La depresión es una enfermedad mental con una alta prevalencia en las sociedades modernas.
Los traumas infantiles, la pérdida de un ser querido o el estrés de una ruptura de pareja o un problema laboral pueden ser el detonante de una depresión.
Son situaciones que no pueden evitarse, pero hay otros factores que aumentan igualmente el riesgo de depresión y sí pueden mantenerse a raya.
Y uno de esos factores es la resistencia a la insulina, que puede llegar a duplicar el riesgo de sufrir un trastorno depresivo mayor. Así lo ha demostrado un estudio publicado en American Journal of Psychiatry.
Resistencia a la insulina
Se calcula que una de cada tres personas tiene resistencia a la insulina y no lo sabe.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que se encarga de transportar la glucosa por la sangre hasta las células.
- El trabajo de esta hormona es decirles a las células que es el momento de que procesen la glucosa que está inundando la sangre tras haber comido.
- Las células utilizan esta glucosa como combustible y cada una de esas células tiene receptores en su superficie que, al unirse a la insulina, le indican a la célula que ingiera esa gran fuente de energía.
Una de cada tres personas sufre resistencia a la insulina
- Pero una proporción cada vez mayor de la población mundial es resistente a la insulina, es decir, las células no son sensibles a su acción. Es como si no la reconocieran, lo que provoca que el azúcar en sangre aumente.
Y esa resistencia a la insulina de las células ocurre por varias razones: la ingesta calórica excesiva, la falta de ejercicio, el estrés, no dormir lo suficiente...
Son factores que hacen que los receptores de insulina de la célula no "funcionen" correctamente.
En consecuencia, los niveles de glucosa en sangre están siempre altos.
Para compensarlo, el páncreas sigue produciendo más y más hormona. Si no se frena, llega un punto que ya no puede generar más insulina y aparece la diabetes tipo 2.
Unos niveles altos de glucosa en sangre de forma crónica y sin controlar aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, neuropatía, enfermedad renal o amputaciones de extremidades.
Resistencia a la insulina y salud mental
La asociación entre la resistencia a la insulina y algunos trastornos mentales es conocida.
Se sabe por ejemplo que un 40% de los pacientes con trastornos del estado de ánimo son resistentes a la insulina.
Sin embargo, los estudios no dejan claro si la resistencia a la insulina aumenta el riesgo de trastorno mental o es justo al revés: el trastorno mental eleva el riesgo de diabetes.
No se sabe qué causa qué. O no se sabía porque este estudio arroja luz al respecto y sugiere que es la resistencia a la insulina lo que duplica el riesgo de depresión.
9 años de estudio
Los investigadores analizaron los casos de 601 hombres y mujeres durante 9 años para conocer al detalle las causas y las consecuencias de la depresión.
Al inicio el estudio no sufrían ni depresión ni ansiedad y tenían una media de 41 años.
Se les midió tres variables relacionadas con la resistencia a la insulina:
- Los niveles de glucosa en sangre en ayunas.
- La circunferencia de la cintura.
- La proporción entre los niveles de triglicéridos circulantes y los de colesterol HDL (colesterol "bueno").
Con estos datos, comprobaron si los participantes con resistencia a la insulina tenían más riesgo de depresión en los 9 años que duró el estudio.
Y vieron que sí había una relación:
- Descubrieron que un aumento moderado de la resistencia a la insulina, medido por la proporción de triglicéridos y HDL, estaba relacionado con un aumento del 89% en la tasa de nuevos casos depresión.
- Además, cada aumento de 5 centímetros en la grasa abdominal se relacionó con una tasa de depresión un 11% más alta.
- Y un aumento en la glucosa plasmática en ayunas de 18 miligramos por decilitro de sangre se asoció con una tasa de depresión un 37% más alta.
Los investigadores vieron también que los que desarrollaron prediabetes dentro de los dos primeros años del estudio tenían 2,66 veces más riesgo de depresión mayor en los 9 años que duró el trabajo en comparación con los que no desarrollaron prediabetes.
En resumen: la resistencia a la insulina es un fuerte factor de riesgo de problemas graves, que incluyen no solo la diabetes tipo 2, sino también la depresión.