Los medicamentos para humanos tienen riesgos para la salud de perros y gatos ya que el metabolismo de las mascotas es diferente.
Los medicamentos para humanos no están pensados ni en formato ni en composición para los animales. Algo de lo que no todo el mundo es consciente.
La prueba es que las clínicas veterinarias atienden numerosos casos de intoxicación de perros y gatos con medicamentos para personas, ya sea accidental o por desconocimiento.
Por qué no podemos usar nuestros fármacos
La problemática ocurre con diversos tipos de medicamentos:comprimidos, jarabes, aerosoles hormonales o pomadas.
Los análgésicos, tales como la aspirina, el ibuprofeno, suelen ser algunos de los más automedicados. Al ser fármacos que obtenemos sin receta y nos autoadministramos, podemos encontrar dueños que creen adecuados también para los animales de compañía.
El grupo de hospitales veterinarios AniCura ha alertado de este goteo mensual, que comporta riesgos para los animales y algún fallecimiento. Un fenómeno que es poco conocido.
Es importante resaltar que el metabolismo de las mascotas es diferente, lo que hace que los tiempos de tolerancia o eliminación de los medicamentos sea muy distinto, por lo que la automedicación es un riesgo de consecuencias potencialmente letales.
“Tratar bien a tu mascota también significa ser consciente de los efectos que los productos (especialmente medicamentos) que utilizas para ti pueden tener en su salud", ha explicado el veterinario José Gómez, de AniCura Iberia.
Qué pasa si toma ibuprofeno o paracetamol
Una de las causas principales de ingresos en clínicas veterinarias es por la administración de antiinflamatorios. Muchas veces de modo accidental. La tenemos preparada para nosotros y la coge nuestro perro o gato. Puede ser un problema de toxicidad directo, en otros casos es porque se le ha dado una cantidad no adecuada.
Los analgésicos para humanos no están pensado para mascotas, son tóxicos y no hay datos de una dosis segura
Las consecuencias son daños, sobre todo, en el aparato digestivo, los riñones, el hígado o la sangre. Algunos ejemplos que cita el veterinario Gómez:
Un Teckel de 6 años, al que, tras la ingestión de un comprimido de un gramo de paracetamol de uso humano, hubo que inducirle el vómito y estuvo hospitalizado 24 horas.
Una perra mestiza de dos años ingirió 21 comprimidos de ibuprofeno pediátrico de 100 mg. por consumo accidental. Aunque no presentaba signos clínicos ni tampoco alteraciones cuando el veterinario la vio, se le debió inducir el vómito con apomorfina y debió permanecer ingresada un día.
El paracetamol es un medicamento comun en nuestras casas y puede parecer inofensivo pero para las mascotas no lo es. Será el veterinario el que decida, según las características del animal, si puede tomarlo y en qué dosis. En gatos puede provocar alteraciones severas en el hígado y la sangre.
Cuidado con las cremas y aerosoles
No solo la ingestión de medicamentos supone un riesgo. El contacto prolongado con determinados medicamentos puede derivar en problemas de salud en nuestras mascotas.
"En la inmensa mayoría de los casos, se trata de situaciones que los cuidadores pueden evitar si se mantienen vigilantes. Por ello, es importante que sean conscientes de estos riesgos", añade José Gómez.
Un ejemplo de ello es el caso de una pomada a base de cortisol, que se administraba una cuidadora en la piel, y que ha sido identificada como causa de síndrome de Cushing en un perro. Las consecuencias es que le ha provocado alopecia, necesidad de orinar y abdomen hinchado.
Otro ejemplo concreto de toxicidad para las mascotas son los aerosoles de estrógenos, un fármaco utilizado a menudo para tratar los síntomas de la menopausia. Una exposición prolongada a esta sustancia puede producir hiperestrogenismo, lo que llega a derivar en algunas mascotas en anemia y el posterior fallecimiento del animal.
Qué damos a nuestra mascota para el dolor
Tanto para perro como para gatos existen medicamentos específicos veterinarios que han sido comprobados y que garantizan su eficacia. Entonces, ¿por qué dudar? Una posible explicación es la falta de conocimiento del dueño.
Otro, es que todos las consultas veterinarias tienen unos impuestos muy elevados. El IVA es del 21% (se anunció una rebaja pero se rectificó), ya que una mascota no se considera un gasto esencial. Eso podría llevar a algunos a que se planteen medicar sin consultar.
Por eso insisten desde el sector. En caso de duda o de contacto accidental de la mascota con un medicamento de uso humano, resulta imprescindible acudir con urgencia al veterinario. Este profesional será quien realice las pruebas pertinentes para conocer el alcance del contacto del animal con la sustancia tóxica, así como quien guíe al cuidador en el tratamiento y las medidas necesarias para intentar revertir la situación.