Qué es la fobia social: síntomas para sospechar que la sufres

Conocida también como ansiedad social, este tipo de fobia se da cuando se teme y se evita estar con gente. Te explicamos sus causas, cómo se manifiesta y qué se puede hacer para superarla.

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Las personas que sufren fobia social temen de forma exagerada lo que los demás puedan pensar de ellas.

Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

La ansiedad social, conocida también como fobia social, puede definirse como "un miedo intenso, persistente y excesivo en respuesta a una o más situaciones sociales o actuaciones en público", explican los psicólogos clínicos Tais Pérez Domínguez y Sergio García Morilla en su libro "Tu ansiedad bajo control" (Zenith).

Se estima que este tipo de ansiedad afecta, en algún momento de la vida, a un 13% de la población, y es algo más común en las mujeres que en los hombres, con un 9% de ellas frente a un 7% de ellos. Forman parte de este tipo de fobia el miedo a hablar en público, o también el de ir en transporte público, comer o tener que hacer una llamada de teléfono con otras personas delante.

Pero, ¿cómo se siente una persona con fobia social y cuáles son los síntomas que identifican el trastorno? Los dos psicólogos clínicos nos lo explican en uno de los capítulos de su manual, que resumimos a continuación.

Qué es la ansiedad o fobia social

Las personas que sufren fobia social temen, continuamente, lo que los demás puedan pensar de ellos. Un miedo que suele centrarse alrededor de ser o sentirse observados, de poder actuar de un modo que pueda ser humillante o embarazoso o incluso de que los demás se puedan dar cuenta de sus síntomas de ansiedad.

No hay que confundir este trastorno con la timidez. "Las personas tímidas experimentan cierta ansiedad social o malestar que las lleva a ser más inhibidas. A veces incluso a pasarlo mal en presencia de otros, pero de manera mucho menos intensa que las que sufren ansiedad social", matizan los autores del libro.

El malestar que produce la fobia social es mucho mayor al que padecen las personas tímidas

"Para una persona que sufre ansiedad social, mantener una conversación con un taxista puede llegar a ser una experiencia aterradora. Cualquier conversación en la que haya que expresar opiniones, pedir o rechazar algo puede generarle un tremendo pavor", ponen como ejemplo.

Pero, por fortuna, no es una forma de ser que tengas que aceptar sin remedio. Hay medios eficaces para superar este problema.

Síntomas de la fobia social

Lo primero que intentan las personas con este tipo de ansiedad es evitar la situación y, si no pueden, pasar desapercibidas. Pero, si no es posible hacerlo (por ejemplo, si tienen que hacer una exposición en público obligatoriamente para aprobar una asignatura), la ansiedad o malestar que se siente son muy intensos.

Algunos de los síntomas típicos de este trastorno son comunes, también, en los ataques de ansiedad, como problemas para dormir, pensamientos catastróficos, boca seca, taquicardia, palpitaciones, sudoración, temblor de voz y de manos, tensión muscular, escalofríos, malestar gastrointestinal, problemas para tragar, náuseas, diarrea o ganas urgentes de orinar.

Las personas que sufren ansiedad social también"suelen presentar dificultades a la hora de pensar, se encuentran confundidas a menudo, les puede costar concentrarse o encontrar palabras", remarcan en el manual. "Se centran mucho en sí mismas, sobre todo en sus síntomas físicos, y también están muy pendientes de los demás, en su posible juicio negativo sobre ellas", prosiguen.

De hecho, con frecuencia sobreestiman el grado en que los demás están pendiente de ellas y piensan que reaccionan negativamente de forma más intensa y frecuente con ellas, y también exageran la importancia de sus errores (o de lo que creen que ha sido un error).

¿Cuál es la causa de la ansiedad social?

Existen factores tanto biológicos como psicológicos que favorecen la aparición de la fobia social.

En lo que respecta a los factores biológicos, destaca el hecho de que las personas con ansiedad social suelen tener una mayor predisposición innata para reconocer expresiones faciales de ira, crítica y rechazo, y para activar este reconocimiento.

En cuanto a los factores psicológicos, el entorno y las experiencias vividas son fundamentales. Para los autores del manual, algunos de los factores de riesgo de ansiedad social son:

  • Tener unos padres sobreprotectores, muy exigentes, poco cariñosos o poco empáticos. También una educación basada en el lema del "que pensarán o dirán los demás".
  • Convivir, cuando se es un niño, con alguien que sufre el trastorno o que ha tenido experiencias sociales negativas.

Las personas con ansiedad social desean el contacto social, pero no se ven capaces de tenerlo de la forma que creen adecuada

  • Haber tenido experiencias sociales negativas en primera persona (que se hayan reído de ti, haberse sentido marginado, ridiculizado, intimidado, o incluso haber sufrido un ataque de pánico delante de alguien).
  • Que haya un cambio de circunstancias en la vida que implique tener que enfrentarse a situaciones temidas que, hasta ese momento, se evitaban (por ejemplo, tener que hacer entrevistas de trabajo).

De todas formas, aunque es muy interesante conocer la fuente de nuestro sufrimiento,"el origen es algo que ya no podemos cambiar y es menos importante de lo que parece", aclaran los psicólogos clínicos en "Tu ansiedad bajo control".

"Lo que realmente nos interesa saber es qué es lo que hace que este problema se mantenga en el tiempo para poder trabajarlo y dejar de sufrir por ello", destacan.

Qué hacer para tratar y manejar la fobia social

Exponer gradualmente al afectado a situaciones que teme, mientras al mismo tiempo se adquieren habilidades sociales, es la principal herramienta para lograr que el miedo y la ansiedad a estar con gente se reduzca.

"La idea es enfrentarnos a experiencias sociales para habituarnos a los síntomas de la ansiedad y para comprobar por nosotros mismos que realmente las consecuencias negativas que estábamos anticipando no ocurren", apuntan los autores del manual. Un objetivo que requiere de tiempo, paciencia y esfuerzo, pero que, sin duda, puede lograrse.