Lo que piensas cuando no estás haciendo nada también es salud mental

¿En qué piensas cuando no haces nada? Unos investigadores estadounidenses lo han analizado y han visto que esos pensamientos pueden dar pistas importantes sobre el estado de nuestra salud mental. Dedicarles tiempo puede ser muy útil.

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Lo que piensas cuando estas ocioso también habla de tu salud mental
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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Los estudios de psicología sobre el pensamiento humano han partido de la base de pedir a las personas que rememorasen lo que pensaban en un momento previo o les orientaban sus pensamientos a través de un cuestionario.

De una manera u otra, son momentos en que las personas son conscientes de su pensamiento. Pero ¿en qué pensamos cuando no tenemos entre manos nada en concreto? ¿Son útiles esos pensamientos?

Es lo que han planteado un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona. La conclusión es que esos pensamientos nos dicen mucho de nosotros mismos.

El valor del pensamiento ocioso

Los pensamientos son básicos para comprender el bienestar de la persona y se sabe poco de cómo se desarrollan.

El estudio, publicado en la revista Nature, ha analizado lo que se llaman los pensamientos ociosos. Aquellos que tenemos cuando tenemos un momento muerto, sin pantallas ni otras distracciones.

Cuando no hay distracciones, fluyen los pensamientos más internos

Queríamos imitar los pequeños paréntesis que tenemos a lo largo del día, por ejemplo mientras esperamos para pedir algo en un bar, en la ducha o estirados en la cama”, explica el psicólogo Quentin Raffaelli, primer autor del artículo.

Son momentos en los que, al no haber una influencia exterior importante, “los pensamientos internos afloran más claramente”, añade.

Cómo fue el experimento

Lo que hicieron fue pedir a 78 voluntarios que dejaran cualquier tipo de distracción y que fueran expresando en voz alta sus pensamientos, sin ningún tipo de control.

  • Los investigadores iban grabando todo lo que se les ocurría a los voluntarios.
  • De esta manera llegaron a agrupar y analizar más de 2.000 pensamientos.

Los investigadores buscaban patrones de pensamiento. Les interesaba especialmente captar lo que se denomina “pensamiento rumiante”, pensamientos recurrentes en torno a alguna idea negativa, y que suele ser un síntoma de depresión.

El grupo de personas fue escogido al azar, por lo que no se sabía si alguno estaba diagnosticado con problemas mentales.

El papel del pensamiento rumiante

Durante los diez minutos diarios que dedicábamos a grabar a cada participante, la mayoría pensaban en el presente o el futuro de un modo emocionalmente neutro”, explica Raffaelli.

Los que tenían pensamientos rumiantes miraban al pasado de forma negativa

Sin embargo, las personas que tenían mayor cantidad de esos pensamientos rumiantes:

  • Eran personas que miraban más al pasado y de un modo negativo.
  • “Las personas con pensamientos rumiantes también focalizaban más los pensamientos en ellos mismos”, añade el psicólogo.

Los investigadores siguieron la frecuencia de algunos de estos pensamientos a lo largo de las sesiones. Midieron cuánto duraban y cuánto se centraban en un solo foco de pensamiento.

  • Las personas rumiantes tenían pensamientos negativos más tiempo y cada vez se centraban más y más en un solo aspecto.

De qué sirve el pensamiento ocioso

De esta manera, los investigadores quedaron sorprendidos al comprobar que, en algunos casos, en apenas diez minutos de pensamiento ocioso ya había sido posible diagnosticar una persona con un trastorno clínico.

Por otra parte, otras personas obtienen una actitud muy productiva de esos pensamientos ociosos.

Los pensamientos de algunos de los participantes se enfocaron en temas u objetivos que querían conseguir y otros fueron muy creativos”, explica el investigador.

Al final de la prueba de vocalización de pensamientos, muchos participantes apuntaron que les había servicio para hacer una pausa relajante en medio del ajetreado mundo que les rodea.

  • Aunque el ejercicio no estaba pensado con fines terapéuticos, lo vivieron como una auténtica autosesión de terapia.

Los beneficios de la externalización de los pensamientos, ya sea con un diario o compartiéndolos con otros, es otra vía de investigación posible”, apunta el estudio.

Pensamiento y pandemia

El estudio se hizo antes de la pandemia, por lo que no se puede sacar ninguna conclusión con relación a ella. No obstante, sí se ha hecho una nueva versión del estudio ya durante el periodo pandémico que se está analizando ahora.

"Tomar descansos mentales no está de moda en nuestra sociedad, ocupada y distraída"

Tener que estar en casa sentado durante tanto tiempo afectó de manera significativa al bienestar mental de las personas”, apunta Raffaellli.

La afectación mental de la pandemia ha sido clara, como muestran datos estadísticos en el aumento de diagnósticos.

Por eso, los investigadores se posicionan a favor de su propuesta. “Tomar descansos mentales no está de moda en una sociedad ocupada y distraída como la nuestra”.

Los países occidentales siempre estamos en movimiento, obsesionados con el trabajo o buscando otras tareas que nos distraigan como las redes sociales y los correos electrónicos.

  • Es bueno buscar momentos de ocio para nosotros mismos.

Si aprendemos a no sacar el móvil cada vez que tenemos un momento de tranquilidad, podemos comprender mejor los beneficios de esos descansos para nuestra mente y creatividad”, concluye Raffaelli.