Un cambio en el tratamiento del ictus reduce mucho el riesgo de secuelas

La supervivencia del ictus es muy alta, pero muchas personas quedan con secuelas. Un estudio coordinado por el Hospital Clínic ha demostrado que la administración de un fármaco justo después de extraer el trombo reduce mucho el riesgo de secuelas.

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Un cambio en el tratamiento del ictus reduce mucho el riesgo de secuelas
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Después de sufrir un ictus isquémico es clave restablecer la circulación sanguínea en la zona del cerebro afectada para que los pacientes se recuperen con el menor número de secuelas posibles.

A pesar de que los tratamientos actuales consiguen que la sangre vuelva a funcionar con normalidad en el cerebro en un 80% de los casos, solo un 27% de los pacientes quedan totalmente libres de secuelas a los 3 tres meses de sufrir el accidente cerebrovascular.

Un estudio coordinado por investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS ha demostrado que la administración de un fármaco después de la intervención para extraer el trombo mejora el pronóstico de los pacientes, hasta el punto que casi un 60% quedan totalmente sin secuelas.

El trabajo, publicado en la revista JAMA, supondrá un cambio de paradigma en el tratamiento del ictus isquémico.

Ictus isquémico

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Y se prevé que los casos aumenten en los próximos 25 años por los malos hábitos y el aumento de la esperanza de vida, alerta la OMS.

  • Un 85% de los ictus son de tipo isquémico. Este tipo de ictus se produce cuando un coágulo bloquea o tapa un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro. Esto impide que la sangre fluya correctamente y las células del cerebro comienzan a morir.

Durante las primeras horas del ictus, actuar rápido es clave ya que, de promedio, cada minuto que pasa mueren dos millones de neuronas. Por ello, los tratamientos que permiten recuperar el flujo sanguíneo deben utilizarse hasta 24 horas después del ictus.

  • Cada 30 minutos que tardan en comenzar el tratamiento se reduce la posibilidad de tener buenos resultados en un 14%.
  • Y cada hora de retraso, el cerebro envejece 3,6 años en comparación con un cerebro sano.

Por qué quedan secuelas

El ictus se trata mediante una trombectomía mecánica, que consiste en la introducción de un catéter por la arteria femoral a través del cual se hace avanzar un stent hasta la arteria obstruida.

  • El objetivo es capturar, entre las mallas del stent, el trombo o coágulo y extraerlo para restablecer la circulación. Se trata de un procedimiento de elevada complejidad que solo se realiza en hospitales con profesionales altamente cualificados, recuerdan desde el Hospital Clínic.

"En cerca de un 80% de los casos conseguimos que la sangre vuelva a circular con normalidad, pero hemos observado que a los tres meses el porcentaje de personas que están completamente libres de secuelas es del 27%", explica el Dr. Ángel Chamorro, coordinador del estudio y jefe de la Unidad de Patología Vascular Cerebral y del grupo de investigación de Enfermedades cerebrovasculares del IDIBAPS.

La persona no muere del ictus, pero más del 70% puede tener algún tipo de secuela. Y esto es así porque, a pesar de que se restablece la circulación con aparente normalidad, el tejido cercano a la formación del trombo muere.

Dicho de otra forma, aunque la arteria quede desbloqueada, existe afectación a nivel de la microcirculación cerebral. "Esta microcirculación queda obstruida, es como si abriéramos una autopista, pero mantuviéramos cerradas las salidas", apunta el Dr. Chamorro.

Restablecer la microcirculación

Para restablecer esa microcirculación y evitar posibles secuelas, los investigadores pensaron que sería útil administrar un fármaco fibrinolítico, que ayudan a disolver los trombos y a restablecer el flujo sanguíneo, después de la realización de la trombectomía.

"Con esta aproximación, tratamos lo que no vemos pero que sabemos que está ahí", explica Arturo Renú, responsable del ensayo en el Hospital Clínic.

  • En el estudio publicado en JAMA participaron 121 pacientes. A un grupo se les administró el tratamiento fibrinolítico después de la trombectomía mecánica y al otro grupo, placebo después de realizar el mismo procedimiento.
  • Los investigadores comprobaron que, administrando el tratamiento, aumentan hasta un 59% las posibilidades de que el paciente se recupere al 100% y quede sin secuelas a los tres meses del ictus.

Antes de este estudio, el fármaco fibrinolítico se daba antes de extraer el coágulo. Ahora se ha visto que es más eficaz extraer primero el coágulo que bloquea la arteria para despejarla, y administrar después el fármaco para deshacer trombos más pequeños que puedan obstruir la microcirculación.

"Este trabajo supone un cambio de paradigma en el tratamiento de la enfermedad en todo el mundo", no duda en señalar el Dr. Ángel Chamorro.