Sartenes, cucharones, ollas... elige los utensilios de cocina más saludables

El calor y los ingredientes ácidos favorecen que ciertas partículas de los materiales con los que están hechos algunos útiles de cocina pasen a los alimentos. Te explicamos cuándo debes cambiarlos para cocinar sin riesgos y qué materiales son los más saludables.

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Sartenes, cucharones, ollas... elige utensilios de cocina más sanos
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Hay algunos materiales de los utensilios de cocina que pueden transferirse a los alimentos y, si se acumulan en el organismo, podrían alterar nuestra salud.

Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

Periódicamente toca renovar sartenes, ollas y otros utensilios de cocina como cucharones, coladores, lengüetas... Y, a la hora de elegir los nuevos, no solo hay que dejarse llevar por su comodidad o su estética. También hay que tener en cuenta de qué materiales están hechos.

Materiales que conviene evitar por ser poco saludables

Ten especial cautela con los siguientes porque pueden transferirse a los alimentos y, si se acumula demasiada cantidad en nuestro organismo, tienen la capacidad de alterar nuestra salud.

Teflón

Las sartenes y cazuelas antiguas de teflón son muy antiadherentes, pero no las más adecuadas.

Si las tuyas son anteriores a 2020 (año en que se dejó de usar ese revestimiento) y además están rayadas, cámbialas sin dudarlo y compra aquellas con la etiqueta libre de PFOAS (o PFOAS free). El teflón puede actuar como un disruptor endocrino que altera nuestras hormonas y aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer.

Aluminio

Las ollas de aluminio tampoco convienen. Las reconocerás por su tono plateado claro y brillante. Pesan poco y distribuyen muy bien el calor. Pero parte del aluminio que contienen se transfiere a los alimentos.

Según la agencia para sustancias tóxicas estadounidense (ATSDR), los niveles de aluminio que se encuentran en alimentos preparados en ollas de este material generalmente no representan peligro, pero hay estudios que apuntan que, en altas concentraciones, sí puede provocar daños en las neuronas.

Cobre

El aire retro de los utensilios de cobre queda muy bien como decoración, pero no lo uses para preparar tus recetas porque las partículas de este metal pueden migrar a los alimentos y, si la concentración en el cuerpo es alta (no hay que olvidar que este metal también se obtiene al consumir alimentos como pepinillos en vinagre, moluscos o patatas), puede provocar náuseas, vómitos y diarreas.

Plomo

Las típicas cazuelas de barro pueden contener plomo, usado para impermeabilizarlas y aportarles brillo. De nuevo, algunas partículas de ese metal (que en exceso puede provocar daños en el sistema nervioso y los riñones) pueden pasar a los alimentos.

Lo identificarás si, al sumergir parte de una la cazuela en vinagre 24 h, queda rasposa y sin brillo tras lavarla.

Los materiales y utensilios de cocina más seguros

Por contra, estos otros materiales son mucho más recomendables a la hora de elegir tus útiles de cocina.

Cerámica y titanio

Las sartenes y cazuelas de cerámica se pusieron de moda hace unos años para sustituir las de teflón, pero las hay que son de aluminio y llevan un revestimiento de cerámica.

La etiqueta debe certificar que están libres de metales pesados y nanopartículas (que tienen una dimensión microscópica y también pueden pasar a los alimentos). Otra opción son las sartenes de titanio, más antiadherentes.

Hierro

Los utensilios elaborados con hierro son muy pesados, pero en general no representan un riesgo para la salud (sí deben evitarlo las personas con hemocromatosis, que producen un exceso de hierro en el organismo).

La madera es resistente y ecológica. Apuesta por ella en vez de usar plástico

Elígelos sin recubrimiento esmaltado e hidrátalos con aceite después de limpiarlos y secarlos.

Vidrio

Las baterías de cocina de vidrio son aptas para vitrocerámica, completamente inocuas y no se deforman. Son, por tanto, otra alternativa que puedes considerar.

Consejos para que sartenes y ollas duren más

Tenlos en cuenta y tu menaje de cocina se mantendrá más tiempo en perfectas condiciones.

  • Si las guardas apiladas, usa un separador. Los más comunes están elaborados con fieltro, porque es un material que amortigua bien los golpes. Eso sí, a la hora de comprarlos fíjate en que sean de fieltro elaborado con lana (no sintético), más natural y sostenible. Otra opción son los separadores de corcho o los de silicona.
  • No uses acero inoxidable cuando estés elaborando un plato con ellas. Los cucharones y espátulas de este material puede acabar rayando la superficie de la sartén, acortando su vida útil. Es mucho mejor que sean de madera porque resisten muy bien el calor (los de silicona son más sensibles a él) y además se limpian fácilmente.
  • Lávalas cuando se hayan enfriado. El contraste de temperatura entre la sartén caliente y el agua del grifo es capaz de estropear los diferentes revestimientos con los que están elaboradas. Si la diferencia es muy elevada, pueden, incluso, deformarse y, en usos posteriores, no calentarán la comida de manera uniforme.

Señales de que hay que cambiar los utensilios

A veces podemos no tener claro cuando toca renovar (o no) los utensilios de cocina. Pero las siguientes señales no dejan lugar a dudas.

  • Ollas y sartenes. Los expertos recomiendan renovarlas cada año y medio o dos años, pero debes deshacerte de ellas si están abombadas, oxidadas, tienen algún golpe o la comida se pega con facilidad. Ten en cuenta que las de hierro pueden durar en buen estado mucho más si las cuidas bien.

Si necesitas una vaporera, prueba una de bambú. Permite cocinar varias cosas a la vez y es un material sostenible

  • Tablas y utensilios pequeños de madera. Renuévalos cuando se agrieten, estén hinchados, muy rayados o tengan manchas de color oscuro o verdoso (que pueden indicar la presencia de hongos o moho). Para que te duren más, sécalos siempre muy bien tras haberlos limpiado.
  • Cucharas y espátulas de silicona o plástico. Si han sufrido desperfectos por haber estado expuestas a una temperatura muy elevada, es mejor cambiarlas. Los microorganismos pueden acumularse en los surcos e irregularidades que se crean con el calor.
  • Táperes. Si son de plástico, no los uses para calentar comida y deshazte de ellos también si están muy rayados, o si han cambiado de color. Y apuesta mejor por los de vidrio.