Mantener una vida sexual activa ayuda a superar el cáncer

Se ha comprobado que cuando una persona que sufre cáncer tiene una vida sexual placentera siente menos angustia y cansancio. El sexo hace que el cuerpo segregue endorfinas que nos hacen sentir bien.

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Pareja madura se acaricia en la playa

Sira Robles
Sira Robles

Periodista especializada en salud

Cuando se recibe un diagnóstico de cáncer son muchas las preguntas y las dudas que acuden a la mente durante los primeros días; y es posible que una sea si se podrá mantener una vida sexual activa. La respuesta a esa cuestión es un rotundo “sí”.

Conviene, de todas formas, tener en cuenta las dificultades que pueden ir surgiendo para saber adaptarte a ellas.

Superar esas posibles adversidades y mantener una vida sexual placentera no es solo posible sino también deseable: muchos expertos coinciden en que cuando una persona con cáncer se mantiene activa sexualmente lo supera mucho mejor.

"Diversas investigaciones han demostrado que las personas con cáncer que mantienen una vida sexual placentera sienten menos congoja, sensación de incomodidad y de abatimiento", explica para Saber Vivir, la Dra. Emma Ribas, sexóloga de la Clínica Women's Health Institute Barcelona.

Se reduce la sensación de angustia y cansancio del tratamiento

De ahí que haya surgido una subespecialización en el ámbito de la medicina denominada «oncosexualidad», que se dedica a estudiar las relaciones existentes entre el cáncer y la sexualidad.

POR QUÉ EL SEXO AYUDA A LA RECUPERACIÓN

"La proximidad y la calidez humanas y el sentimiento de compañía que proporciona la sexualidad favorecen la capacidad del paciente para adaptarse a los efectos del cáncer y a los de sus diferentes tratamientos", explica la Dra. Emma Ribas.

Además, son muchos otros los los beneficios que el sexo aporta a nuestra salud, y que suponen una mejoría para las personas que están superando un cáncer:

  • Aumenta la sensación de bienestar. El sexo supone, en realidad, realizar una actividad física más o menos intensa y hace que el cuerpo segregue endorfinas que nos hacen sentir bien y ayudan a alejar la sensación de estrés.
  • Ayuda a bloquear el dolor. Durante el orgasmo se libera una hormona que contribuye a aumentar el umbral del dolor.

El orgasmo facilita el sueño y mejora el descanso

  • Favorece el buen descanso. Se produce una mejora del sueño y del descanso, gracias a la prolactina, responsable de la somnolencia y de la relajación, que se segrega tras el acto sexual.

¿Cómo afecta el cáncer a la vida sexual?

Que se haya generado un cáncer implica estar expuesto a dos tipos básicos de trastornos básicos que potencialmente pueden afectar a la plenitud sexual: los de tipo físico, producidos por los tratamientos aplicados (pueden provocar alteraciones anatómicas, afectar a los niveles de hormonas sexuales...) y los de tipo psicológico, como la ansiedad o la depresión.

Datos recientes confirman que entre un 20-40% de las personas con cáncer sufren ambas limitaciones durante el primer año de su enfermedad. Y esas dificultades relacionadas con la función sexual son distintas según el momento del tratamiento:

  • Recibir la noticia afecta al deseo. "Cuando tiene lugar el diagnóstico; ante el impacto de la noticia, es lógico que se produzca una reducción del deseo sexual", explica la Dra. Emma Ribas.
  • El tratamiento dificulta las relaciones. Las distintas terapias (radioterapia, quimioterapia, cirugía...) suelen implicar una serie de efectos secundarios: debilidad, náuseas, vómitos, inapetencia… Todo ello puede dificultar la práctica normal de sexo.

Los efectos secundarios del tratamiento pueden afectar la sexualidad

  • Tras superarlo, la autoestima puede quedar dañada. En la fase posterior al tratamiento, conocida como de "reconstrucción de la imagen y de la autoestima", la experiencia traumática vivida por la esa persona implica una serie de trastornos psicológicos que también pueden afectar a la sexualidad.

¿Cómo afrontar desórdenes sexuales en el cáncer?

Quien, en esas circunstancias, siente que su vida sexual se ha resentido, no debe tirar la toalla.Se calcula que aproximadamente un 70% de los enfermos de cáncer con disfunción sexual mejora si recibe la atención adecuada.

  • Pide que te asesoren. No temas preguntar en tu centro de salud; existen profesionales especializados en la materia (sexólogos, andrólogos…) que están preparados específicamente para ayudar a los pacientes a superar los problemas relacionados con la sexualidad.
  • Echa mano de la paciencia. Gran parte de las terapias oncosexuales se basan en potenciar la comunicación emocional. Aceptar la situación y las dificultades que conlleva es básico para perder el miedo y entregarse a una actividad no solo es placentera sino que ayuda al total restablecimiento.

Hay que perder el miedo a volver a disfrutar

  • Haz partícipe a tu pareja. Juega un papel capital la pareja del enfermo, en caso de tenerla. Su cercanía y sus muestras de afecto deben estar siempre presentes, dado que constituyen una parte fundamental de cualquier sexualidad bien entendida.

Ten en cuenta que el sexo va más allá del coito

Las situaciones más complicadas son las que afectan a personas que han sufrido complicaciones orgánicas como un estrechamiento de la vagina o una disfunción eréctil. En estos casos, también se puede preservar un espacio para la sexualidad, simplemente "reformulando" la vida íntima.

"Es importante entender que la sexualidad no debe centrarse en lo genital o en el coito, sino en la búsqueda del placer desde un concepto mucho más amplio", recuerda la Dra. Emma Ribas, sexóloga clínica de Women's Health Insitute Barcelona .

Bajo esta perspectiva, el cáncer pone a prueba la capacidad de innovar y de redescubrirse, tanto a nivel individual como de pareja, y permite desmitificar creencias erróneas sobre el sexo, al recuperar zonas erógenas ninguneadas o desatendidas.