No te duches con esponja: un estudio revela por qué es mejor ducharse con la mano

A partir de ahora vas a dejar de usar la esponja para ducharte. Los estudios indican que es un auténtico nido de bacterias que puede provocar infecciones y otras alteraciones cutáneas.

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Ducha esponja

Las esponjas son un nido de bacterias y pueden irritar la piel.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

Los que están acostumbrados a ducharse con esponja tienen la sensación de ducharse a medias si no frotan por todo el cuerpo este utensilio que cada vez desaconsejan más dermatólogos.

Las razones son básicamente dos: la esponja puede alterar la barrera protectora de la piel y además es un reservorio de patógenos. La alternativa a la esponja es tan elemental y económica como utilizar tu propia mano para enjabonarte el cuerpo. No necesitas más,  y menos hoy en día en que la inmensa mayoría nos duchamos a diario y simplemente el agua de la ducha cayendo por todo el cuerpo ya afecta a la capa de lípidos que protege la piel. Ni siquiera necesitaríamos utilizar jabón a diario, tampoco en los genitales.

Las esponjas son un nido de bacterias

Los patógenos se multiplican fácilmente en unas condiciones de temperatura y humedad que se dan en las esponjas de baño, sobre todo si las dejas en la ducha y no se acaban de secar nunca.

Un estudio publicado en Journal of Clinical Microbiology analizó la cantidad de bacterias potencialmente patógenas para nuestra piel que se acumulan en las esponjas de lufa, un tipo de esponja natural que se utiliza por su efecto exfoliante. Al analizar las muestras comprobaron que estas esponjas eran un medio idóneo para el crecimiento de especies bacterianas dañiñas (Pseudomonas, Xanthomonas, Klebsiella, E.coli,  Enterobacter, Enterococcus o Streptococcus del grupo B).

Por si fuera poco, cuando la esponja de lufa acumula células muertas, lo cual es normal si te duchas con ella, proliferan aún más las bacterias.

Conclusión: las esponjas de lufa (y otras con acción exfoliantes) pueden servir como reservorio y vehículo de transmisión de especies bacterianas potencialmente patógenas para la piel humana.

Alteran el microbioma de la piel

Seguro que te suena la flora o microbiota intestinal. La piel también está poblada por un conjunto de bacterias y microorganismos que la protegen de infecciones y alteraciones si están en perfecto equilibrio.

Ducharse con esponja no solo puede contaminar la piel de bacterias patógenas que anidan en la propia esponja. Al frotar la piel con ella alteras su manto lipídico, sobre todo si lo haces intensamente, y puedes dañar ese microbioma protector de la piel.

El resultado es una piel que, con el tiempo, tiene más riesgo de volverse reactiva o atópica . De hecho, las duchas muy frecuentes son también un factor que altera el manto protector dérmico.

Lo mejor es ducharse con la mano

Los dermatólogos desaconsejan el uso de esponjas y productos exfoliantes en el cuerpo a diario. La exfoliación debería realizarse de forma puntual (cada 15 días por ejemplo) y dependiendo siempre del estado de la piel. La ducha diaria ya arrastra células muertas, no hace falta que frotemos la piel para ello.

Así pues, la mano es el mejor utensilio para limpiar el cuerpo, también genitales y axilas. En caso de que tengas dermatitis o psoriasis, las esponjas están totalmente prohibidas.

Y si después de leer esto sigues queriendo ducharte con esponja, los investigadores recomiendan enjuagarla bien tras cada ducha, dejarla secar completamente y descontaminarla con lejía de hipoclorito (10%) una vez a la semana.