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Esa fuerza se mide en milímetros de mercurio (mmHg), igual que la tensión arterial que te tomas en el brazo.
- Cuando estás de pie es de 90 mmHg, pero en el momento que la musculatura de la pierna se contrae para caminar, las venas se “vacían” de sangre y la presión baja a 20 mmHg.
- Si se hace un promedio a lo largo del día, el resultado es de 50 mmHg. Pero... ¿qué ocurre cuando ya hay problemas de retorno venoso? Pues que las venas no se “vacían” bien al andar y, en consecuencia, el promedio de presión diaria que soportan es mayor. Y eso, un día tras otro, empeora las varices.
- Para que esto no ocurra hay que reducir, en la medida que sea posible, la fuerza que ejerce el flujo sanguíneo en la vena.
- ¿Cómo? Con gestos y hábitos tan sencillos como los que te explicamos a continuación.
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Eleva las piernas 15 minutos 4 veces al día
Es un gesto sencillísimo… ¡Y el más eficaz! Junto con el uso de medias de comprensión, es un pilar fundamental en la prevención y el tratamiento de la insuficiencia venosa.
- ¿Por qué alivia tanto? Mientras estás erguido, la presión sanguínea en las venas de las piernas es proporcional a la distancia desde el tobillo hasta el corazón. Pero al acostarte, ambos están a la misma altura, por lo tanto, la presión es cero. Y si elevas las piernas, todavía mejor porque se vuelve negativa.
- Efecto real. Está demostrado que levantar las piernas por encima del corazón al menos 4 veces al día durante 15 minutos disminuye el promedio diario de presión que soporta el sistema venoso y, por lo tanto, reduce los síntomas de las varices y evita que empeoren.
- Además puedes elevar la parte inferior de la cama colocando una cuña de espuma debajo del colchón. Poner una almohada bajo las piernas no es tan efectivo porque se comprime con el peso.
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Nada o muévete dentro del agua
En principio, cualquier actividad que provoque una contracción de los músculos de las piernas y ayude a la sangre a subir de nuevo es buena: caminar, correr, ir en bicicleta, subir escaleras... Pero si hay algún ejercicio que resulta beneficioso en caso de insuficiencia venosa es la natación.
¿Por qué va tan bien? Por dos motivos: cuando nadas tu cuerpo está en posición horizontal y, además, la presión del agua ayuda al retorno venoso. Y si lo haces en el mar, donde el agua suele estar a una temperatura más baja, el efecto es todavía más beneficioso porque el frío contrae la vena, contrarrestando así la dilatación propia de la variz.
- Si no te gusta nadar, simplemente sumergiéndote dentro del agua y moviendo un poco las piernas ya alivias la sensación de pesadez.
- También puedes aprovechar las ventajas de la hidroterapia en casa: llena la bañera de agua fría hasta la mitad y camina de una punta a otra 10 minutos.
- Y recuerda que, aunque la mayoría de ejercicios son beneficiosos para alejar las varices, no conviene levantar pesos porque aumenta la presión en el abdomen, lo que repercute en las piernas.
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Acostúmbrate a mover tus pies
Subir y bajar los dedos de los pies cuando estás parado o esperando, por ejemplo, haciendo cola, ayuda a “empujar” la sangre hacia el corazón y aligera la presión de las piernas.
- Hacer rotaciones de tobillo también realiza un efecto similar, tanto si estás de pie como sentado. Ten en cuenta que, aunque permanezcas en una posición estática, si movilizas la musculatura la circulación de las piernas se activa.
- Caminar de puntillas, un plus. Al hacerlo, el gemelo se contrae, la vena se comprime y la sangre sale propulsada hacia arriba liberando así la presión sobre la pierna. Empieza dando pasos suaves caminando descalzo de puntillas.
Después camina durante 2 minutos marcando el paso de forma exagerada y apoyando bien la punta del pie. Para acabar, junta bien las piernas y sube y baja los talones al menos 10 veces.
- Practica este ejercicio cuando notes las piernas cargadas y notarás un alivio inmediato.
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Y al final del día, un buen automasaje
Notarás cómo desaparece la sensación de pesadez. A la hora de realizarlo, ten en cuenta estas recomendaciones:
- Practícalo de forma ascendente, con las piernas elevadas por encima del corazón y apoyadas en un cojín.
- Ten en cuenta que el masaje no tiene que doler: si tienes varices hazlo en las zonas de alrededor, no sobre ellas.
Incluye sandía en tus menús. Su licopeno protege las paredes venosas
- Impregna tus manos en un aceite esencial de ciprés, siempreviva o jengibre, y haz unos cuantos pases desde el tobillo hasta la rodilla en forma de S. Este movimiento es ideal si tienes venas varicosas, ya que te permite esquivarlas. Dedícale 5 minutos a cada pierna.
No olvides "alimentar" bien tus venas
Al margen de perder los kilos que te sobran y seguir una dieta sana y equilibrada, te conviene incluir en tus menús alimentos como:
- Semillas se sésamo. Son muy ricas en L-arginina, una sustancia (aminoácido) que mejora el flujo sanguíneo.
- Arándanos. Un puñado al día incrementa la elasticidad de las venas y activa la circulación periférica.
- Cebolla. Sus flavonoides protegen y fortalecen el sistema venoso.