¿Por qué es tan difícil de diagnosticar?
En el abdomen se concentran numerosos receptores del dolor conectados a otras partes del organismo.
Por eso, aunque en un principio no se sospeche la relación (y por tanto, cueste acertar con un diagnóstico) "muchas patologías renales, ginecológicas, del pulmón, del corazón... pueden presentarse con un dolor abdominal", nos dice el doctor Luis Bujanda, presidente de la Asociación Española de Gastroenterología.
¿Cómo aliviar un dolor muy intenso?
"Cuando el organismo se queja de un dolor abdominal difuso (sin conocer todavía la causa) hay que dar el máximo reposo posible al tubo digestivo, ingiriendo alimentos blandos o líquidos mientres duren las molestias."
"Se pueden tomar analgésicos, pero nunca antiinflamatorios: es un grave error porque lesionan la mucosa gástrico-intestinal al inhibir sus mecanismos de defensa. Como consecuencia, los hacen más sensibles a cualquier ataque externo, por ejemplo una infección."
"Para prevenir las molestias abdominales es importante apostar por la Dieta Mediterránea y realizar ejercicio, tomar pocos alimentos precocinados y no hacer comidas abundantes. Hay que procurar tomar raciones más pequeñas y con mayor frecuencia. También cenar ligero, no tumbarse justo después de comer y no abusar de los antiinflamatorios (AINEs)."
cuando el dolor es una urgencia
En ocasiones, las molestias en el estómago pueden ser la señal de alarma que nos indique que existe un problema grave.
- Si el dolor va a más y no da tregua pasadas 48 horas, se acompaña de sangrado o el organismo no tolera ningún alimento en 24 horas, es preciso acudir a Urgencias.
- Las personas con enfermedades crónicas, bajas defensas o de edad muy avanzada necesitan atención médica cuanto antes.
¿Cómo se llega a un diagnóstico?
Habitualmente el especialista sigue los siguientes pasos para llegar a determinar un diagnóstico:
- Historia clínica y exploración física. Es básico que se revisen los antecedentes médicos y se haga un cuestionario detallado, un examen físico y una palpación del abdomen.
- Análisis de laboratorio. Para complementar o afinar el diagnóstico, es habitual que los médicos soliciten analíticas de sangre y orina, y en algunos casos, de heces.
- Pruebas de imagen. Si sigue habiendo dudas, se realiza una radiografía simple del abdomen, una ecografía o una tomografía computarizada.
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