El estrés, el reflujo gástrico, las apneas del sueño... son posibles causas del insomnio que hay que tratar.
El insomnio puede ser algo puntual, por estar pasando una situación de estrés o nerviosismo, o algo crónico con lo que uno se resigna a convivir. Pero no debe ser así.
Dormir bien (y durante el tiempo suficiente) es esencial para la salud. La falta de sueño se asocia a diversas enfermedades tanto físicas como mentales, ya que es mientras dormimos cuando nuestro cuerpo hace una especie de reinicio" en un sentido muy amplio para seguir con sus funciones normales.
Sin embargo, según datos de la Sociedad Española del Sueño, 1 de cada 5 españoles tiene problemas para dormir de forma ocasional. Y las mujeres son las más afectadas.
¿Qué es lo que causa el insomnio?
Las causas del insomnio pueden ser diversas y entre las más habituales están:
- El estrés, enemigo número 1 del sueño. Cualquier situación que altere tu ‘paz mental’, aunque no seas consciente, hace que entres en un estado de alerta que dificulta el sueño. El estrés está detrás del 85% de los casos de insomnio ocasional (unas 3 semanas) y las mujeres de entre 40 y 49 años son las más afectadas. Además, aunque se logre conciliar el sueño, el estrés impide que sea reparador porque no se concluyen las fases de sueño profundo y REM.
- Cuando se padece reflujo gástricolos ácidos del estómago suben al esófago provocando ardor. Este síntoma empeora al estar acostado y, aunque no te despierte la sensación de acidez mientras duermes, estas molestias pueden afectar al ciclo del sueño. Cenar ligero, acostarse con la digestión ya hecha y dormir con la cabeza un poco elevada ayuda a aliviar el reflujo gástrico.
- El insomnio es un síntoma habitual de hipertiroidismo. Cuando la tiroides fabrica demasiadas hormonas provoca pérdida de peso, intolerancia al calor, nerviosismo y, en consecuencia, noches en vela. Una analítica para confirmar los valores de TSH, la hormona que estimula la tiroides, es suficiente para comprobarlo.
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- Las personas que sufren apneas del sueño dejan de respirar unos segundos y eso provoca breves despertares durante la noche. Aunque no se percaten de ello, no completan las fases del sueño y van cansados de día. Si roncas y te despiertas cansada puede que tengas apneas.
- Los sofocos de la menopausia también pueden causar insomnio. En esta etapa, con la bajada de estrógenos se sufren más apneas porque hay mayor tendencia al sobrepeso. También aparecen los sofocos. Todos estos síntomas dificultan el sueño. En el caso de los sofocos, el 81% de las mujeres que los sufren tienen problemas para dormir.
Dejar de respirar mientras duermes (apnea) hace el sueño poco reparador
- El síndrome de las piernas inquietasprovoca una sensación de un molesto cosquilleo en la piernas, quemazón, tirantez... Cuando aparecen estos síntomas no puedes dejar de mover la pierna afectada. Ocurre en reposo y mejora con el movimiento, por eso las personas que sufren el síndrome tienen dificultades para quedarse dormidas o se despiertan por la noche si se presenta un brote. Es una de las principales causas de insomnio en personas mayores de 45 años y aunque no se conoce exactamente la causa, se cree que está relacionado con problemas en el transporte de hierro al cerebro o con la falta de dopamina.
- La fibromialgia impide el sueño profundo. Cuando duermen, los afectados (sobre todo mujeres) en lugar de generar ondas delta producen ondas alfa, que son las de vigilia, y no llegan al sueño profundo. El dolor osteoarticular y una mayor tendencia a la depresión también dificulta el sueño en estas personas.
¿Por qué el insomnio afecta más a las mujeres?
La razones por las que el insomnio afecta más a las mujeres son varias: por un lado la fórmula "Maternidad + Profesión + Labores del hogar" que en muchos casos desborda y causa estrés y ansiedad (la principal causa de insomnio); por otro, la tendencia a preocuparse más por todo, que les hace estar en un estado de alerta continuo y por último, los vaivenes hormonales, que también influyen en el descanso.
Además, conforme sumamos años (y eso afecta igual a hombres y mujeres) es normal dormir peor porque segregamos menos melatonina.
Los médicos coinciden en afirmar que el insomnio no debe ser visto como una enfermedad, sino una consecuencia, ya sea de malos hábitos en la higiene del sueño, es decir, de malas costumbres, o bien de algún trastorno concreto. Por eso lo primero es identificar si hay alguna dolencia que impide que duermas bien y acudir al médico si es necesario para tratarla.
Ten en cuenta que, además de provocar fatiga durante el día y restarte calidad de vida, dormir poco o mal tiene otras consecuencias que podrían alterar tu salud, pues aumenta del riesgo de sufrir depresión, diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares...
¿Cuáles son los tipos de insomnio?
Todos podemos pasar una noche en vela, pero si esto ocurre con mucha frecuencia puede ser que padezcas algún tipo de insomnio. Repasa las siguientes opciones para ver si te identificas con alguna de ellas.
- No duermes más de 5-6 horas seguidas. Sufres insomnio de mantenimiento. Aunque este dato es orientativo porque la cantidad de horas de sueño varía de una persona a otra y suele cambiar con la edad. Un bebé duerme 18 horas, un adulto joven de 7,5 a 8 y a un anciano le basta con 6,5 horas.
- Tardas en dormirte más de 30 minutos o te despiertas varias veces por la noche y te cuesta volver a dormir. En este caso tienes insomnio de conciliación.
- Duermes, pero te despiertas agotada. Si a pesar de dormir las horas suficientes te despiertas muy cansada y te falta energía durante el día, es que el sueño no es reparador.
- Te despiertas antes de que suene el despertador. Si te desvelas unas dos horas antes de tu horario habitual puedes sufrir el llamado "despertar precoz".
Si te sientes identificada con alguna de estas situaciones (o con más de una) y te ocurre un mínimo de 2 o 3 veces a la semana podrías sufrir insomnio. Cuando el problema solo dura unas 3 semanas se trata de insomnio transitorio, pero si dura más podría ser crónico y debes acudir al médico.