Dos millones de niños desarrollan asma cada año por la contaminación

Lograr un aire más limpio sería una gran estrategia para reducir el asma infantil. Se calcula que casi dos millones de niños en el mundo desarrollan asma por la contaminación que provoca el tráfico.

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La contaminación causa más asma en los niños
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La lista de las consecuencias nefastas de la contaminación es cada vez más extensa.

Un nuevo estudio revela que casi 2 millones de casos nuevos al año de asma en niños podrían estar causados ​​por un contaminante del aire relacionado con el tráfico: el dióxido de nitrógeno o NO2.

La investigación, realizada por la Universidad George Washington, es la primera en analizar el vínculo entre el asma pediátrica y este contaminante en más de 13.000 ciudades, desde Los Ángeles hasta Mumbai (India).

Asma infantil

El asma es una enfermedad crónica que causa inflamación de las vías respiratorias, lo que limita la entrada de aire y provoca dificultad para respirar.

En niños es una de las causas más habituales de hospitalizaciones y absentismo escolar.

Los alérgenos más comunes que pueden provocar un ataque de asma son el polen, el polvo, el moho, el epitelio de los animales, sustancias químicas, algunos alimentos, ciertos fármacos o la contaminación.

De hecho, hace tiempo que se sabe que la contaminación es un factor de riesgo de asma infantil. Y este estudio revela que el problema es especialmente grave en áreas urbanas.

"Los hallazgos sugieren que el aire limpio debe ser una parte fundamental de las estrategias destinadas a mantener sanos a los niños", remarca Susan Anenberg, coautora del estudio.

El efecto del dióxido de nitrógeno

Para analizar hasta qué punto la contaminación expone a los niños a sufrir asma, los investigadores estudiaron las concentraciones de dióxido de nitrógeno o NO2 en 13.000 ciudades de mundo.

  • El dióxido de nitrógeno o NO2 es un contaminante que proviene principalmente de las emisiones de los vehículos motorizados y la industria.

Paralelamente, se rastrearon los casos de asma que se desarrollaron en niños desde 2000 hasta 2019.

Cruzaron los datos disponibles y llegaron a las siguientes conclusiones:

  • De los 1.850.000 casos nuevos de asma pediátrica atribuidos al NO2 a nivel mundial en 2019, dos tercios ocurrieron en áreas urbanas.
  • A pesar de las mejoras en la calidad del aire en Europa y Estados Unidos, el aire sucio, y en particular la contaminación por NO2, ha aumentado en el sur de Asia, África subsahariana y el Medio Oriente.

Mejoras insuficientes

Las cifras son realmente negativas, pero lo cierto es que hemos estado peor.

Este equipo de investigación lleva mucho tiempo investigando la relación entre asma y contaminación, y ha comprobando que los esfuerzos en lograr un aire más limpio van dando sus frutos, aunque de forma demasiado lenta y desigual.

  • Un estudio anterior descubrió que el NO2 estaba relacionado con aproximadamente el 13% de los casos de asma en niños en el mundo y hasta el 50% de los casos en las 250 ciudades más pobladas del mundo.
  • En general, los casos de asma pediátrica relacionados con el NO2 disminuyeron del 20% en 2000 al 16% en 2019.

Un buena noticia que significa que los niños europeos y de Estados Unidos respiran un aire algo más limpio, especialmente los que viven en vecindarios cerca de carreteras transitadas y zonas industriales gracias a las medidas restrictivas impuestas que afectan al tráfico o a las fábricas.

Sin embargo, estas mejorías no se notan en otras partes del mundo y son, en general, demasiado leves porque, según los investigadores, todavía queda mucho por hacer en todo el mundo por frenar las emisiones nocivas de los vehículos y otras fuentes de NO2.

Contaminación y mortalidad

La solución al problema pasa por limitar el tráfico:

  • "Reducir el transporte impulsado por combustibles fósiles puede ayudar a niños y adultos a respirar mejor y puede tener un impacto muy positivo en la salud, con menos casos de asma pediátrica y exceso de muertes", señala.

Y es que más allá del asma, la contaminación se asocia con un aumento de la mortalidad. Otro estudio de la misma universidad sugería que 1.800.000 muertes pueden estar vinculadas a la contaminación del aire solo en 2019.

No hay que olvidar que el 86% de los adultos y niños que viven en ciudades de todo el mundo están expuestos a un nivel de partículas finas que exceden las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud.

Las partículas finas son el otro contaminante del aire que genera más problemas de salud.

Control del asma

Reducir la contaminación es paso obligado para combatir el asma, pero una vez se manifiesta solo es posible controlar los síntomas porque no tiene cura.

Según la OMS, 262 millones de personas sufren de asma en el mundo. Es la enfermedad más frecuente en los niños, pero en ocasiones puede resultar difícil identificarla porque no suelen expresar verbalmente los síntomas.

Pero si los padres notan que el niño sufre bronquitis con mucha frecuencia o escuchan un silbido en el pecho deberían acudir al neumólogo para descartar un diagnóstico de asma.

"El asma generalmente mejora en los primeros años de la adolescencia. No obstante, tampoco se sabe por qué mejora ni si es por cambios hormonales o de otro tipo. De todas maneras, una vez que se diagnostica asma, siempre hay la tendencia a que bajo las circunstancias apropiadas, vuelva a presentarse más adelante en la vida", afirma el Dr. John Costello, neumólogo de Mayo Clinic Healthcare en Londres.

Al margen del tratamiento farmacológico, cada vez está más demostrado que la práctica regular de ejercicio es un gran aliado para mantener la enfermedad a raya.