El ictus cerebral destruye las neuronas mediante ondas eléctricas mortales

Hasta ahora se creía que cuando tienes un ictus, la falta de oxígeno en el cerebro hace que las células nerviosas mueran por una reacción química tóxica. Investigadores han descubierto que antes llegan unas ondas eléctricas letales. Esto puede abrir una nueva vía al tratamiento.

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El ictus mata las neuronas con ondas eléctricas
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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

El ictus cerebral es una de las principales enfermedades cardiovasculares que existen. Como sabes, se produce cuando uno de los vasos sanguíneos que lleva sangre al cerebro se tapona (ictus isquémico) o se rompe (ictus hemorrágico) y se frena el aporte de oxígeno a las neuronas.

Las consecuencias para la persona pueden ser muy diversas. Depende de la parte del cerebro que se haya visto afectada y de la amplitud de la zona dañada. En todo caso, siempre es un problema grave que requiere atención inmediata.

Por qué se mueren las neuronas

Las neuronas son las células más sensibles a la carencia de oxígeno y glucosa, y mueren tras unos pocos minutos sin su aporte continuo desde el torrente sanguíneo”, confirma el doctor Óscar Herreras, neurólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De ahí que en una situación de ictus, el tiempo de diagnóstico y tratamiento sean fundamentales.

Antes de que la falta de oxígeno cree una reacción tóxica en las células, una onda eléctrica ya silencia el tejido cerebral dañado

Un grupo internacional de investigadores, en el que participa el doctor Herreras, ha planteado dudas sobre la creencia de cómo morían las neuronas. La hipótesis era que la falta de oxígeno en la sangre provoca primero una toxicidad química letal para las células nerviosas. El proceso sigue otro orden.

  • Después de que se tapone la llegada de sangre oxigenada, aparece una onda eléctrica que circula por todo el tejido cerebral afectado.
  • Esta onda hace perder la capacidad de generar electricidad a estas neuronas.

Recuerda que son los impulsos eléctricos los que hacen que unas neuronas se comuniquen con otras y les permite procesar la información. Con esta onda letal que surge del ictus, se las silencia definitivamente.

Para qué sirve este descubrimiento

Los accidentes cerebrovasculares son la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacitación”, explica el neurólogo. “Y a pesar de haber concitado uno de los mayores esfuerzos de investigación, los numerosos hallazgos sobre el mecanismo de los accidentes cerebrovasculares no han tenido una traslación a la clínica.”

Se han hecho más de 200 ensayos clínicos con medicamentos que parecían útiles para tratar el ictus. La realidad es que no han dado resultados prácticos. Hoy no existe una estrategia de tratamiento clara, basada en evidencia científica, para tratar a estos pacientes que llegan a la UCI.

El problema puede ser que todos esos ensayos y fármacos se han basado en la teoría equivocada. “Han sido tres décadas de experimentación dedicada a probar una y otra vez que las neuronas mueren cuando son sometidas a un ambiente tóxico”, subraya el doctor Herreras.

Ahora se plantea que se ponga el foco en la onda de potencia eléctrico que se produce momentos antes del daño tóxico y que supone una nueva diana muy prometedora en la búsqueda de tratamientos.

Hay que vigilar las ondas eléctricas

Estas ondas no son una novedad. “Desde mediados del siglo pasado se conocía que, tras la interrupción de aporte sanguíneo en el cerebro, el primer evento en la cadena de sucesos que conduce a la muerte de las neuronas es la aparición de esta onda”, aclara el neurólogo.

Estas ondas también se producen en la migraña, pero duran menos y el tejido nervioso se recupera del todo

Es una onda que también aparece en los ataques de migraña. La diferencia es que en la migraña esta onda apenas dura un minuto y el tejido cerebral se repone del todo.

Los investigadores no dicen que la toxicidad que se produce tras el ictus no sea un problema. Es un hecho que tras el ictus hay un exceso de glutamato, una molécula transmisora que sale de las neuronas por la falta de oxígeno y afecta a las células vecinas.

Pero una vez iniciadas las ondas se desencadenan muchos procesos paralelos que conducen a la muerte, y atajar solo la toxicidad del glutamato no es suficiente. Es necesario detener las ondas que desencadenan todo”, dice el doctor Herreras. Su consejo es que en las UCI se preste más atención a estas ondas, pues su presencia y duración pueden dar pistas de cuánto tejido nervioso sufre un daño irreparable.

¿Se pueden llegar a parar las ondas?

El problema es que ya hay una serie de protocolos estandarizados y, ante un accidente cerebral, ya sea un ictus o una hemorragia cerebral o un traumatismo craneoencefálico, los especialistas no quieren experimentos.

Hoy hay varias investigaciones en marcha en laboratorio para ver cómo parar esas ondas letales. “Pero hay una fuerte resistencia a cambiar la forma de pensar -añade el neurólogo del CSIC-. Entender la química es más fácil que tener que enfrentarse a ondas eléctricas de naturaleza desconocida.

Los investigadores han presentado su estudio en la revista Neurocritical Care, donde plantean que se incluya en las UCI equipos para registrar estas ondas y se diseñen estrategias para frenarlas. Es la primera vez que las publicaciones especializadas abordan esta posibilidad. Un gran avance.