La clinofilia tiene una motivación mental, es algo psicológico ya que no hay un cansancio real ni ningún otro tipo de desencadenante biológico.
La clinofilia o clinomanía es un trastorno de la conducta que se caracteriza por la tendencia excesiva a quedarse tumbado en la cama, sin ganas o fuerzas de levantarse. No es tanto una enfermedad en sí, sino que suele ser un síntoma de algún otro trastorno, pero que puede agravar el problema.
Qué es la clinofilia
La clinofilia significa “amor por estar tumbado”. Para saber bien qué está pasando hay que aclarar que no estamos hablando de una simple pereza matutina. A todos se nos pueden pegar las sábanas.
Algo hasta cierto punto lógico y más en época primaveral en la que con el cambio horario se puede haber producido una cierta astenia primaveral.
La clinofilia es más que una simple pereza, hay una presión mental que hace que no encontremos la fuerza de levantarnos
La clinofilia tiene una motivación mental, es algo psicológico. No hay ninguna razón física que nos impida hacer otras actividades. No hay un cansancio real ni ningún otro tipo de desencadenante biológico.
Por tanto, si estás agotado de la actividad del día anterior y sientes cierta pereza a levantarte, no es extraña ni patológica.
Cómo saber si tengo clinofilia o simple pereza
Para reconocer la clinofilia tenemos que observar cómo nos está afectando esta pereza a levantarnos. Ver si supone cambios en las relaciones sociales o familiares o en la capacidad de trabajar.
Algunas pistas que pueden indicarnos que no es pereza puntual sino clinofilia:
- Cambios de humor ante la idea de levantarse. La persona puede expresar más tristeza o decaimiento. Y alivio y alegría cuando se consigue permanecer en la cama.
- Que la persona ponga excusas poco creíbles en el trabajo y que corra peligro su empleo.
- Enfocar toda los pensamientos hacia la cama. Experimentar una gran alegría al acostarse. Y obsesionarse con temas relacionados como el colchón, los cojines y las sábanas.
- Pasar horas haciendo todas las actividades tumbado y solo levantarse para ir al baño y volver a la cama.
- Poca fortaleza para levantarse. Tener la sensación de que hay una fuerza superior que nos impide tomar la decisión de salir de la cama.
En estos casos, será necesaria una evaluación por parte de un psicólogo o un psiquiatra, que analice estas circunstancias.
Causas que provocan la clinofilia
El motivo más habitual es una sensación de sufrimiento psicológico. Y detrás de este sufrimiento puede haber diferentes problemas de base:
- Alguna enfermedad mental. El trastorno bipolar en su fase de desánimo o la depresión pueden llevar a la clinofilia. También algunos pacientes con esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, como la abulia.
- Reacción a una enfermedad grave: tras ser diagnosticados de cáncer, un problema coronario o enfermedades sin cura en la actualidad, como diabetes o VIH, la persona puede caer en este síndrome.
- Reacción a una experiencia traumática. Relacionado con lo anterior, el inicio de la clinofilia puede ser una situación vital muy fuerte, como la muerte de un ser querido o un accidente.
- Demencia. Las enfermedades con pérdida de capacidad mental, como el alzhéimer o la demencia senil pueden causar este tipo de reacciones.
Cómo se trata la clinofilia
Todos los posibles motivos que llevan a la clinofilia son lo suficientemente serios para que nos planteemos la visita al especialistas en salud mental. Nos ayudará a evaluar la situación y buscar posibles estrategias mentales o con medicamentos para hacer frente al problema de base.
Estrategias mentales como escribir un diario rememorando momentos positivos puede darnos fuerzas para reactivar nuestra vida social
Algunas de las estrategias que uno mismo puede poner en práctica para intentar hacer frente son:
- Escribir qué nos pasa. Es una manera de dar forma a nuestros pensamientos y ayuda a conocernos. Intentar buscar momentos felices en nuestra memoria. Hacer un diario de recuerdos divertidos que hayamos vivido puede ayudarnos a encontrar esa fuerza y volver a levantarnos.
- Buscar apoyo en otra persona. Verbalizar lo que sentimos y lo que nos pasa con un amigo o un familiar puede ayudar en la comprensión del problema. Las sensaciones negativas pueden mejorar y nos pueden ayudar a ver lados positivos de la vida.
- Perdonarnos. A veces, detrás del problema hay un juicio demasiado duro contra nosotros mismos. Hablarnos con compasión puede ayudar a generar oxitocina, la hormona que mejora el estado de ánimo.