La estimulación cerebral profunda puede curar la depresión resistente

Implantar electrodos en áreas concretas del cerebro implicadas en la depresión podría ser la cura en los casos graves que no responden a los fármacos. Una paciente de 36 años que vivía "una tortura diaria desde la infancia" ha dejado de sufrir los síntomas.

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La estimulación cerebral profunda puede curar la depresión resistente
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La mayoría de las depresiones se tratan satisfactoriamente con fármacos y psicoterapia, pero en un 30% de los casos estas opciones no funcionan.

En estos pacientes, la estimulación cerebral profunda podría suponer la curación para una enfermedad que quizá lleven años arrastrando. Esta técnica consiste básicamente en implantar electrodos en el cerebro que envían impulsos eléctricos a zonas concretas de este órgano.

Así ha ocurrido en el caso de Sarah, una mujer de 36 años con una depresión resistente que empezó en la infancia. Sarah ha dejado de sentir los síntomas angustiantes que vivía a diario gracias a una modalidad de estimulación profunda "personalizada".

Hace 15 meses que lleva los electrodos implantados en el cerebro y es otra persona. Al principio la mejora de la depresión "fue muy brusca y no estaba segura de que fuera a durar, pero ha durado", afirma.

El equipo de neurocirujanos y psiquiatras del Instituto Weill de Neurociencias en la Universidad de California en San Francisco que ha realizado el estudio con Sarah ha expuesto su caso al detalle en Nature Medicine.

Aplicaciones de la estimulación cerebral profunda

La estimulación cerebral profunda consiste en implantar unos electrodos en el cerebro que envían impulsos eléctricos a estructuras específicas de este órgano.

La implantación de los electrodos se realiza mediante cirugía estereotáctica, un tipo de intervención quirúrgica mínimamente invasiva que utiliza un sistema de coordenadas tridimensional para localizar pequeñas estructuras.

Es un tratamiento seguro y efectivo que se utiliza desde hace años en pacientes con párkinson y epilepsia, y también en enfermedades psiquiátricas como el trastorno obsesivo-compulsivo.

En el terreno de la depresión, hace años que se estudia con resultados variables.

Pero en el caso de Sarah, la depresión ha remitido totalmente gracias a una modalidad de estimulación profunda personalizada.

Electrodos personalizados para el paciente

Los médicos comparan la estimulación profunda personalizada con afinar un instrumento.

De la misma manera que afinas un instrumento para que suene mejor antes de tocarlo, afinaron la estimulación antes de aplicarla para mejorar los resultados. Y lo hicieron en dos pasos:

  • Primero determinaron mediante un mapeo cerebral qué áreas del cerebro de Sarah eran las que justamente estaban implicadas en la aparición de los síntomas depresivos.
  • Después establecieron con qué intensidad y frecuencia había que aplicar la estimulación con electrodos para aliviar los síntomas.

Así pues, en lugar de aplicar una estimulación constante en una zona del cerebro, "personalizaron" el tratamiento para que los electrodos se activaran justamente cuando aparece el síntoma depresivo.

Tal y como aseguran los autores del estudio, esta neuromodulación de precisión es un hito porque "no se había realizado anteriormente en psquiatría".

Alivio inmediato de los síntomas

Los resultados del tratamiento son tan espectaculares que pueden suponer un antes y un depués en el tratamiento de las depresiones severas que no responden a ningún tratamiento.

Según informan los autores del estudio, la implantación del dispositivo eliminó los síntomas de inmediato, de forma mantenida, al menos durante 15 meses.

Hasta el momento tampoco se han observado efecto secundarios, aunque el equipo médico está vigilante ante un posible empeoramiento de la depresión o la ansiedad.

Una tortura diaria

La OMS estima que más de 300 millones de pesonas en todo el mundo sufren depresión, una cifra que según los expertos va en aumento.

Un estudio publicado en The Lancet Public Health concluye que un 6,4% de la población europea padece depresión y su incidencia es más alta entre las mujeres.

Alrededor del 70% de los casos se tratan con éxito con fármacos y psicoterapia, pero hay un 30% de enfermos en los que el tratamiento convencional no funciona.

Y vivir con depresión es muy duro. Sarah, la paciente tratada en este estudio, participó junto a los médicos en la rueda de prensa y definió su enfermedad como "una tortura diaria" en la que tenía que luchar a diario contra pensamientos destructivos.

  • "Durante los primeros meses, la disminución de la depresión fue tan abrupta que no estaba segura de si iba a durar. Pero ha durado".
  • "Y me he dado cuenta de que el dispositivo refuerza la terapia y el autocuidado que aprendí como paciente aquí en la Universidad de California San Francisco".

Esa combinación le ha dado una perspectiva sobre los desencadenantes emocionales y los pensamientos irracionales que solían obsesionarla. "Ahora esos pensamientos aún surgen, pero es solo... puf... y el ciclo se detiene".

El caso de Sarah es el primero de un estudio que espera ampliarse con más pacientes. En el ensayo ya se han registrado otros dos enfermos y los investigadores esperan poder completarlo con nueve más.

Aunque los resultados de este estudio hay que tratarlos con cautela porque es la experiencia de una sola paciente, no hay duda de que abre un nuevo paradigma en psquiatría.