El ser es la memoria. El recuerdo nos permite encontrar ese nexo de unión entre lo que somos y lo que hemos sido. Unidos forman la persona en la que nos reconocemos.
Por eso se hace tan duro reconocer a nuestros seres queridos en estadios avanzados de alzhéimer o demencia senil. No parecen la misma persona, y de hecho, sin sus recuerdos, no lo son.
DE QUÉ ESTÁN HECHOS LOS RECUERDOS
Nuestra memoria se almacena en el cerebro. La corteza cerebral es como un jardín poblado de árboles, que son las neuronas.
Hay unos 86 mil millones de neuronas, células piramidales que extienden especies de ramas para formar interconexiones, las sinapsis.
Cada vez que recordamos, ese recuerdo cambia
Cuando recuperamos un recuerdo, hay impulsos eléctricos. Se activan esas sinapsis (interconexiones) y se forman nuevas.
“Cada vez que recordamos, reinventamos el recuerdo”, explica la doctora Mara Dierssen, expresidenta de la Sociedad Española de Neurociencia.
Varios estudios han podido demostrar que esto es así:
- En ruedas de reconocimiento, por ejemplo, el testigo tiende a equivocarse si ha visto a uno de los sospechosos poco antes.
- Tendemos a creer que recordamos momentos de nuestra primera infancia. Lo que revivimos es lo que nos han contado y que nosotros reinterpretamos con nuestros propios recuerdos del lugar o de las personas que estaban.
CUÁNTA MEMORIA CABE EN EL CEREBRO
“Sobre el cerebro hay mucho que todavía desconocemos”, admite la neuróloga Dierssen.
No hace mucho, se decía que usábamos solo el 10% de nuestra capacidad cerebral. Hoy se ha visto que este dato no se basa en ninguna evidencia científica.
“Algunos cálculos hablan de que un cerebro podría almacenar mil billones de bytes, suficiente para almacenar casi todo el contenido actual de internet”, explica.
Gracias a las técnicas de neuroimagen, que captan e iluminan los impulsos eléctricos cerebrales se ha podido “ver” las partes del cerebro que se activan cuando aprendemos.
- Un ejemplo: en un experto en ajedrez se activan zonas más amplias y diseminadas cuando juega que en uno con pocos conocimientos del juego.
Gracias a estos aparatos hemos podido ver dónde está la memoria, qué zonas se activan.
¿DÓNDE SE GUARDAN LOS RECUERDOS?
No hay un único lugar en el que se almacena todo lo que sabemos. Hay varias zonas.
- Una de esas zonas, que se ha visto fundamental en la conservación de recuerdos, es el hipocampo.
Son dos zonas internas del cerebro alargadas, semejantes a un caballito de mar, de ahí el nombre.
¿Cómo se sabe? Gracias a experiencias médicas. Por ejemplo, el caso de Henry Molaison.
Este hombre sufría ataques epilépticos constantes. Cuando se le afectó el hipocampo lograron que no tuviera más ataques, pero dejó de tener recuerdos nuevos. Cada día olvidaba lo vivido.
Sin embargo, si se le enseñaba una tarea, cada día la hacía mejor, aunque no recordara haberla hecho nunca. “Eso demuestra que hay dos tipos de memoria”, señala la doctora.
El hipocampo es una zona básica para los recuerdos
Otro caso aún más radical es el de un hombre, Clive Wearing, que no retenía más de siete segundos de memoria. “Sólo recordaba que podía tocar el piano y amaba a su mujer”.
por que hay gente con mucha memoria
En el otro extremo, hay personas que tienen una capacidad que les lleva a recordar todos los recuerdos vividos. No olvidan nada. Este fenómeno se llama hipernesia.
"Son procesos muy desconocidos aún", dice la neuróloga. A veces aparecen tras vivir un momento traumático.
Pero cómo se crean los recuerdos o por qué se conservan unos y otros no. Hay factores que influyen:
- Genéticos: algunas familias tienen especial propensión a olvidarse de las cosas. La dopamina podría estar implicada.
El trastorno genético del autismo puede provoca que la persona tenga una memoria asombrosa para algún tipo de recuerdos concretos.
- Entorno: un estudio de taxistas de Londres, que debían memorizar muchas calles, demostró que tenían un mayor hipocampo que la media.
CÓMO SE CONSERVA FÍSICAMENTE LA MEMORIA
La memoria se va creando por procesos moleculares. No se hacen en una única conexión neuronal, sino en una red de conexiones.
“La memoria físicamente estaría en ese grupo de neuronas que se conectan de una manera más fuerte”, dice la neuróloga Dierssen.
- Estas conexiones se llaman engramas.
Cada uno de esos engramas son la localización neuronal de un recuerdo, “la huella de la memoria”.
La memoria no es única. Hay dos tipos de memoria:
- La memoria explícita, la de los recuerdos de hechos, que es de la que hemos hablado.
- Las memorias implícitas. Son los recuerdos de actos que hacemos por inercia, instintivos, y que se ubican en otras zonas: cerebelo, ganglios basales.
Las redes de conexiones son la "huella de la memoria"
Y puede ser más complicado, por ejemplo:
- La memoria olfativa, que es quizá la que llega más directa. “Es un tipo de memoria especial”, admite la doctora.
Es una muestra de que la memoria es mucho más complicada como para limitarla a una mera zona.