La depresión puede afectarnos a todos, sin distinción de sexo o clase social, pero casualmente hay el doble de casos entre las mujeres que entre los hombres.
Sin embargo, los expertos aseguran que, aunque es cierto que el vaivén hormonal femenino puede afectar al ánimo, las hormonas no son las únicas culpables.
- Si tu pareja, tu hermano o un amigo sufren de esta enfermedad conviene entender las causas para poder ayudarles, aliviando las cargas del hogar o el estrés que la vida actual genera.
Un 71% de las mujeres que la sufren tiene entre 30 y 65 años. Además, según datos del Instituto Nacional de Estadística, ellas dedican a las tareas diarias domésticas 3 horas más que los hombres, cobran sueldos más bajos, son cuidadoras de hijos, de familiares enfermos...
- Más trabajo, más estrés, menos reconocimiento, más desánimo... Muchas veces no se trata de una depresión severa, pero sí de un estado de angustia o tristeza que, con el paso del tiempo, podría derivar en algo más grave.
el entorno de la persona con depresión
Pero, la depresión no la sufre solo la persona que tiene este trastorno. También la padecen su pareja, sus hijos, sus amigos, sus compañeros de trabajo… Muchas veces, las personas del entorno no saben cómo tratar a alguien que está deprimido. No saben qué decir o qué hacer. Puede ser muy frustrante querer animar a alguien y ver que todos los esfuerzos son inútiles.
Toma nota de todo lo que conviene hacer (y también de lo que no) para ayudar a que una persona deprimida salga del pozo.
- Evita todas las críticas si pasa demasiado tiempo en el sofá, si se queja todo el día, si está de mal humor… Muchas personas deprimidas se sienten muy culpables de su situación, y las críticas pueden agravar la culpabilidad. Tienen que sentir que no se las culpabiliza por estar deprimidas.
- Transmítele apoyo. La idea es que la persona deprimida se sienta apoyada emocionalmente. Muchas veces, un abrazo, una sonrisa, ver una película sentados juntos en el sofá… son mejores que las palabras para que la persona se sienta acompañada.
- Échale una mano con las tareas. Si un factor que ha llevado a la depresión es el exceso de responsabilidades, ayúdale a reducir el número de tareas.
- Hablar, hablar y contrastar y contrastar. Una buena ayuda es rebajar la negatividad de la persona deprimida. Si dice que nunca saldrá de esa situación, es recomendable decirle que, si sigue un buen tratamiento, claro que se curará.
- Ofrécete a acompañarlo para ir al cine, pasear… Pero si ves que se cierra en banda, no insistas y no le hagas sentir culpable por preferir quedarse en casa.
- Practica la paciencia. En el caso de que sea tu pareja la persona que está deprimida, quizá no querrá mantener relaciones sexuales o tampoco será capaz de llevar a cabo muchas tareas domésticas que puede que antaño realizase sin ningún esfuerzo. Si eres su amigo, quizá no quiera salir. Es fundamental entender que, cuando una persona está deprimida, no puede mejorar de la noche a la mañana. Una de la formas de ayudarlo es tener paciencia.
- Pregúntale qué necesita. Si quiere estar solo, hablar o un hombro en el que llorar. La persona deprimida debe sentir que estás para lo que necesite.
- Alimenta su autoestima. Recuérdale que mucha gente le quiere y si un día da un paso y decide por ejemplo volver a trabajar, dile que es fantástico.
cómo ayudar de forma activa
Aunque el listado anterior te parezca simple, estas sugerencias tienen un gran impacto en la salud de quien padece depresión y en ti. Sentir que ayudas de forma activa en su recuperación te hará tener menos ansiedad y les permitirá mantener una relación más sana, en la cual ambos saben que trabajan juntos para superar la tristeza.
Recuerda también cuidar de ti, a pesar de que tu foco se centre en la persona deprimida. Necesitas drenar los sentimientos y estrés que esta situación puede generarles. No te sientas culpable por dedicar unos minutos a ti mismo. Para poder ayudar al otro, primero debes estar bien tú.
Saber gestionar los sentimientos de ambas partes será fundamental. Durante el tratamiento de la depresión se trata también de preservar y cultivar las relaciones sanas del paciente, por esto hay que evitar que este trastorno afecte negativamente la relación entre ambos.
cuidarte a ti para cuidar de otro
Mientras le ayudas, puedes también ser consciente de lo que piensas, así podrás estar atento en caso de sentirte culpable por su tristeza o comenzar a sentirte decaido. Lee, camina, distráete. Nútrete de energía positiva.
Hay acciones sencillas que tendrán efectos casi inmediatos en su salud . Por ejemplo, una caminata por el bosque tiene un efecto sedante y antiinflamatorio. El contacto con la naturaleza estimula el sistema hormonal y las conexiones neuronales.
Ya sea combatiendo la soledad, mejorando sus hábitos de vida y dieta, cada esfuerzo contará.