Si te pasa esto durante una conversación empieza a preocuparte

Con la edad es natural tener más problemas de memoria pero hay señales que son indicativas de que podría haber un inicio de demencia y no ocurre solo en gente muy mayor.

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La dificultad para retener la información en una conversación podría ser indicativo de deterioro cognitivo.

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Los olvidos y despistes suelen aumentar con la edad. El cerebro, como cualquier otra parte del cuerpo, envejece, y las regiones que están involucradas con la memoria como el hipocampo y la corteza prefrontal tienden a disminuir de tamaño, igual que perdemos hueso, lo que provoca que nos resulte más difícil hacer varias tareas a la vez, recordar cosas, retener información o estar concentrado.

Pero que notemos esos cambios a medida que pasan los años no tiene por qué ser señal de demencia. ¿Cuáles son los síntomas que pueden alertarnos de que realmente sí podríamos estar ante un inicio de una pérdida preocupante de memoria? No es fácil saberlo porque incluso las señales evidentes de problemas de memoria pueden deberse a otros factores como la dieta, el alcohol, ciertos medicamentos, el estrés, la ansiedad o la depresión.

Aunque no es fácil detectar que se está produciendo un deterioro cognitivo preocupante, existen una serie de pistas que pueden ayudarnos a sospechar de que debemos pedir consejo a un profesional. No hay que olvidar que la memoria puede conservarse y aumentarse con hábitos saludables de vida. Incluso las personas que ya sufren demencia deben ponerlos en práctica para frenar el deterioro cognitivo.

¿Te pasa esto cuando hablas con alguien?

Las conversaciones que mantenemos con otras personas pueden ofrecernos indicios de que podría haber un inicio de demencia. Ana Trueba Yepez, psicóloga de la División de Psiquiatría Geriátrica del Hospital McLean, afiliado a Harvard, recomienda acudir a un profesional si con frecuencia te ocurre lo siguiente cuando tienes una conversación con alguien:

  • Tienes dificultades para seguir la conversación y te cuesta retener lo que te están diciendo.
  • Interrumpes a la persona cuando habla.
  • Comienzas a discutir o hablar de algo que no tiene relación con la conversación.

Otra señal de advertencia es cuando los lapsos de memoria interfieren en la vida de diaria y te olvidas de citas programadas, de pagar facturas o de tomar medicamentos. También pueden aparecer dificultades para tomar decisiones u organizar cosas que antes hacías con facilidad como un viaje o una comida familiar.

Que todo esto te ocurra de forma puntual o en periodos de más estrés no sería un indicador de demencia, pero si sucede con frecuencia conviene acudir a un especialista.

Cómo frenar la pérdida de memoria

La memoria puede conservarse como se conserva la masa ósea tomando calcio y otros nutrientes y haciendo ejercicio. Tanto si ya hay cierto deterioro o como plan preventivo, es importante poner en práctica estos 7 consejos que recomienda la especialista de Harvard.

  • Controlar las enfermedades que más afectan a la memoria. La obesidad, la hipertensión, el colesterol y la diabetes afectan directamente a la salud del cerebro.
  • Ejercicio. El ejercicio cardiovascular mejora el flujo de oxígeno y sangre al cerebro.
  • Dieta saludable. Una dieta rica en grasas, azúcares y aditivos afecta directamente a la memoria. Se ha demostrado que la dieta más saludable para el cerebro es una combinación de dieta mediterránea y dieta DASH (para el control de la hipertensión).
  • Estimulación cognitiva. Ejercitar el cerebro aprendiendo cosas nuevas, leyendo o haciendo crucigramas fortalece las conexiones neuronales y crea nuevas conexiones y esto actúa como una reserva frente al deterioro del cerebro propio de la edad.
  • Relaciones sociales. El aislamiento social se relaciona con un mayor deterioro cognitivo.
  • Relajación. El cerebro necesita tiempo de inactividad para repararse, por eso conviene practicar actividades que ayuden a desconectar como el yoga o la meditación.
  • Dormir. Cuando duermes tu cerebro elimina toxinas como el exceso de proteína beta amiloide cuya acumulación es factor de riesgo de alzhéimer.