La obesidad es la auténtica epidemia de nuestro siglo pero también es uno de los grandes desafíos de la salud pública, por no decir el más grande. Y es así porque resulta muy difícil de afrontar.
Más de la mitad de la población mundial tiene sobrepeso y la obesidad es factor de riesgo de una lista larga lista de enfermedades. Los kilos de más complican desde la covid hasta el cáncer; y favorecen la hipertensión, la diabetes o el alzhéimer.
Se trata de una enfermedad crónica pero, a pesar de ello, en la práctica no recibe el abordaje adecuado porque solo el 44% de los pacientes con obesidad recibe el diagnóstico por parte de su médico y apenas un 24% es citado a visitas de seguimiento, según datos facilitados por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Unas situación que convendría revertir si no queremos que las cifras y las consecuencias de la obesidad sigan aumentando. Si la obesidad es una enfermedad, debería tratársela como tal para luchar contra ella: con prevención, tratamientos y seguimiento de los enfermos.
Las cifras de la obesidad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de obesidad ha aumentado desde 1980: un 30-70% de los adultos en la Unión Europea tiene sobrepeso y un 10-30% padece obesidad. En casi todos los países de Europa, 1 de cada 5 personas sufre obesidad.
España no es una excepción. Una encuesta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) desvela la alarmante situación donde las tasas de preobesidad (sobrepeso) y obesidad afectan ya a la mitad de la población.
Según revela esta encuesta, el 53,8% de los entrevistados padecía exceso de peso (un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad).
Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad, y las autoridades sanitarias aprovechan para visibilizar esta enfermedad crónica y muy prevalente que tiene una gran repercusión en las personas que la padecen.
Y es que, tal y como señala la SEEN, la obesidad es un factor de riesgo para múltiples enfermedades como la cardiovascular, la diabetes y al menos 13 tipos de cáncer.
Falta reconocimiento de la enfermedad
A pesar de su dimensión pandémica y sus graves consecuencias, la obesidad tiene poco reconocimiento tanto por la sociedad como por el sistema sanitario.
Los datos del estudio ACTION-IO (Concienciación, Cuidado y Tratamiento en el Manejo de la Obesidad, una Observación Internacional) de España reflejan que solo el 59% de las personas con obesidad reconoce que es una enfermedad crónica y el 80% destaca que la responsabilidad del tratamiento es únicamente suya. Por este motivo, las personas con obesidad tardan una media de 6 años en consultar con el médico, lo que agrava en gran medida la situación.
A pesar de que el 93% de los profesionales de la salud considera la obesidad como una enfermedad crónica, solo el 44% de los pacientes con obesidad recibe el diagnóstico de obesidad por su médico y apenas un 24% es citado a visita de seguimiento. ¿Por qué ocurre esto? Según recuerda la SEEN, son tres los factores que influyen.
- La obesidad es una enfermedad muy estigmatizada en la que se culpa mucho al paciente por no tener hábitos saludables.
- Su tratamiento farmacológico no está cubierto por la financiación pública como ocurre con otras enfermedades crónicas.
- Las listas de espera para el tratamiento quirúrgico son largas y restrictivas.
Comprender la obesidad
Pero la obesidad no es solo cuestión de mala alimentación o falta de ejercicio. Los estudios han demostrado que tiene un origen complejo y multifactorial.
"En cada individuo interaccionan de forma diferente factores que promueven esta enfermedad y gran parte de ellos están fuera de su control voluntario. Así, los determinantes genéticos, en un ambiente cada vez más obesogénico donde también tienen efecto negativo el estrés, el escaso sueño y el sedentarismo, entre otros, contribuyen a que esta pandemia esté descontrolada", señala la SEEN.
Y si en la obesidad influyen muchos factores, el abordaje de la enfermedad también es complicado. Las razones son varias:
- Realmente no está reconocida como una enfermedad crónica.
- La pérdida de peso suele asociarse con la mera estética.
- Hay muchos bulos con respecto a la obesidad y se comercializan muchos tratamientos que no son efectivos.
- Falta educación e formación sobre alimentación saludable en la población general y, más grave aún, en los profesionales de la salud. Además, cuesta renunciar al placer de la comida.
- Hay mucha publicidad de alimentos ultraprocesados, que son los más obesógenos.
Estos son algunos de los factores que hacen que la lucha contra la obesidad sea un verdadero desafío. Sin embargo, tratarla es vital para ganar salud. Está demostrado que reducir el exceso de peso disminuye la incidencia de cáncer y la mortalidad general. Asimismo, puede conseguir la remisión de la diabetes y prevenir eventos cardiovasculares. Pero, sobre todo, mejora la calidad de vida de las personas afectadas.