A medida que pasan los años es normal que la memoria falle. El cerebro, como el resto de órganos, envejece y nos cuesta más recordar las cosas, pero hay técnicas que ayudan de forma fácil a retener la información y no olvidarla. Te resultarán útiles en situaciones cotidianas, por ejemplo para recordar dónde has aparcado el coche en un párking grande. De hecho, seguramente has usado este tipo de estrategias toda la vida sin darte cuenta. ¿Te has preguntado cómo es posible que recuerdes datos que aprendiste en el colegio y que nunca has vuelto a utilizar? Probablemente utilizaste lo que se conoce como reglas de mnemotecnia, que funciona bien para recordar las cosas.
Qué son las reglas mnemotécnicas
Las reglas mnemotécnicas son estrategias o técnicas que se utilizan para mejorar la retención y recuperación de información en la memoria. Básicamente consisten en asociar la información nueva con conceptos familiares o que recordamos fácilmente, lo que facilita que nos acordemos de esa información nueva en el momento que lo necesitamos.
El origen de la mnemotecnia se remonta a la antigüedad, y el término proviene de la palabra griega "mneme", que significa memoria. De hecho Mnemosyne era la diosa griega de la memoria y los antiguos griegos y romanos eran conocidos por utilizar diversas técnicas mnemotécnicas para recordar información, especialmente en el contexto de la oratoria y la memorización de discursos largos. Uno de los métodos mnemotécnicos más conocidos de la antigüedad es el "Palacio de la Memoria", atribuido al poeta griego Simónides, que implicaba mentalmente asociar información con lugares concretos para recordar cosas.
El truco de Harvard para acordarte de las cosas
Reglas mnemotécnicas hay muchas y utilizan imágenes, acrónimos, rimas o frases fáciles de recordar para reforzar los recuerdos. Expertos de Harvard como el Dr. Howard E. LeWine aconsejan poner en práctica un tipo de acrónimo muy sencillo que se llama "mirar, disparar y conectar". Utiliza la visualización, la asociación de palabras y la narración de historias para ayudarte a solidificar un recuerdo y poder recordarlo más tarde. Es una gran herramienta para retener detalles de nueva información. Así sería un ejemplo de cómo funciona:
- Mirar. Se refiere simplemente a fijarte en lo que deseas recordar, por ejemplo la sección 4 G del párking donde acabas de aparcar el coche.
- Disparar. Significa tomar una instantánea mental, como si fuera una foto en tu cerebro, del elemento que deseas recordar, por ejemplo la imagen del letrero donde pone 4G o, mucho mejor, una imagen de 4 gatos (cualquier animal que empiece por G sirve).
- Conectar. Implica conectar la imagen con la información que quieres recordar; en este caso, los 4 gatos y la sección del garaje donde aparcaste. Por ejemplo, puedes imaginar los 4 gatos encima de tu coche. Así, cuando regreses al garaje y pienses dónde aparcaste el vehículo, la imagen de los 4 gatos sobre el coche te refrescará la memoria: lo aparcaste en la sección 4 G.
Otras reglas mnemotécnicas
Hay muchas otras reglas mnemotécnicas que sirven para facilitar el proceso de memorización porque relacionan la nueva información que se quiere recordar con conocimientos previos o más fáciles de recordar:
- Acrónimos y siglas: Crear una palabra o frase usando las primeras letras de una lista de elementos a recordar. Ejemplo: ROYGBIV para recordar los colores del arco iris (Rojo, Naranja, Amarillo, Verde, Azul, Índigo, Violeta).
- Rimas y canciones: Convertir información en rimas o canciones para facilitar su recuerdo. Ejemplo: "30 días tiene noviembre, con abril, junio y septiembre" para recordar la cantidad de días en cada mes.
- Asociación de imágenes: Relacionar visualmente la información con imágenes o escenas. Ejemplo: asociar mentalmente una imagen específica con una palabra clave que se quiere recordar.
- Loci o método de lugares: Asociar información con lugares familiares, como habitaciones de una casa.