Las lágrimas no son solo gotas de agua salada que nos hidratan y limpian el ojo. Tienen otros componentes en menor cantidad, básicamente proteínas y grasas, que pueden decirnos muchas cosas.
Igual que un análisis de sangre, el análisis de esas sustancias presentes en la lágrima puede darnos pistas del estado de salud. Con esa premisa, un grupo de investigación, coordinado por la Universidad del País Vasco UPV/EHU, ha señalado posibles marcadores del párkinson.
la Relación de las lágrimas y el párkinson
Que las lágrimas sea un camino para detectar enfermedades neurodegenerativas no tienen por qué sorprender tanto. Los ojos están muy cerca del cerebro. A la córnea llegan numerosas terminaciones nerviosas y el ojo tiene abundantes vasos sanguíneos a través de los cuales se liberan sustancias que la lágrima también puede recibir.
“La lágrima ofrece una gran fuente de información, nos proporcionan importantes datos sobre el funcionamiento de nuestro organismo”, nos confirma la profesora Elena Vecino Cordero, catedrática de Biología Celular que dirige el grupo de investigación.
Así ha sido como han podido relacionar una serie de moléculas presentes en las lágrimas y que estaban en unas cantidades especialmente altas en los pacientes de parkinson.
Son datos preliminares. “Durante este año corroboraremos estos biomarcadores y el siguiente paso es que una empresa prepare un dispositivo más sencillo para hacer este análisis y poder comercializarlo”, añade la investigadora.
Cuándo puede haber un detector fiable
La profesora Vecino no espera que antes de dos o tres años pueda estar disponible este tipo de análisis para poder distribuirlos en centros sanitarios. Previamente se ha de confirmar que estas moléculas que han detectado efectivamente son marcadores generalizados que pueden servir como detectores fiables.
El objetivo ideal, a mucho más largo plazo, sería poder comprobar si estas mismas señales servirían como marcadores preventivos; es decir para alertar del riesgo de que una persona pueda llegar a sufrir la enfermedad cuando aún no ha empezado.
“No es la fase en la que estamos. Ahora buscamos confirmar que son marcadores que pueden dar el diagnóstico del párkinson en una fase inicial, cuando apenas ha dado síntomas”, aclara la profesora Vecino.
Otras posibles pistas de las lágrimas
Lo interesante de este campo de investigación es que se abre a muchas posibilidades. “Nuestro grupo lleva investigando las lágrimas desde hace más de veinte años y ahora sabemos muchas cosas”, apunta.
En la lágrima hay muchos potenciales biomarcadores. Los biomarcadores son cualquier sustancia secretada por el cuerpo, normalmente en el torrente sanguíneo, y que pueda indicar un trastorno. Algunos son bien conocidos, como el colesterol para indicar riesgo de problemas cardiovasculares o la PSA, una sustancia producida por la próstata y cuyos niveles altos puede indicar un tumor.
“Cada vez se identifican más biomarcadores predictivos en las lágrimas”, nos confirma la investigadora. Recientemente se anunció un marcador que podía ayudar a detectar problemas coronarios.
El grupo de Elena Vecino se plantea continuar investigando en el futuro la detección de otras enfermedades neuronales, como el alzhéimer a través de las lágrimas.
¿Sirve cualquier lágrima?
Las lágrimas se pueden verter por varios motivos. Lo relacionamos sobre todo con la tristeza, aunque también lloramos de risa. Y nos puede hacer llorar la cebolla, una irritación ocular o un frío intenso.
El motivo de la lágrima no es la clave, sino lo que contiene la lágrima, aguas, sales, la grasa secretada en la base de las pestañas y otras sustancias secretadas por la conjuntiva, que es la parte blanca del ojo.
"El estudio más en profundidad sobre las lágrimas podría marcar el futuro de la detección precoz de enfermedades"
No todas las lágrimas son iguales, y por eso, es importante saber recoger las muestras que van a ser estudiadas. “Las lágrimas reflejas, las que producimos de forma involuntaria cuando se nos mete algo en el ojo, son más ricas en la parte acuosa y no nos servirían para el estudio. Tampoco nos servirían las lágrimas emocionales por la misma razón”, explica la especialista.
“El estudio más en profundidad sobre las lágrimas podría marcar el futuro de la detección precoz de enfermedades -concluye la investigadora-. Las lágrimas pueden dar las claves para predecir dolencias de forma no invasiva, pero todavía necesitamos más investigación”.
El proyecto que ha permitido la realización de esta investigación está financiada por la agencia Vasca de Desarrollo Empresarial Spri, Proyecto Elkartek.