En el ictus, el tiempo es vida. La frase es literal porque cuanto más tiempo se tarda en restablecer el riesgo sanguíneo en el cerebro, mayor riesgo hay de que queden secuelas y también de muerte.
Por eso es vital actuar rápido y para ello es clave reconocer los síntomas y acudir enseguida a los servicios de urgencias.
Sin embargo, en las mujeres podría resultar más complicado saber que están sufriendo un ictus. Y es que, aunque los síntomas clásicos como los problemas de movimiento y el habla se dan en ambos sexos, en ellas es más habitual que aparezcan síntomas más generalizados como confusión y debilidad, lo que podría provocar un retraso en el diagnóstico o, directamente, un diagnóstico erróneo en ellas. Es lo que sugiere un estudio del George Institute for Global Health en Sydney (Australia).
Mujeres y riesgo de ictus
El accidente cerebrovascular ocurre cuando hay una pérdida repentina de suministro de sangre en un área localizada del cerebro y es la segunda causa de discapacidad a nivel mundial.
Es sabido que las mujeres experimentan peores secuelas tras un sufrir un ictus y tienen más probabilidades de quedar en situación de dependencia que los hombres.
¿Por qué? No se sabe exactamente pero hay datos que invitan a la reflexión. De promedio, los ictus en mujeres suelen producirse a edades más avanzadas que en los hombres, con lo que su estado de salud suele estar peor sencillamente a causa del envejecimiento.
Pero también se dan ictus en personas jóvenes y en esta población se presentan más accidentes cerebrovasculares en ellas. Un estudio de la Universidad de Colorado ha demostrado que las mujeres de menos de 35 años tienen un 44% más probabilidades de sufrir un ictus que los hombres de la misma edad.
Las causas son básicamente tres: los anticonceptivos hormonales, los embarazos y el posparto.
Los anticonceptivos más comunes combinan estrógenos y gestágenos y tienen un efecto protrombótico (favorecen la agregación plaquetaria y, en consecuencia, la formación de coágulos). Y tanto el embarazo como el posparto aumentan el riesgo trombosis venosa profunda en las piernas.
Pero al margen de estos factores de riesgo (edad avanzada, anticonceptivos o embarazo) que aumentarían el riesgo en ellas, es cierto que hoy en día existen protocolos y tratamientos efectivos para revertir con éxito el ictus agudo, pero solo dan buenos resultados si se aplican en las horas posteriores de que se produzca el evento, por eso es clave el diagnóstico temprano.
Sin embargo, son varios los estudios que han demostrado que las mujeres tienen más probabilidades de experimentar retrasos, lo que provocaría peores resultados en el tratamiento y más secuelas.
los Síntomas típicos de ictus
Los síntomas claros que alertan de un ictus son cambios repentinos en el equilibrio o en la visión, media cara caída o la boca torcida, debilidad repentina en un lado del cuerpo (si levanta los brazos y uno se desliza hacia abajo) o dificultad para hablar o para pronunciar las palabras correctas.
Son síntomas conocidos y aparatosos que se producen cuando un área muy concreta del cerebro se queda sin riego sanguíneo. El problema es que hay otros que no son tan claros como la boca torcida o no poder hablar que resultarían más comunes en las mujeres. Y el problema es también que "hay un número limitado de estudios que han analizado estas diferencias de sexo", apunta la Dra. Sultana Shajahan, del George Institute for Global Health.
Para dar pistas a los médicos y que no se les pase por alto cuando una mujer está sufriendo un ictus, el equipo de la Dra. Sultana Shajahan ha examinado los datos de un total de 21 estudios entre 2002 y 2020 que han recogido los casos de 36.636 personas que sufrieron un ictus (entre el 45% y el 55% eran mujeres).
Síntomas de ictus más comunes en mujeres
Al estudiar los casos, los investigadores observaron que las mujeres tenían más riesgo que los hombres de presentar algunos síntomas más generalizados y que no se asocian con un área específica del cerebro.
Así pues, en ellas eran más comunes las siguientes manifestaciones:
- Confusión.
- Fatiga.
- Debilidad.
- Dolor de cabeza.
- Pérdida del conocimiento y cambios en el estado mental.
Sin embargo, en las mujeres eran menos habituales síntomas como:
- Dificultad para hablar.
- Inestabilidad al caminar o cambios en la forma de andar.
"Sabemos que las mujeres que experimentan un accidente cerebrovascular tienen más probabilidades que los hombres de recibir inicialmente un diagnóstico de no accidente cerebrovascular, y esto podría deberse a que no siempre muestran lo que podría considerarse los síntomas 'clásicos' de un accidente cerebrovascular con tanta frecuencia como los hombres", aclara la autora del estudio.
Es cierto que no hay estudios que demuestren que el retraso en el diagnóstico del ictus en mujeres está provocado directamente por una dificultad a la hora de interpretar los síntomas, aunque a tenor de esta última investigación parece lógico que pueda influir.