- Cuando existen antecedentes en la familia la predisposición es mayor, por lo que conviene someterse a controles preventivos a partir de los 40 años.
- Otro riesgo no modificable es la edad: más del 90% de los casos corresponden a personas que ya han pasado la quinta década de la vida.
- Haber padecido una enfermedad digestiva, como por ejemplo la enfermedad inflamatoria intestinal, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
- Sobrepasar en mucho tu peso saludable. Una investigación realizada por la Universidad de Navarra y publicada en la revista OncoImmunology ha comprobado que la inflamación que se da en el tejido adiposo de las personas obesas aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de tumores.
Tener uno o varios factores de riesgo no quiere decir que irremediablemente se padecerá la enfermedad, sino que existe una mayor predisposición, por lo que, en estos casos, la prevención es especialmente relevante.