Tanorexia, la peligrosa obsesión por el bronceado: cómo detectarla y tratarla

Estar moreno es una auténtica obsesión para las personas que sufren tanorexia y nunca tienen suficiente. En verano abusan del sol y en invierno de las cabinas de rayos UVA.

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Tanorexia
Istock

Hay personas que viven obsesionadas por tener una piel bronceada todos los meses del año.

Susana López Chicón
Susana López Chicón

Psicóloga Clínica

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La tanorexia se define como una obsesión por estar siempre bronceado o por una adicción al sol y aunque el término se oye cada vez más, no es nada nuevo. Julio Iglesias, Giorgio Armani, Valentino o Donatella Versace son famosos que lucían un eterno e intenso bronceado todos los días del año y de eso hace décadas.

En los últimos años se ha realizado mucha pedagogía mediante campañas para alertar a la población sobre los efectos dañinos de la radiación ultravioleta sobre la piel, los riesgos de tomar el sol sin protección solar o los peligros de la cabinas de bronceado (la Organización Mundial de la Salud reconoce que son cancerígenas).

Las modas también han cambiado y lucir una piel blanca y sin broncear ya no es sinónimo de mal aspecto. A pesar de ello, para la mayoría sigue resultando más atractivo estar moreno que pálido. Pero una cosa es tomar el sol para tener algo de color y otra que lucir una piel permanentemente morena se convierta en una obsesión. Famosas como Paris Hilton, Lindsay Lohan, Christina Aguilera o Victoria Federica –la hija de de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar– podrían ser algunos ejemplos actuales. Se estima que la tanorexia afecta a un 1% de la población mundial.

Qué es la tanorexia

La palabra tanorexia viene del inglés tan (broncearse) y del griego orexia (apetito o apetencia).

Para la comunidad médica se trata de un síndrome que comparte características con los trastornos relacionados con una distorsión de la imagen corporal como lo es la anorexia, la bulimia o la vigorexia.

En concreto, se trata de una obsesión por estar moreno, ya sea tomando el sol o mediante cabinas de rayos UVA. Para lograrlo, la persona no utiliza los protectores solares adecuados y suele sustituirlos por aceleradores del bronceado, con el riesgo que ello supone para la piel.

El tanoréxico nunca cree estar lo suficiente moreno. En realidad, se trata de una preocupación exagerada e irracional por tener la piel bronceada hasta límites antiestéticos e incluso peligrosos.

Por qué tomar el sol se convierte en una adicción

Según un estudio publicado de la Universidad de Wake Forest (EE.UU.), para algunos tanoréxicos, dejar de recibir su dosis de radiación puede producir síntomas similares a los de la abstinencia de las drogas. Se explicaría porque los rayos UVA aumentan la producción de endorfinas, unas sustancias químicas cerebrales que favorecen la sensación de bienestar y alivian el dolor.

El ejercicio también genera la liberación de opioides parte del cerebro como las endorfinas, aunque obviamente no entraña los riesgos de la tanorexia.

Causas de la tanorexia

Como ocurre con los trastornos relacionados con una distorsión de la imagen corporal, las causas de la tanorexia suelen ser multifactoriales, es decir, depende de muchas cosas no solo hay una razón.

El factor social tiene su peso y en personas con baja autoestima aún más. Estar moreno suele asociarse a mayor aceptación social.

La tanorexia ha afectado tradicionalmente más a la mujeres jóvenes porque este colectivo ha estado más supeditado a los cánones de belleza impuestos desde finales del siglo XX: cultura a la delgadez, a las tallas pequeñas y a una piel bronceada. Sin embargo, actualmente afecta a personas de todas la edades, también hombres.

Síntomas de la tanorexia

Las señales de la tanorexia son una mezcla de las consecuencias nefastas del exceso de sol en la piel y de los síntomas propios que genera una adicción:

  • Bronceado intenso y quemaduras en la piel que tratan de ocultarse con maquillaje.
  • Arrugas a edades tempranas debido al envejecimiento provocado por el sol.
  • Ansiedad cuando la persona no puede exponerse al sol o acudir a cabinas de bronceado, como si sufriera síndrome de abstinencia. Estás personas dedican horas al día a broncearse y esto condiciona sus actividades diarias.
  • Nunca creen estar lo suficientemente morenos. La tanorexia no deja de ser una distorsión del color de la propia piel.

Consecuencias de la tanorexia

Una exposición razonable al sol es necesaria para la síntesis de vitamina D y otros procesos orgánicos. También mejora los estados depresivos. Pero el sol en exceso aumenta el riesgo de:

  • Quemaduras solares y envejecimiento prematuro.
  • Reacciones alérgicas de la piel.
  • Alteraciones en el sistema inmunitario.
  • Cáncer de piel, incluido el melanoma que es el tipo de cáncer de piel más agresivo por su gran capacidad para hacer metástasis.

Tratamiento de la tanorexia

El principal problema de este síndrome es que los afectados no creen que sufran ningún trastorno, por lo que no visitan ni al dermatólogo ni al psicólogo.

El tratamiento de la tanorexia requiere intervención psicológica para mejorar la percepción sobre el propio cuerpo, combatir la ansiedad que genera no exponerse al sol y corregir los comportamientos de exposición exagerada al sol.

También conviene acudir al dermatólogo para que revise la piel y detecte a tiempo cualquier señal anómala que pueda ser indicio de cáncer.