Muchos adultos fueron disléxicos de niños. Personas inteligentes, válidas, que trabajan desempeñando sus funciones sin problemas, como cualquier otra, pero que en el colegio eran "malos estudiantes". Mala ortografía, lectura lenta y torpe y a menudo notas bajas.
La dislexia es un trastorno que se debería detectar cuando los niños están en edad escolar ya que así se puede tratar y corregir. Según estimaciones, la prevalencia de este problema en los distintos países se sitúa entre un 5 y un 17%. En España, se calcula que, aproximadamente, 700.000 niños tienen dislexia. Sin embargo, pese a que la dislexia interfiere en el rendimiento escolar, con una adecuada intervención, los niños pueden solucionar su problema.
La dislexia no es un impedimento para desarrollarse a nivel profesional, ya que se trata de un problema en la lectura y no en la inteligencia. Es importante eso sí, tratarla de forma correcta y desde en el mismo momento en que se detecta.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje de la lectura de origen neurobiológico en niños que no tiene problemas de inteligencia y que inicialmente pasan por la escuela en los primeros grados con total normalidad, según explica a Saber Vivir Giuseppe Iandolo, profesor de Psicología y director del Máster en Psicología del Desarrollo Infantojuvenil de la Universidad Europea.
Es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades de exactitud y fluidezen el reconocimiento de palabras escritas, en el deletreo y en la posibilidad de descodificar textos.
Al niño le cuesta leer de forma fluida y más las palabras que se escriben y pronuncian de forma distinta
Su incidencia es mayor en determinados idiomas, como puede ser el inglés, en los que hay mayor arbitrariedad de la correspondencia entre las palabras escritas y en cómo se pronuncian.
¿Cuándo se detecta la dislexia?
La dislexia se suele diagnosticar alrededor de los 7-8 años (en 2º o en 3º de Primaria), cuando la lectoescritura ya debe estar instaurada en el niño y aparecen entonces claras dificultades que hacen que parezca que no está al nivel del curso.
En este periodo el niño ya debería tener automatizada la fusión de las letras que ve con la formación de palabras, es decir, debe pasar de leer letra por letra a expresar la palabra en su conjunto.
Aunque puede resultar algo sorprendente, los trastornos del aprendizaje, como el caso de la dislexia, se han empezado a considerar como dificultades en tiempos relativamente recientes.
De ahí, que muchos adultos, "al recibir el diagnóstico de sus hijos, comprenden haber experimentado sus mismas dificultades en la infancia. Normalmente, se trata de personas que dicen haber realizado grandes esfuerzos a lo largo de sus años académicos", afirma el experto.
Al detectar la dislexia en el hijo puede que uno de los padres vea reflejada su infancia
El director de cine Steven Spielberg, el creador de Apple, Steve Jobs o la actriz Jennifer Aniston son disléxicos. Pese a su problema, han conseguido ser genios en cada una de sus facetas profesionales.
En la actualidad, existen distintas opciones para solucionar este problema de aprendizaje. Los expertos aseguran que un tratamiento precoz y adaptado a cada niño da buenos resultados.
¿Qué causa de la dislexia?
En últimas investigaciones, unos científicos franceses creen haber descubierto el origen de la dislexia: un problema en los ojos.
El cerebro recibe la señal de los ojos para decodificar lo que estos observan a su alrededor. Los ojos tienen unas zonas receptoras que no son simétricas y el cerebro se queda con la imagen que le manda el ojo dominante.
En las personas disléxicas esas zonas receptoras de los ojos sí son simétricas con lo que el cerebro "se confunde" ya que no tiene una imagen que prevalga sobre la otra.
Esta teoría podría explicar, por ejemplo, la confusión entre los disléxicos de las letras b y d o la letra E y el número 3.
Se necesita investigar más para saber si esto puede abrir la puerta a nuevos tratamientos.
señales de dislexia en niños
Son varios los signos que pueden hacernos sospechar de una dislexia y dependen además de las etapas evolutivas del niño. Sin embargo, y según expone el profesor Giuseppe Iandolo, algunos indicadores son:
- Le cuesta distinguir fonemas y los confunde.
- Mayor lentitud en la adquisición de las habilidades lecto-escritoras.
- Mayor lentitud en la discriminación y producción lingüística.
- En general, la persona con dislexia tiene errores y mayor lentitud lectora debido a la confusión, omisión, sustitución o lentitud en la descodificación de letras y palabras.
Es importante tener en cuenta que "la simple aparición de una de estas dificultades no debe considerarse suficiente para el diagnóstico de dislexia, pero pueden alertar a los padres y profesores", afirma el profesor. Lo más recomendable, añade, es que ante alguno de estos signos de alerta, se acuda a un experto en neuropsicología clínica.
No es un problema de inteligencia pero dificulta los estudios
Es importante explicar a los niños que la dislexia es un problema en la lecto-escritura y no en la inteligencia. Y sobre todo, que se puede tratar y solucionar con una adecuada intervención por parte tanto del colegio como de la familia.
Las dificultades de lectoescritura influyen de manera directa en el rendimiento escolar del niño, pero también puede generar otros problemas sociales o emocionales.
Según explica el experto, la dislexia puede provocar mayor dificultad a la hora de estudiar, entender la materia o responder a las preguntas de un examen en tiempos breves.
Las dificultades a la hora de leer pueden convertirse en un problema en los primeros cursos, cuando se pide a los alumnos leer en voz alta para toda la clase. En estas situaciones, los niños con dislexia pueden verse bloqueados, alterarse y cometer mayor número de errores o ser objeto de burla por parte de los compañeros.
Leen más despacio o responden las preguntas con lentitud y eso afecta a los estudios
Dependiendo del nivel de seguridad del niño, puede percibirse en desventaja con respecto al resto de compañeros y eso puede llegar a afectar a su autoestima.
Para que esto no ocurra es importante tener cuando antes un buen diagnóstico de dislexia y empezar una intervención.
Claves para ayudar a un niño con dislexia
La dislexia una vez es detectada, requiere de una intervención especializada, que debe tener objetivos compartidos tanto en la escuela como en la familia. La ayuda de los padres es fundamental, por ello, y según recomienda el profesor, es aconsejable que los padres:
- Normalicen y expliquen al niño que se trata de una dificultad específica de la lectura, que no centra la inteligencia. Que le den una explicación clara y acorde a su edad de lo que es este problema. Que le recuerden que el menor rendimiento en la lectura no se encuentra asociado a una dificultad general a nivel cognitivo.
- Informar al centro escolar del diagnóstico y de las intervenciones que se están realizando, con el fin de coordinar metodologías. En el caso que resulte necesario, realizar también adaptaciones curriculares en la clase.
- Trabajar con sensibilidad y método, evitando presionar al niño con la lectura de una manera hostil. Si bien la lectura es una actividad de ocio muy recomendable, debemos comprender que para los niños con dislexia se puede convertir en una tarea que requiere grandes esfuerzos. Por ello, debemos animarle a leer, sin exigir resultados estrictos ni imponer tiempos que son adecuados para niños sin dificultades.