Si algo positivo ha tenido esta pandemia es que las caminatas al aire libre se convirtieron durante unos meses en el pasatiempo habitual de muchos.
Con bares, restaurantes y comercios cerrados; y con los confinamientos perimetrales que no nos dejaban ir muy lejos, salir a pasear era una de las pocas opciones de ocio.
Pero esos paseos no solo era positivos para nuestro ánimo y bienestar, también eran buenos para nuestro cerebro.
Un estudio alemán publicado en The World Journal of Biological Psychiatry ha demostrado que incluso las estancias cortas al aire libre provocan un beneficio en nuestra estructura cerebral.
Más de 280 resonancias magnéticas
Para comprobar todo lo positivo que tiene para el cerebro humano estar al aire libre, el equipo del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y del Centro Médico de Hamburgo-Eppendorf estudió a un grupo de habitantes urbanos sanos de mediana edad durante 6 meses.
- Durante ese tiempo, se realizaron más de 280 exploraciones de sus cerebros mediante imágenes de resonancia magnética.
- Antes de realizar cada resonancia magnética se tuvo en cuenta lo que habían hecho los participantes 24 horas antes y, en particular, las horas que habían pasado al aire libre.
- También se les preguntó por la ingesta de líquidos, el consumo de cafeína o la actividad física que realizaban. Son factores también beneficiosos y han querido comprobar si alteraban la asociación entre el tiempo que pasaban al aire libre y el cerebro.
Aumenta la materia gris
Los escáneres cerebrales no dejaron lugar a dudas, ya que demostraron que el tiempo que los participantes pasaron al aire libre se relacionó con un aumento de la materia gris en la corteza prefrontal dorsolateral derecha, que es la parte superior (dorsal) y lateral del lóbulo frontal en la corteza cerebral.
Esta parte de la corteza participa en la planificación y regulación de acciones, y también en el control cognitivo.
Además, es sabido que muchas enfermedades psiquiátricas están relacionadas con una reducción de la materia gris en el área prefrontal del cerebro.
El potente efecto de estar al aire libre
Como decíamos, la práctica de ejercicio, la ingesta de líquidos, la cafeína o las horas de luz solar son factores que también tienen una acción positiva en la materia gris del cerebro.
El caso del ejercicio está ampliamente demostrado. Aumenta las conexiones neuronales, que al fin al cabo es lo que nos aleja del deterioro cognitivo a medida que pasan los años.
No hay que olvidar que el capital o la reserva de nuestro cerebro se mide en función del número de conexiones neuronales que tenemos.
El ejercicio también evita que el hipocampo encoja con la edad, hecho que provoca la pérdida de memoria que aparece con los años.
Pues bien, al margen de todo lo bueno de actividades como el ejercicio, los investigadores observaron, mediante complejos cálculos estadísticos, que el efecto beneficioso que provoca en la materia gris pasar tiempo al aire libre es tan potente que se produce incluso aunque no influya ningún otro factor.
Efectos en la memoria y la concentración
"Los resultados de este estudio muestran que nuestra estructura cerebral y nuestro estado de ánimo mejoran cuando pasamos tiempo al aire libre", señala con satisfacción la investigadora Simone Kühn.
Y esto "probablemente también afecte a la concentración, a la memoria de trabajo y a la psique en su conjunto", subraya.
Para comprobarlo, el equipo está inmerso en otro estudio en el que "los participantes tendrán que resolver tareas cognitivas difíciles mientras utilizan numerosos sensores que miden la cantidad de luz a la que están expuestos durante el día, entre otros indicadores ambientales", explica Kühn.
Lo bueno de caminar al aire libre
Las bondades de caminar para la salud son muchas:
- Reduce la presión arterial, el colesterol, los triglicéridos y los niveles de glucosa en sangre, lo que beneficia la salud cardiovascular.
- Estimula la creación de hueso y aleja la osteoporosis.
- Mejora la salud digestiva, estimula el trabajo de los intestinos y ayuda a mantener el equilibrio de la microbiota.
A todos estos beneficios, se suma el que acaba de demostrar este trabajo: pasear al aire libre aumenta la materia gris en una zona del cerebro que está involucrada en la planificación y el control cognitivo y que suele estar afectada en los trastornos mentales:
- "Estos hallazgos brindan apoyo neurocientífico para el tratamiento de los trastornos mentales. Los médicos podrían prescribir una caminata al aire libre como parte de la terapia, similar a lo que es habitual para las curas de salud", asegura la investigadora Anna Mascherek.
Y probablemente este efecto positivo en la estructura cerebral mejore también la memoria y aleje el deterioro cognitivo propio de la edad.