Por qué deberías hacerte un examen del fondo de ojo

Debería formar parte de las revisiones oftalmológicas periódicas, pero no siempre es así. Si nunca te han hecho esta sencilla prueba, te contamos en qué consiste y para qué sirve.

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Isabel Osuna
Isabel Osuna

Periodista

Bien sea porque no tienen ningún problema visual o porque, si lo tienen, acuden directamente a la óptica solo para graduarse la vista, lo cierto es que un 40% de los españoles no suelen ir al oftalmólogo para hacerse una revisión completa con la frecuencia que deberían. Es más, los expertos calculan que el 20% incluso podría no haber acudido nunca.

Sin embargo, en estos controles el especialista puede detectar un problema incluso antes de que empiece a dar síntomas y tratarlo para evitar futuras complicaciones. El examen del fondo de ojo es una de las pruebas que suele realizar el oftalmólogo en estas revisiones.

Por si no te la han hecho nunca, te explicamos cómo es, cada cuánto tiempo es recomendable hacértela y por qué es tan importante.

En qué consiste el examen del fondo de ojo

Esta prueba sencilla e indolora, llamada técnicamente oftalmoscopia, permite al especialista observar la parte posterior del ojo. "A través de la pupila, podemos ver el interior del ojo, la retina y el nervio óptico", nos explica la doctora Anniken Burés, especialista en retina del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO).

Para acceder a esta parte "oculta" del ojo más fácilmente, se suele dilatar primero las pupilas con un colirio especial: "Normalmente se pone una gota en cada ojo".

El oftalmólogo utiliza un aparato con unas lentes especiales y una luz

Una vez dilatadas, el especialista explora cada ojo mediante un instrumento llamado oftalmoscopio (en algunos modelos, la persona tiene que apoyar la barbilla y la frente).

"Utilizamos unas lentes especiales y una luz para ver a través de la pupila", cuenta la especialista. La prueba suele durar solo unos minutos.

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Las gotas pueden ocasionar ligeras molestias

Según la doctora, las únicas molestias que puede causar la prueba del fondo de ojo se derivan del uso de los colirios, pero normalmente son leves y transitorias:

  • Escozor en los ojos: las gotas pueden provocar picor o quemazón, pero suele durar solo unos minutos.
  • Mayor sensibilidad a la luz: "Al estar la pupila más dilatada, entra más luz y esta puede molestar más de lo normal".
  • Visión borrosa: "Sobre todo de cerca". Por esta razón, los especialistas recomiendan no conducir ni utilizar maquinaria después de la prueba.

Los efectos "secundarios" de las gotas pueden alargarse entre 3 y 8 horas

En general, las molestias suelen durar entre 3 y 8 horas, pero a veces pueden prolongarse. "Depende de las características de cada persona. A algunas les cuesta más que la pupila se dilate y que luego vuelva a su posición normal. Pero no tiene mayor importancia", aclara la doctora Burés.

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Para qué sirve esta prueba

El examen del fondo de ojo permite detectar alteraciones de la retina y del nervio óptico y diagnosticar, entre otros, los siguientes trastornos:

  • Desprendimiento de retina: se produce cuando esta se separa debido, por ejemplo, a un desgarro. Las personas miopes tienen más riesgo de sufrir este problema.
  • Trombosis retiniana: obstrucción de una de las venas que hacen llegar la sangre a la retina.
  • Degeneración macular: la causa más frecuente de pérdida de visión central y aguda, sobre todo a partir de los 50 años.

Muchas de estas enfermedades no dan síntomas hasta que ya están avanzadas

  • Retinopatía diabética: este trastorno, que afecta a los vasos sanguíneos de la retina, lo pueden sufrir las personas diabéticas. "A veces a pacientes con diabetes tipo 2 asintomáticos se les ha diagnosticado esta enfermedad porque se les ha detectado retinopatía en un examen de fondo de ojo rutinario".
  • Glaucoma: pérdida de visión periférica (visión de túnel) debido a daños en el nervio óptico, generalmente causados por un aumento de la presión intraocular. Si no se trata a tiempo, puede causar ceguera.
  • Melanoma ocular: un tipo de cáncer que puede afectar a diferentes partes del ojo.

Al principio, muchas de estas patologías no suelen causar síntomas, hasta que ya están avanzadas. De ahí la importancia de acudir al oftalmólogo periódicamente.

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No solo se detectan enfermedades oculares

"Lo que es muy interesante también del examen del fondo de ojo es que nos permite detectar alteraciones que son secundarias a enfermedades que no son oculares, como la diabetes o la hipertensión. En el futuro, incluso se podrán diagnosticar enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, a través del ojo", destaca la doctora Burés.

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Cuándo empezar a hacerse controles

  • "Los niños deberían hacerse una revisión completa antes de los 3 años, en la que se incluya el fondo de ojo", advierte la oftalmóloga. Si todo está bien, en posteriores visitas es suficiente con comprobar la visión.
  • Si no se detecta ninguna alteración ni ningún problema de visión, se puede volver a hacer el examen de fondo de ojo a los 20 años. "Lo recomendable es una revisión anual, pero si no hay ningún problema y la persona está sana se puede hacer cada 2-3 años".

Lo ideal es una revisión al año que incluya fondo de ojo

  • A partir de los 50 años, es mucho más importante no saltarse la visita al oftalmólogo y que esta incluya el examen del fondo de ojo, "porque aumenta mucho la incidencia de enfermedad ocular".
  • En el caso de las personas que tienen algún problema de vista, diabetes o antecedentes familiares de glaucoma o degeneración macular, el especialista establecerá la frecuencia de las revisiones.

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Pocas contraindicaciones

La doctora Burés nos explica que el riesgo de complicaciones en esta prueba es muy bajo. "Puede haber personas que sean alérgicas a las gotas, que sufran más picor de lo normal o enrojecimiento de los ojos, pero es muy poco frecuente".

Sin embargo, a las personas que tienen ángulo estrecho no es conveniente dilatarles la pupila. "Sus ojos son más pequeños, más cortos de lo normal. Y la dilatación puede aumentar el riesgo de que sufran una subida de la tensión ocular". En estos casos, poco numerosos, el oftalmólogo optará por otros métodos de exploración.