa de la piel del cuerpo humano. Y desde una perspectiva medioambiental también recibe varapalos: al ser muy estable químicamente no se destruye y llega a ríos y océanos, donde supone un problema ecológico.
- Parabenos: aparecen en los ingredientes con esta terminación, como por ejemplo propylparaben. También es otro disruptor hormonal y aunque es cierto que algunos estudios han detectado su presencia en pacientes con cánceres de mama otros discuten que haya una vinculación directa así, que los resultados no acaban de ser concluyentes.
- Clorhidrato de aluminio: es ingrediente habitual de antitranspirantes, aunque también desodorantes mixtos lo incluyen. Esta sal puede formar aluminatos, que pueden reaccionar con los estrógenos femeninos, y también se ha relacionado con el cáncer de mama por acumulación. En este punto también los distintos estudios e investigaciones entran en controversia a la hora de asegurar una causa-efecto.
“Un estudio se comprobó que había restos de aluminio en pacientes de cáncer, pero no se puede deducir que fuera exclusivamente de los antitranspirantes. En realidad esta acumulación puede provenir de muchas otras fuentes”, aclara la dermatóloga.
Se ha detectado aluminio en pacientes de cáncer pero su origen puede ser muy variado
- Los dermatólogos siguen recomendando antitranspirantes para la gente con hiperhidrosis, una problema de sudoración excesiva donde estos productos sí pueden ayudar.
“Usarlos no es lo más conveniente si no se tiene este problema, pero es exclusivamente porque irritan más la piel, no por otro motivo”, aconseja Díaz Ley.
En general, es bueno prestar más atención a los componentes que tienen. El alcohol era un irritante que se ha eliminado de casi todos. Y lo ocurre es que otras sustancias que generan controversia, como el triclosán o parabenos, el cuerpo las va acumulando.
“Por la duda es mejor no hacer un uso frecuente y, por supuesto, en caso de que un niño necesite desodorante, no usar los que contengan estos ingredientes por precaución”, añade la dermatóloga Díaz Ley.
- Una opción válida, para reducir el contacto prolongado con estos productos, es usar el antitranspirante por la mañana tras la ducha y por la noche, antes de acostarse, limpiar las axilas con agua y jabón.
¿Protección de larga duración?
Algunos desodorantes clásicos dicen que te dan una protección de hasta dos días y otros de 24 horas. Lo cierto es que no hay estudios amplios que avalen una eficacia real de 48 horas.
“Lo de 48 horas no es una protección exacta, se trata más bien de estrategias de marketing”, dice la dermatóloga.
Prácticamente no hay diferencias entre unos desodorantes y otros en este sentido. Más importante es ver qué ingredientes contienen.
Sistema de aplicación
Cómo en el caso anterior, tampoco tiene ninguna trascendencia en el sentido de efectos "buenos o malos" sobre la piel; es algo que depende más del usuario. Los de barra pueden manchar más la ropa, pero se aplican mejor. Y los de spray y roll-on pueden tener una mayor sensación de frescor.